En Marcha, el brazo político de los movimientos sociales, se presentó en sociedad esta semana en el microestadio de Ferro. Los actores que llevaron adelante la multitudianaria marcha Federal del 1 de junio apuestan a la unidad para derrotar a Cambiemos en las próximas elecciones desde un espacio opositor, plural y diverso que plantea una contradicción fundamental para lograr la unidad de cara a las próximas elecciones: el modelo de país.

Victoria Donda (Libres del Sur), Leonardo Grosso (Movimiento Evita) y Jonathan Thea (Seamos Libres), hablaron con Tiempo sobre el futuro del espacio y las posibilidades de la unidad del campo Nacional y Popular pensando en 2019.

–¿Cómo caracterizan el espacio político que acaban de conformar?

Leonardo Grosso: –Es un espacio impulsado por los movimientos sociales. Eso está claro y hay una decisión de que tenga una impronta generacional. Con una vocación de aportar nuestro propio recorrido y nuestra propia experiencia en construcción política, pero también tiene que ver con cómo hacemos para construir una opción de poder, un espacio con vocación de mayoría que se haga cargo de las contradicciones que tiene el pueblo, el campo popular y la oposición en general. Pero nosotros también somos un espacio social y político que desde que llegó este gobierno nos hicimos cargo de salir a la calle a enfrentar lo que creíamos que estaba mal y a denunciar las políticas de exclusión sobre los sectores que creemos representar.

–¿Cuáles son los puntos comunes que encuentran para la construcción?

Jonathan Thea: –Nosotros trabajamos sobre cinco ejes programáticos: La economía popular, el feminismo, la discusión sobre el ambiente, la soberanía, y el rol y el funcionamiento del Estado. Sobre esos cinco puntos el espacio va a debatir, va incorporar sectores. Nosotros no lanzamos una campaña electoral, lanzamos un idea con tres ejes centrales y cinco puntos a desarrollar. Este es el inicio de un proceso. Nuestra idea es que esto vaya creciendo y que el espacio pueda aportar a un gran frente opositor.

–¿Más allá de la coyuntura y teniendo en cuenta lo heterogéneo del movimiento feminista cómo van a trabajar el tema?

Victoria Donda: –Un espacio político que quiere construir una sociedad de iguales no puede verse a sí mismo por fuera del feminismo. Nosotros tenemos que ser parte de ese movimiento que es más grande y nos excede. No podemos tener una mirada sesgada. Si  somos un espacio político que quiere achicar la brecha entre ricos y pobres también queremos que se achique la brecha entre hombres y mujeres. Esto estructural y  medular.

–¿Cuál piensan que será la opción electoral en la que van a confluir?

LG: –Nosotros buscamos promover un gran acuerdo opositor. Lo dijimos con mucha fuerza en el acto, por eso ahí había una platea especial en la que estaban desde Antonio Bonfatti (exgobernador de Santa Fe) hasta Felipe Solá, pasando por Wado de Pedro y muchos más. En ese  mapa, con las organizaciones y los sindicatos, es que nos movemos. La unidad es un tema demasiado importante para dejarlo sólo en manos de los políticos. La militancia tiene que construir y consolidar un proceso que tienda a la unidad. Por eso los ejes son la herramienta perfecta, porque buscan coincidencias y no diferencias  para poder construir un programa para la próxima vez que haya un gobierno popular en Argentina. La fuerza que tiene el gobierno de Macri no radica sólo en el poder político sino también en el poder económico. Entonces la fuerza que tenemos que construir para ser alternativa no sólo tiene que ser grande, sino diversa, multicolor y con matices. Tiene que ser el resultado de un proceso de construcción para ganarle a Macri.

VD: –El tema no es sólo ganarle a Macri, sino para qué le querés ganar a Macri. Hay que ganarle pero ganarle con una consistencia que no te haga fracasar a los seis meses. Yo creo que hay que revisar la estructura del Estado. Vos tenés un Estado que no fue capaz de dar respuesta. Hay que analizar po qué el Estado no fue capaz de hacerlo. No podés pensarlo sin saber cómo vas a distribuir la riqueza que se genera. Por eso no podemos tolerar la corrupción, porque para modificar la distribución del riqueza, para modificar el Estado, vas a tener que tocar intereses.

–¿Ustedes creen que el gobierno puede perder las elecciones en 2019?

JT: –Sí, claro. Lo que vemos es que la situación económica es cada vez peor. Lo que vemos es que el Gobierno intenta resolver esta situación con un acuerdo con el FMI que lo llevará a hacer un ajuste fenomenal que se va a dar en los sectores que menos tienen. El cuadro de situación es grave y va a ser cada vez peor. ¿Esa situación alcanza para que venga otro gobierno en 2019? No. Está en nosotros poder construir una alternativa que sea fundamentalmente basada en una transformación profunda de la Argentina. La situación va estar peor, los que menos tienen sufren cada vez más, los sectores medios también están atacados. No creemos que haya posibilidad que el gobierno repunte, pero sabemos que para atraer al electorado que se entusiasme tenemos que construir una alternativa que no sólo diga lo que está mal, porque eso la gente ya lo sabe, sino que tenga propuestas.

–En el acto había una presencia de muchos sectores de la oposición, incluso varias vertienetes del peronismo. ¿Cómo se imaginan el diálogo?

LG: –Vamos a hablar con todos. Creemos que a nadie le sobra nada. Las dos últimas elecciones nacionales dan cuenta de eso. Los que están sufriendo es el pueblo, los laburantes, la clase media los comerciantes. Me parece que desde esa realidad hay que hablar con todos los sectores. El desafío más grande es rearticular el campo popular. Tenemos que buscar la mejor estrategia para rearticular a todos. Creemos que es con programas y puntos de acuerdo. Nosotros trabajamos para no ser una opción testimonial. Necesitamos dirigentes que estén a la altura de las circunstancias, que dejemos los egos, los personalismos, las diferencias de lado y que podamos construir la herramienta que permita cambiar esto.

Vienen de construcciones distintas y hasta hace poco tiempo estaban en veredas opuestas. ¿Se hace difícil limar las asperezas o se trata de mirar hacia adelante?

VD: –Hay algunas cosas que no importan porque es una construcción para adelante. Hay otras cosas que son nodales, pero con una mirada hacia atrás de lo que uno hizo en los años anteriores. Con una autocrítica en cada espacio. Tenemos que ser un espacio político atravesado por una contradicción principal que es qué país queremos. Ahora tenemos que dejar en claro que queremos una transformación en serio y que la corrupción debe quedar por fuera. Para dejarlo en claro: si vos no podés explicar lo que tenés en tu caja de seguridad no podés formar parte de un espacio que quiere una transformación profunda del Estado.

–¿Qué tan compleja ven la construcción de esa unidad de cara a 2019?

LG: –Hay un proceso de unidad en la calle que se viene dando desde 2015 de tres sectores que defendían los mismos intereses pero teníamos distintas herramientas políticas. Ahí es cuando decidimos construir la alianza de los cayetanos. Cuando nosotros construimos gobiernos populares en Argentina metimos contradicciones enormes. Cuando Néstor llegó incorporó al gobierno a funcionarios de Duhalde que habían tenido responsabilidad material en el asesinato de Darío (Santillán) y Maximiliano (Kosteki) en el puente Pueyrredón y también nos incorporó a nosotros que estábamos al lado de Darío y Maxi. Eso no fue discutido en ese momento, pero sucedió. Para construir un espacio grande que le pueda ganar a Macri hay que reconstruir una alianza muy amplia. «