El intendente de Bariloche, Gustavo Genusso, autorizó a través de un decreto emitido el 11 de mayo a que el templo “Hay vida en Jesús” pudiera realizar celebraciones dos veces por semana con un máximo de 10 personas. La medida generó un gran escándalo de impredecibles consecuencias dado que la pareja de pastores, Carlos y Ximena Matamala, tienen coronavirus y uno de sus feligreses se encuentra internado en terapia intensiva.

En la resolución del Ejecutivo local, figuran los nombres, apellidos y DNI de quienes participaron de las misas. Están todos identificados y trascendió que en la actualidad están aislados.

En realidad, el decreto de Genusso blanqueó una situación que ya se venía dando: por lo menos el 7 y el 10 de mayo, con el conocimiento previo de la municipalidad, la iglesia evangelista en cuestión ya había realizado transmisiones en vivo a través de las redes sociales de sendos encuentros en los que participaron más de 60 pastores de la ciudad.

Los Matamala estarán alojados en un hotel por dos semanas. “Ahora, todos se lavan las manos y nos exponen solo a nosotros, ensucian a la iglesia y a nuestras familias”, esgrimieron, a modo de defensa, los pastores en diálogo con El Cordillerano.

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Con el correr de los días, el intendente sumó críticas, aunque vale decir que los cuestionamientos surgieron desde el comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio que decretó el gobierno nacional el 18 de marzo. Desde sectores de la oposición, científicos y médicos habían advertido que hubo un mal manejo del control sanitario y de la información brindada por la Municipalidad de Bariloche.

El médico y legislador provincial del Frente de Todos, Ramón Chiocconi afirmó: “Es preocupante que el intendente no lleve a cabo las medidas de control como lo indican los protocolos sanitarios nacionales”. Y agregó que “es muy notorio el desconocimiento que tiene Genusso sobre las graves consecuencias que puede tener la propagación del virus en una ciudad como Bariloche”.

En los últimos días, un vecino de Bariloche presentó un recurso de amparo contra la Municipalidad para que no haya flexibilización de la cuarentena en la ciudad.

En la presentación judicial argumentan que “en todo el país, al 16 de mayo, la cifra de contagiados es de 7.805 sobre un total de 44.000.000 habitantes, es decir que hay 18 contagiados cada 100.000”. Sin embargo, la situación en Bariloche es distinta: “los 118 contagios sobre un total de 150.000 personas, conforman 79 contagios cada 100.000”. Con lo cual, explicaron que la ciudad patagónica está cerca de los números de la Ciudad de Buenos Aires, que es la zona con más infectados de todo el país.

Por otro lado, insisten en la conformación de un comité de crisis con la representación de todos los sectores de la comunidad. En esse sentido, Chiocconi considera que “el intendente resuelve medidas solo y no escucha los reclamos de la sociedad, eso genera descontrol y desconfianza, los malos resultados están a la vista”.

La semana pasada, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, había comparado el coronavirus con el “Sida”, lo que generó un repudio generalizado en el ámbito médico, científico y social de la comunidad. Además, responsabilizó a las personas por el contagio y propagación del virus y desligó de toda obligación al estado provincial.

Verónica, una militante seropositvx de Bariloche, aseguró: «Hacernos responsables por el contagio a las personas que vivimos con VIH, es criminalizarnos y vulnera nuestros derechos, hace 25 años que hablamos de VIH y no de Sida”.

“Resulta sumamente preocupante el modo de construir el relato del crecimiento de casos y la atribución a decisiones individuales realizadas desde la cartera sanitaria provincial y desde la intendencia. Las formas de comunicar no son inocentes para quienes enuncian estos discursos, ni indiferentes para quienes los reciben, comparten, ni replican”, analizó Soledad Pérez, Doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet.