Juan Manuel Santos asumió su cargo el 7 de agosto de 2010 en medio de turbulencias y al borde de una guerra con Venezuela que venía promoviendo su antecesor, Álvaro Uribe. Pudo, entonces, frenarse aquella amenaza por la destreza del ex presidente argentino, Néstor Kirchner, a la sazón secretario general de Unasur. Estaba en el gobierno Hugo Chávez y eran los tiempos de oro de la integración regional. Dicen los testigos que Kirchner tuvo capacidad de persuasión para sentar a la mesa de negociaciones a Santos, que había sido ministro de Defensa de Uribe y era su delfín, y a Chávez, para sellar una amistad que fue respetada por ambos mandatarios al punto de que Santos rompió con Uribe y luego aceptó el convite de negociar la paz con las FARC.

A ocho años de aquella gesta, Santos entregará el poder a otro delfín de Uribe, Iván Duque, y en medio de otra amenaza de conflicto armado con sus vecinos. Ahora sin Kirchner, sin Unasur, sin Chávez y luego de un atentado contra el sucesor del líder bolivariano, Nicolás Maduro, quién acusó directamente a fuerzas colombianas por el ataque con drones de este sábado en Caracas.O sea, en un clima que no hace presagiar nada bueno para el subcontinente.

El intento de magnicidio se produjo durante una desfile militar en que se disponía a hablar Maduro cuando un par de drones con explosivos estallaron frente a la tribuna presidencial y otros lugares de la Avenida Bolívar. «Explotó frente a mí un artefacto volador. Una gran explosión, compañeros. Mi primera reacción fue de observación, de serenidad, porque tengo confianza plena en el pueblo y en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana», dijo Maduro en un discurso posterior en cadena de radio y televisión. Uno de los aparatos filmaba el acto, detalló el fiscal general de la República, Tarek William Saab, que estaba presente en el acto, por eso pudo burlar inicialmente a la seguridad presidencial.

El gobierno culpó de los hechos a Santos y a Estados Unidos, que ya desde la administración de Barack Obama puso a Venezuela en la lista de países que representan una amenaza para su país. La llegada de Donald Trump no hizo sino agravar esa situación al punto de que el polémico mandatario sugirió la posibilidad de invadir Venezuela.

Desde hace años la frontera con Colombia es un enorme agujero por el que se fugan mercaderías y combustible a precio de ganga ´generando desabastecimiento en Venezuela -y entran armamentos y paramilitares para desestabilizar al chavismo.

Duque, por lo que mostró hasta ahora, está mucho más consustanciado con los «valores» uribistas, y será sin dudas un problema mucho mayor. El atentado elevó la tensión antes de la asunción de este ex senador de 42 años que se propone, entre otras medidas, revisar los acuerdos con las FARC, la gran herencia que deja Santos. Un gran legado, además, de Chávez, que forzó al grupo guerrillero a sentarse a negociar con las autoridades constituidas tras más de medio siglo de actuación. y de Ciuba, que ofreció ser la sede de los acuerdos.

En Venezuela, en tanto, el procurador Saab reveló que hay seis detenidos por el ataque a Maduro, que dejó un saldo de siete militares heridos, y en el curso del día informará detalles de la investigación. Según un cable de la agencia AFP, se atribuyó el ataque un presunto grupo identificado como Movimiento Nacional de Soldados de Franelas. Para el gobierno, es un atentado terrorista sin más y la Policía Nacional Bolivariana difundió fotos de los presuntos implicados, algunos de ellos expertos en explosivos y otro, piloto de drones.

El ministro del Interior, Néstor Reverol, dijo que los aparatos teledirigidos estaban cargados con un kilo de explosivo C4 y señaló que uno de ellos fue detectado cuando se acercaba a la tarima presidencial y desarticulado con inhibidores de señal. El otro siguió de largo e impactó contra un edificio cercano dejando una estela de humo pero sin mayores consecuencias.

De todo el mundo llegaron mensajes de solidaridad con el gobierno democrático, que en mayo pasado fue reelegido por amplia mayoría. La crisis económica que soporta el país representa el gran problema a enfrentar en este segundo mandato, y en este escenario, Colombia es un punto clave.

Pero también lo es el apoyo de las Fuerzas Armadas, que fueron el sustento de Chávez, un militar que llegó al poder en 1999 y refundó el país, al tiempo que dio un enorme impulso a la integración regional en contra de los intereses de Estados Unidos y de las oligarquías locales.

El comunicado oficial de las Fuerzas Armadas, firmado por el General Vladimir Padrino López, apunta en esa dirección. «Este deplorable hecho sin duda alguna constituye un oprobioso intento de magnicidio al presidente -dice el documento-y una agresión a la institución castrense y a toda la colectividad. Por tal razón, ratificamos el más absoluto repudio a esta barbarie ejecutada como un paso desesperado que forma parte de los planes desestabilizadores, cuyo objetivo es cambiar mediante mecanismos no constitucionales, el gobierno legítimamente constituido y electo por voto popular».

Y agrega más adelante: «Esta es una práctica típica de las oligarquías, que históricamente, desde que intentaron asesinar al libertador Simón Bolívar, han pretendido socavar los intereses de nuestra patria, y resulta despreciable que esas oligarquías cuenten hoy con la ayuda de la extrema derecha venezolana».

Este lunes habrá también marchas de apoyo a Maduro en todo el país, mientras que tanto Santos como desde Washington negaron su responsabilidad en el atentado.Mañana asume Duque y Maduro no está invitado. Tras el atentado, tampoco están los tiempos como para alejarse mucho de Venezuela, aunque sea para cruzar la frontera.