La incipiente resistencia civil ante la profundización de los tarifazos generó este martes una reacción en cadena en el partido de Moreno, cuando varios centenares de usuarios se congregaron frente a las oficinas de Edenor en esa localidad y procedieron a realizar una toma pacífica del local, como forma de protesta ante facturas que consideran “impagables”.

Con carteles que anuncian la “desobediencia civil” a la que los empuja el alza de las tarifas, en este caso las eléctricas, y preconizando una estrategia no violenta de “no pago”, tal como contó Tiempo en su tapa del domingo pasado, diversas organizaciones sociales nucleadas en la Coordinadora Regional del Oeste y vecinos de a pie de Moreno coparon las oficinas de Edenor, donde cantaron consignas contra los gobiernos nacional y bonaerense. Exigieron una normativa que impida a la empresa cortar el suministro ante la imposibilidad de pago.

Los sucesos de la mañana del martes tuvieron un antecedente cuando un grupo de ocho vecinos de Moreno -quienes, según puntualizaron a este diario, no participaron de la organización de la manifestación ante las oficinas comerciales de Edenor- se acercó a la sede local a dejarles una carta a las autoridades planteándoles la situación crítica por los aumentos. Nadie quiso atenderlos. Entonces empezaron a leerla en voz alta, y la oficina, colmada de personas que iban con sus reclamos, reaccionó con un aplauso. Al terminar, muchos se les acercaron a contar sus casos, y cada damnificado se llevó planillas para recabar datos de otros en sus barrios. El gerente dijo que los atendería en 48 horas, pero ya era tarde. Había nacido en Moreno la «Red de Desobediencia Civil para defender la Democracia».

Se trata de un movimiento de vecinos que instalan fajas en los medidores, se avisan cuando aparece una cuadrilla de Edenor y llegan al lugar para evitar que los retiren por falta de pago. Aspiran a ser la cantidad suficiente como para encarar un plan de acción «no violento» que se centre en dejar de abonar el servicio. Sólo en Moreno ya juntaron más de 5000 adhesiones. Cuando dupliquen esa cifra arrancarán con el «no pago», mientras se asesoran legalmente. Los sucesos de este martes demuestran que el descontento respecto de las tarifas y la creciente imposibilidad de pagarlas es generalizado.

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Ya pegaron calcomanías en los medidores. «Medidor protegido por los vecinos», se lee en cientos de aparatos del partido. Luego crearon un grupo de WhatsApp. Cuando uno observa la llegada de la cuadrilla de Edenor, avisa a los que vivan cerca. «Los casos se multiplican. Fuimos hasta donde salen las camionetas a explicarles que ellos son trabajadores igual que nosotros. Nuestra lucha es pacífica. Algunos nos dicen que les van a poner medidores con tarjeta, como los celulares, pero es una trampa. Se te termina la plata para recargar la tarjeta y no tenés más luz. La energía no es un bien transable, es un derecho humano», enfatizó Ricardo Gómez, miembro de la Red.

El movimiento que cristalizó en Moreno ya se extendió a otras diez localidades bonaerenses, entre ellas Mar del Plata, Tigre y Temperley.