Dos prestigiosos economistas, ambos laureados con el Premio Nobel, fueron bastante críticos con las políticas que está desarrollando el gobierno argentino y en particular el presidente Mauricio Macri. Se trata de Joseph Stiglitz y Paul Krugman, quienes se manifestaron preocupados sobre el futuro cercano.

Las declaraciones más resonantes fueron las de Stiglitz, quien sugirió una reestructuración de la deuda argentina. “Espero al menos una necesidad de un nuevo reperfilamiento, lo que significa aplazar los pagos inmediatos. Pero sospecho, dada la magnitud de los errores económicos que se han cometido en los últimos años, que tendría que haber una quita en la deuda. De lo contrario, los costos que probablemente se impongan a través de la austeridad serían demasiado grandes”. También criticó la conducta de la comunidad internacional, que en los últimos dos años y medio colocó fondos en el país hasta elevar la deuda pública en U$S 120 mil millones. “Hay mucho optimismo irracional, tanto de parte de los prestatarios como de los prestamistas. Cualquiera del lado del prestamista debería haberse dado cuenta de que tal vez no era algo bueno. Obtuvieron tasas de interés más altas y cuando te pagan más tienes que enfrentar el riesgo. Ahora es el momento. Si eso (la reestructuración de la deuda) excluye a Argentina de los mercados internacionales, que probablemente no lo hará, puede que no sea tan malo”.

El ex directivo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial no se privó de enumerar errores de gestión del gobierno. Macri, cuando llegó, confió demasiado en la idea de que habría un ingreso de inversión extranjera. Y cometió un gran error al recortar los impuestos a la exportación, que eran una importante fuente de ingresos, al aumentar el déficit, el monto que tenía que tomar prestado, el costo de los alimentos y reducir los salarios reales de los trabajadores. Ahora subió impuestos a exportaciones como parte de un paquete nuevo. Si lo hubiera hecho originalmente, no estaría en la situación extrema que está ahora”, señaló. De cara al futuro, agregó: “Una vez que se crea una crisis, el margen de maniobra está muy limitado. Las medidas de austeridad que parece estar imponiendo obviamente ralentizarán la economía e impondrán nuevamente un alto costo en la gente común”.

“¿Estamos seguros?”

Por su parte, Krugman retuiteó una nota del Financial Times sobre la crisis argentina y la vinculó con la situación en el resto del mundo. “Esto no es bueno. Macri fue elegido en parte porque se suponía que iba a calmar las cosas después de la creciente inestabilidad del régimen kirchnerista. Todavía no tengo un análisis completo, pero ¿estamos realmente seguros de que la austeridad fiscal resolverá las cosas?”, se preguntó en relación a los anuncios sobre el recorte en el gasto público. También se manifestó “mareado por el panorama global” ante varios elementos, además de lo que ocurre en Argentina, que agregan incertidumbre al equilibrio mundial. “Hay un goteo de cosas más pequeñas: problemas en los mercados emergentes, una posible crisis de la deuda… Parece que todos, excepto Estados Unidos, se ven obligados a eliminar los déficit comerciales. Algo se tiene que dar en alguna parte y no se puede contar con que sea suave”, reflexionó a través de Twitter.

Los dos economistas nacieron en Estados Unidos. Stiglitz, de 75 años, fue laureado con el premio Nobel de Economía en 2001, cuando publicó un trabajo pregonando que los mercados nunca son perfectos y por eso los defectos que corrigen las intervenciones estatales superan las eventuales distorsiones que puedan ocasionar. Krugman, de 65, lo recibió siete años más tarde por sus estudios sobre los patrones de comercio internacional. Aunque se autoproclama liberal, fue un agudo crítico de los dos últimos presidentes republicanos George W. Bush y Donald Trump.