Pasó una marcha multitudinaria y el gobierno sigue sin ofrecer respuestas al mundo universitario, que se encamina a una inédita quinta semana de paro, con una oleada creciente de universidades tomadas.

El punto de inflexión fue una paritaria sin salida, donde el Ministerio de Educación comandado por Alejandro Finocchiaro no se movió durante meses de un techo del 15%, y en cuotas. Esta semana, ante un contexto inflacionario que se ha tornado impredecible, el Ejecutivo le informó a los rectores que ahora ese número es “un piso”, pero no dio mayores precisiones. Los días pasan, la devaluación se acrecienta y los docentes universitarios apenas recibieron este año dos adelantos de 5 y 5,8 %, en mayo y agosto. La inflación acumulada en ese lapso fue de 14,7 por ciento, y las «turbulencias» –tal como las llama el gobierno– del dólar preanuncian un número mucho mayor para este año.

“Esto indica que sus salarios, a la fecha, se encuentran al menos 3,9 % debajo de la inflación. El 27 de agosto, el Gobierno hizo una nueva oferta con un anticipo del 4,8 % para septiembre, la que también fue rechazada. Cabe recordar que en 2016 los salarios docentes cerraron un 7 % abajo de la inflación registrada”, sostuvieron en una carta los rectores Gabriela Diker, Sandra Torlucci, Alejandro Villar, Andrés Sabella y Gustavo Crisafulli, de las universidades nacionales de General Sarmiento, De las Artes, Quilmes, Entre Ríos y Comahue, respectivamente.

El texto de las autoridades universitarias remarca que el presupuesto 2018 establecía una meta de inflación del 15,7%, y un dólar a 19,3 pesos. La megadevaluación (que en sólo cuatro días superó el 30%) fue una de las peores noticias para el sector: el 90% de sus inversiones, excluyendo los sueldos, están dolarizadas, desde libros hasta reactivos o equipamiento. El presupuesto universitario era de 6166 millones de dólares a principios de año. Hoy es de sólo 2846 millones de dólares.

Para peor, los trámites burocráticos de adquisición de insumos o inversiones suelen demorar meses. La mayoría inició el proceso en el receso de verano, cuando el dólar valía 22 pesos menos. Hoy pueden comprar menos de la mitad de lo que habían presupuestado. Igualmente la mayoría de los subsidios están frenados. Sobre todo para obras: este año el gobierno recortó 4 mil millones para infraestructura universitaria. Y canceló toda obra nueva planificada para este año. En la misma sintonía, el Ministerio de Ciencia y Tecnología canceló el aporte financiero a todos los proyectos de investigación internacionales donde participan investigadores argentinos, que necesitan de la parte de los fondos que debe poner su país para seguir con el trabajo.

“Según consta en la última actualización del Presupuesto Abierto del Ministerio de Economía (22/8/18), cuya página web es de acceso público (www.presupuestoabierto.gob.ar/sici/), del presupuesto que se debía haber ejecutado a esa fecha, o sea $74.976 millones, se ejecutó efectivamente sólo el 83 por ciento. Como resultado de esa ejecución parcial, hay una deuda para con las universidades de $12.667 millones”, remarcan los rectores. Y completan: “Esa deuda, que explica la demora en el envío de fondos comprometidos con las consecuencias a la que nos referimos antes, está compuesta por $ 2005 millones en programas de becas, $ 1796 millones en gastos de funcionamiento de universidades y $ 415 millones en programas de investigación científica”.

Para este viernes está pautada una nueva reunión entre el gobierno nacional y los representantes de los docentes en el Palacio Pizzurno, pero el futuro es incierto. Mientras tanto, crece el número de sedes universitarias tomadas a lo largo y ancho del país para visibilizar los recortes y el ajuste sobre las 57 universidades públicas. Desde la de Salta y la de Cuyo, hasta la de San Luis y la de La Plata, además de casi todas las facultades de la UBA. Como remarcaron los participantes de la marcha a Plaza de Mayo, el reclamo es nacional y masivo, como se muestra en el mapa colaborativo #MapeodeToma.
 .

Ver pantalla completa