Familias venezolanas luchan por lograr que se destrabe el bloqueo a las cuentas oficiales del Estado de su país, para habilitar los fondos destinados a costear un programa oficial que cubre la estadía y la atención médica de alta complejidad que requieren sus niños. De lo contrario, podrían quedar en la calle y las vidas de los pacientes se situarían en riesgo extremo.

«En febrero la fundación por la que venimos fue notificada de que no podía funcionar más el programa porque todos los recursos estaban bloqueados», dice a Tiempo Douglas Guevara, padre de una niña de 23 meses, Isabella, que recibió un trasplante hepático en noviembre pasado y los cuidados postoperatorios requieren «por lo menos un año siempre que no haya complicaciones».

El padre de 34 años informa que «el 27 de marzo se logra conseguir una licencia especial para poder seguir funcionando con los casos médicos, con alguna restricción de recursos, pero esto es hasta el 27 de julio, y después de ahí no sabemos qué va a pasar».

El tratamiento de Isabella, como de los otros pacientes venezolanos, fue realizado en el Hospital Italiano, de la ciudad de Buenos Aires. «El hospital cubrió la parte médica hasta el 18 de julio, porque ese día hacen cierre de facturación, pero a partir de allí sólo tenemos el hospedaje», cuenta Douglas y aclara que el centro de salud ofreció estos meses el hogar de que dispone para alojamiento de las familias, ya que algunas debieron abandonar las viviendas que alquilaban por falta de fondos.

Programa en peligro

Los pacientes forman parte de un grupo de unos 15 venezolanos, repartidos en distintos países del mundo, donde son atendidos por patologías que requieren alta complejidad y por distintas razones sus necesidades no pueden ser cubiertas en su país. Se trata de un programa de la petrolera estatal PDVSA, que a través de su filial en EE UU, Citgo, financia la asistencia médica a pacientes con cáncer u otras enfermedades crónicas, para que pudieran recibir trasplantes de médula ósea o hepáticos. Los pacientes fueron derivados a Argentina, España, Estados Unidos, Italia, entre otros países, sin costo para ellos.

Pero luego del bloqueo dirigido contra ambas empresas por parte del gobierno del presidente Donald Trump, los pacientes se quedaron sin recursos. «La vida de los pacientes está en riesgo, ya que no ha sido posible que PDVSA-Citgo pueda seguir cancelando los recursos para continuar garantizando la atención de los pacientes, especialmente de niños, niñas y adolescentes, con críticas condiciones de salud», explicó María Eugenia Russian, presidenta de la venezolana Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos y el Desarrollo Social (FUNDALATIN), encargada de asumir la representación de sus compatriotas. Russian se presentó ante la comunidad internacional para pedir que se revierta el bloqueo.

La representante de esa fundación en la Argentina, Virginia King, dijo a Tiempo que en el país recibieron hasta ahora el apoyo de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y los curas en la opción por los pobres. «La acción inmediata es tratar de divulgar lo más posible esta situación; que la comunidad internacional se pronuncie, pida el desbloqueo de nuestras cuentas», señaló.

«Tenemos capacidad de pago instalada, porque el dinero está ahí, pero no tenemos cómo moverlo porque los Estados que han ejercido esta locura lo tienen bloqueado», criticó las sanciones impuestas mayormente por el gobierno de Trump. «Acá se está a punto de matar niños», advierte, «porque tirarlos a la calle en la situación crítica de salud en la que están, es matarlos, hay que decir las cosas por su nombre. Tuvimos dos pérdidas en Italia, que estaban en espera de trasplante de médula».

«El bloqueo, para nosotros»

Por su parte, el padre de Isabella coincide en el análisis: «El presidente Trump dice que el bloqueo es para el presidente Nicolás (Maduro). Pero no, el bloqueo es para el pueblo venezolano, para nosotros, para mi hija que en este momento está recibiendo una ayuda del Estado venezolano y me la están cercenando».

Originalmente eran seis pacientes en tratamiento en el Hospital Italiano, de 5, 11, 13 y 15 años, según información de la embajada venezolana. Todos con severos problemas hepáticos o renales. Uno de ellos fue dado de alta, pero los otros cinco siguen requiriendo asistencia.

La presidenta de Fundalatin denunció la situación el pasado 10 de julio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en su sede de Ginebra. También reclamó al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a que se busquen las vías alternas necesarias para poder garantizar la vida de estas personas.

Por otra parte, Russian envió un mensaje a la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, quien estuvo recientemente en Venezuela, para que se pronuncie respecto a los graves casos y «alce su voz ante el bloqueo y la obstrucción del gobierno de Estados Unidos, que de manera directa cercena la expectativa de vida de estos niños». Según la crítica, la expresidenta chilena no incluyó este conflicto en su reciente informe sobre DD HH en el país caribeño, a pesar de haberse reunido con las autoridades de la fundación en su visita a Caracas. «

«Argentina es uno de los centros de la maquinaria»

Este martes 23 de julio se realizará en Buenos Aires una nueva reunión del Grupo de Lima, aquel encuentro de países cuyo único objetivo es contribuir a desplazar a Nicolás Maduro del poder en Venezuela. Para la representante de Fundalatin en la Argentina, Virginia King, sería una «buena oportunidad para que en ese Grupo de Lima no quedaran dudas de que este bloqueo contra Venezuela está matando a los niños», reitera con enorme indignación  King ante Tiempo.

Por otra parte, cuenta que a través de activistas de los Derechos Humanos se busca «una cita con el secretario de Salud para sentarnos en una mesa con los padres, Fundalatin, el Hospital Italiano, todos y tratar de ver lo que podíamos hacer, para ayudar a los niños, pero esa reunión no creo que se dé».

Virginia King considera, sin errar el análisis, que «uno de los centros de maquinación contra Venezuela es aquí (en la Argentina)», por lo tanto es muy difícil obtener alguna posición oficial en oposición a las sanciones económicas, que muy por el contrario, el gobierno argentino ha considerado apropiadas. «

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Las presiones de la UE

El gobierno de Venezuela respondió a las presiones de la Unión Europea, cuya jefa diplomática, Fererica Mogherini, anunció «nuevas sanciones» contra el país, si no se obtienen «resultados concretos» en la mesa de negociación de Barbados, instancia facilitada por el gobierno de Noruega.

El presidente, Nicolás Maduro, dijo que la exigencia de la UE era un «chantaje» y calificó las declaraciones de Mogherini como «infames y aberrantes. Venezuela no se deja presionar ni chantajear por nadie. El diálogo irá al ritmo que tenga que ir».

El posicionamiento de la UE busca apurar la firma de un hipotético acuerdo de convocatoria anticipada de elecciones presidenciales, algo que está incluido en la agenda de discusión y que entusiasma al opositor Juan Guaidó, la figura que los poderes eligieron para encabezar esa lucha. En sus seis meses de autoproclamado presidente interino –se cumple este martes y se anunciaron manifestaciones–, Guaidó no consiguió la salida del presidente chavista, a pesar de convocar permanentemente a la sublevación de las fuerzas armadas, de haber intentado un golpe que fue celebrado por los EE UU y de tener la colaboración directa del gobierno de ese país, como de autoridades de la UE y los países del Grupo de Lima.