La misión argentina de Cascos Blancos en la frontera colombiana genera controversia y alarma en algunos sectores que lo interpretan como una avanzada injerencista contra Venezuela. Es decir, lo ven como un hecho no aislado del movimiento de tropas colombianas en la frontera, los planes intervencionistas aún no aplicados de los Estados Unidos y el cerco político de países de la región contra el Estado que conduce Nicolás Maduro. Sin duda constituye la punta de lanza de acciones internacionales con base en el territorio, en este caso en la región colombiana de Cúcuta frente al paso internacional Simón Bolívar, aun cuando sea con fines «humanitarios» y de asistencia a población migrante con poco o nulo acceso a la salud.

«Se está organizando cada vez más el cerco como para una intervención», considera la analista internacional Stella Calloni. Es significativo, agrega, «el hecho de que vayan a Cúcuta, norte de Santander, en un lugar considerado dentro del proyecto de intervención de ese Plan Maestro (del que se informó en esta sección en mayo pasado), que Estados Unidos nunca ha negado». Para Calloni, se podría aprovechar la misión sanitaria para «empezar a armar una infraestructura» disponible para otros fines, como «hospitales de campaña».

Según informó la Cancillería argentina, la misión está operativa desde fines de junio «a fin de dar respuestas a la reciente crisis humanitaria surgida en ese límite fronterizo» por un acuerdo entre Argentina y Colombia y sin dar participación a Venezuela. La idea de crisis humanitaria, que Venezuela niega rotundamente, es permanentemente citada por los países que critican al gobierno de Maduro, tanto en las asambleas de Organización de Estados Americanos (OEA) como en las declaraciones del Grupo de Lima. Esta semana, el GL volvió a hacer «un llamado urgente al gobierno de Venezuela para que permita el establecimiento de un canal humanitario que facilite brindar la atención inmediata que requieren los venezolanos que siguen atravesando la frontera».

El paso fronterizo registra miles de cruces permanentes entre uno y otro lado. Según el gobierno de Colombia, en los últimos 15 meses unos 819 mil venezolanos ingresaron al país y unos 442 mil estarían en situación migratoria irregular. «El problema en Colombia es que no hay salud pública y cualquier situación sanitaria de ciudadanos venezolanos no puede ser contenida por el sistema», afirmó un médico venezolano con experiencia en fronteras. «No hay crisis humanitaria, en todo caso puede haber crisis migratoria, pero por esta situación», agregó.

«Venezuela no reconoce la crisis, entonces no acepta los corredores humanitarios», afirman desde Cancillería. Consultados por este medio, negaron enfáticamente la relación entre la misión y una hipotética avanzada militar. «No tiene nada que ver, además los países de América Latina dijeron que no van a apoyar una intervención armada de ningún tipo, esto es ayuda humanitaria, que no se está realizando en territorio venezolano».

La misión enviada por el canciller argentino Jorge Faurie consta de 11 profesionales de la salud. Según pudo averiguar Tiempo, operan en una carpa de 100 metros cuadrados a la vera del puente internacional, del lado colombiano. La información oficial dice que «atiende 200 pacientes por día en casos de medicina general y en especialidades como pediatría, ginecología, cardiología, psicología, y servicios complementarios como laboratorios, imágenes diagnósticas, ultrasonografía y suministro de medicamentos».

Está previsto que la misión dure al menos tres meses, con rotación del personal, pero hay informaciones que plantean que el gobierno colombiano pidió que el plazo fuera de seis meses. Esto seguramente se someterá a revisión una vez que asuma el nuevo gobierno de Iván Duque, el 7 de agosto, que se espera que endurecerá la línea crítica hacia Maduro.

Para el extitular de Cascos Blancos, Gabriel Fucks, la misión «tiene más que ver con una política de presión hacia Venezuela en sintonía con la posición que tiene el gobierno argentino en la OEA que a la necesidad de montar una acción de asistencia sanitaria». Fucks observó que «cuando los Cascos Blancos intervienen sobre todo en países de América Latina, en general se articula con todos los países afectados y no con uno solo», como en este caso. «Si acá existiera una crisis humanitaria de una migración incontrolable que necesitara de la presencia de los Cascos Blancos, sería importante que la Cancillería argentina articulara con los dos países y pudiera tener una participación en ambos lados de la frontera», comentó Fucks a Tiempo. El exfuncionario diplomático, cuyo cargo hoy lo ocupa el abogado Alejandro Daneri, dice que no ve un «riesgo» de intervención militar inminente. «No inmediato, porque Estados Unidos lo que quiere es mantener una presión permanente. Pero la Argentina siempre sobreinterpreta estas cosas, y el señalamiento de la crisis humanitaria es como una espada de Damocles que puede permitir en algún momento la intervención».

Hasta el momento el gobierno de Maduro no se pronunció al respecto y voceros de la presidencia venezolana aclararon que luego de la gira de gobierno por Nicaragua (para acompañar el 39° aniversario de la Revolución Sandinista) se brindará una conferencia de prensa. Por su parte, el embajador venezolano en Buenos Aires, Carlos Martínez Mendoza, señaló que «en Cúcuta la gente va y viene de toda la vida. Es quizá la frontera más viva que tiene América del Sur». A su vez dijo que si «un gobierno le pidió a otro apoyo, nosotros no podemos negarnos, Argentina está en su derecho de apoyar a un país si lo necesita, pero claramente el acuerdo es con Colombia. Cualquier participación de Cascos Blancos en Venezuela debiera ser acordada con Venezuela, pero es algo que no debiera ocurrir, porque en Venezuela no hay crisis humanitaria», dijo. «

Colombia ya movilizó, ¿Argentina se prepara?

Varios cuadros de peso en el chavismo criticaron esta semana lo que llaman «planes de guerra por parte del gobierno colombiano» contra Venezuela, por el movimiento de tropas registrado en la zona fronteriza. Para el excanciller Roy Chaderton, estas maniobras «tienen como objetivo desestabilizar la frontera» y afirmó: «Vamos a resistir cualquier intento de invadir nuestro país». En un sentido similar se pronunció Adán Chávez en el reciente Foro de San Pablo realizado en Cuba.

Para varios analistas, la alianza de Colombia con EE UU y su inclusión en la OTAN permitirían sentar las bases de una hipotética avanzada militar contra Venezuela.

La periodista internacional Stella Calloni recordó que «Colombia le permitió al Pentágono la instalación de siete bases militares en su territorio». Con respecto a la alianza del gobierno argentino en la cruzada antichavista, Calloni estima que «el gobierno de Mauricio Macri se ha puesto en la primera línea de ataque a Venezuela». En ese contexto menciona la creación de una fuerza de despliegue rápido «a sugerencia de Estados Unidos», anunciada recientemente por el Ministerio de Defensa argentino y la firma de «un convenio con Panamá para supuestas tareas logísticas».