Los grandes empresarios saludaron masivamente la consagración de Mauricio Macri en las presidenciales 2015 pero, después de tres años de desconcierto económico, dentro del llamado Círculo Rojo ganó espacio una disidencia moderada, pero que a esta altura cuenta con varios de los nombres de mayor peso en el concierto de la alta dirigencia privada.

En diálogo con Tiempo, dos de esos dirigentes dieron señales de las dudas que se manejan en el poder económico sobre el futuro político del país.

El empresario agropecuario Gustavo Grobocopatel y el referente nacional de las industrias alimenticias Daniel Funes de Rioja señalaron puntos que consideran débiles de la gestión oficial, y reconocieron que existe interés en escuchar otras propuestas políticas en el camino que desembocará en las elecciones presidenciales de este año.

Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y hombre fuerte del Business 20, brazo empresarial del G20, dejó en claro que lo importante para los hombres de negocios no pasa por la identidad del candidato sino por su compromiso con la «seguridad jurídica» y las «condiciones de competitividad» de la economía, dos conceptos que resumen la larga lista de demandas del sector privado al Poder Ejecutivo.

Con esa premisa fundamental, Funes de Rioja aprovechó su recorrida federal previa al encuentro del G20, que se realizó a fines de noviembre en Buenos Aires, para escuchar las propuestas preelectorales de «todos los gobernadores peronistas y no peronistas», según explicó.

En la consulta con Tiempo el dirigente evitó hacer definiciones personales y habló en nombre de las industrias que representa como presidente de la COPAL. En ese contexto expresó que los dirigentes «tienen que mirar la vertiente de cada propuesta, ver el rol que le dan a la iniciativa privada, a la empresa, a la posibilidad de inversión, al crecimiento y decidir por la que más se acerca» al deseo de los empresarios.

El industrial deslizó una crítica a la gestión de Cambiemos cuando planteó que «tenemos muchas asignaturas pendientes». El proceso electoral, desde su punto de vista, «es un juego abierto» y un indicador de esa apertura es el Presupuesto 2019, votado por la mayoría parlamentaria «pese a la divergencia política evidente».

En resumen, la decisión será individual y estará afectada por la realidad económica «pero va a pesar el modelo que se proponga sobre seguridad jurídica y condiciones competitividad. No importa lo que diga yo, lo importante es sostener una economía de mercado con integración inteligente», concluyó Funes de Rioja.

Los empresarios se mostraron cuidadosos con las declaraciones. Aunque hicieron observaciones sobre la condiciones para desarrollar negocios en el país, siempre buscaron la manera de evitar declaraciones que puedan sonar confrontativas con la administración nacional.

Una encuesta elaborada por la consultora Poliarquía en diciembre pasado arrojó un resultado contundente sobre las expectativas electorales del Círculo Rojo. El 74% vaticinó que Macri ganará en 2019 contra un 4% que eligió a Cristina Fernández de Kirchner. A la par, un 5% se definió por otro dirigente de Cambiemos y un 5% auguró una victoria de un peronista «no K». El 12% restante no manifestó favoritismo.

El resultado expone el ideal según la percepción corporativa, pero en la conversación directa aparecen las moderaciones cualitativas.

Ante la consulta de Tiempo, Gustavo Grobocopatel, el principal referente del grupo Los Grobo, respondió: «Mi pensamiento es que en 2019 va a haber buenas noticias. Creo que va a ser así porque va a haber superávit externo, más exportaciones que importaciones y además va a  haber un equilibrio fiscal, lo que se traduce en menos dependencia externa».

Sin embargo, el llamado «Rey de la Soja» marcó que para el gobierno «el gran desafío va a ser el crecimiento y el sostenimiento del trabajo» y la generación de condiciones para «tratar de que las empresas sobrevivan».

El empresario no puso en duda las condiciones de Cambiemos para avanzar con esa agenda, pero manifestó interés en escuchar otras ofertas políticas en la carrera presidencial: «Me parece bueno que existan propuestas alternativas, cuanto más, mejor, porque una oposición de calidad es buena para la democracia», concluyó.

Las voces de Funes de Rioja y de Grobocopatel se suman a otras que en los últimos días plantearon cierta distancia con Balcarce 50. En esa nómina se anotaron dirigentes como Eduardo Costantini, delGrupo Consultatio, que declaró que este gobierno «se equivocó en todo», a la par de otros como el expresidente de la UIA, Héctor Méndez, quien reconoció su frustración a esta altura del gobierno de Macri. Voces críticas se hicieron escuchar desde la Mesa de Enlace agropecuaria y desde el sector pyme (ver aparte). «

Pymes con perfil propio

Las pequeñas y medianas empresas se metieron también en la olla política del año electoral, en algunos casos con señales de esperanza en una recuperación económica a partir del segundo semestre y en otros casos en franca oposición a la continuidad de Cambiemos en el poder.

Entre estos últimos pisan fuerte los dirigentes nacionales de la Confederación General Empresaria (CGERA), que cerraron 2018 con un mensaje claramente opositor al gobierno en un acto en el que incluso se mostraron con dirigentes del peronismo como el excandidato Daniel Scioli.

Pero las pymes también son una fracción importante de las grandes federaciones como la UIA, donde pisan fuerte en representación de los llamados sectores sensibles de la industria, como el textil, el calzado y el autopartista, y en las economías regionales, claras protagonistas de la Junta Directiva de la entidad. En la otra vereda están agrupaciones del sector como la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) que muestra un perfil menos confrontativo con las autoridades y no pierde oportunidad de elevar algún elogio ante el gesto más mínimo de atención de la Casa Rosada. La recesión las golpea a todas por igual.