La vida, el reconocimiento del talento ajeno, su propio olfato político, una afinidad personal que se profundiza al compartir las convicciones. Una serie de circunstancias que no fueron casuales ubicaron a Carlos Bianco (43 años, licenciado en Comercio Internacional en la Universidad de Quilmes, con estudios de posgrado en Economías Latinoamericanas en CEPAL y un doctorado en Desarrollo Económico) como testigo privilegiado del proceso que convirtió a Axel Kicillof en uno de los dirigentes políticos más importantes de la actualidad. Bianco conoció al candidato a gobernador bonaerense en el segundo semestre de 1998: era profesor de la materia Corrientes Económicas Contemporáneas en la UNQ.  En el incierto verano de 2016, con Mauricio Macri en los 100 días de expectativa y tregua social que siguen a cualquier asunción presidencial, Bianco sumó su aporte (es docente, investigador y miembro del Consejo Superior de esa casa de estudios) para que Kicillof diera una conferencia sobre el modelo económico de Cambiemos en el auditorio de la universidad. La actividad estaba pensada para un público limitado. La convocatoria, inesperada, obligó a trasladarse a cielo abierto. Hubo tres mil personas que ocuparon el espacio de dos canchas de papi fútbol. Algo estaba pasando.

Acaso haya sido esa capacidad para acompañar y al mismo tiempo empujar lo que estaba surgiendo la que haya puesto a Bianco en el volante de su Renault Clio, que en esta campaña se volvió famoso. El ‘Kici-móvil’ fue acumulando kilometraje. Y Kicillof terminó ungido como candidato por decantación. Se le reconoció su condición de pionero en la tarea de recorrer la provincia casi desde el primer minuto para advertir, mientras otros elegían el silencio o esperaban que pasara la ola inicial, sobre las consecuencias que acarrearían las políticas económicas del macrismo. Bianco fue testigo y parte de todo eso. Ahora es el jefe de campaña del –probable, falta octubre- futuro gobernador de Buenos Aires. Bianco es ex secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, donde trató mucho a Héctor Timerman. (El fallecido ex canciller solía aconsejarle que dosificara la lectura de los diarios y que no hiciera lo mismo que él, que era un lector obsesivo de todo lo que se publicaba). Empezó a dar entrevistas en la última semana. El levantamiento del perfil coincidió con la reanudación de la campaña.

Pero las recorridas en auto y el contacto cara a cara dejaron su huella. Bianco, a quien sus allegados llaman simplemente ‘Carli, padece tendinopatía tibial posterior, según el diagnóstico médico. No puede pisar más el pedal con el pie izquierdo. “Nos iremos turnando un poco. Ahora estamos yendo con dos autos”, cuenta mientras dialoga con Tiempo desde uno de los reductos preferidos de Kicillof y de todo su equipo: el centro cultural Morán, bar y espacio de encuentro de la militancia, ubicado en el barrio porteño de Agronomía. Apenas termine la conversación con este diario, Bianco dará en ese mismo lugar una charla abierta, con proyección de cifras en pantalla gigante, sobre las tesis del economista Raúl Prebisch, teórico del desarrollo en la Argentina. Nacido en Quilmes, donde aún reside, Bianco cursó sus estudios mientras manejaba uno de los dos camiones que su padre, cuentapropista y empresario PYME, había comprado para dedicarse al transporte y la logística. “Mi vieja, que está fallecida, era ama de casa. Mi viejo, camionero pero no empleado, tenía un camión. Luego compró otro. Y yo era su empleado en negro mientras cursaba en Quilmes. Ellos tenían solo el primario”, cuenta sobre su propia historia.

-Para usted, ¿Kicillof es el que mejor entiende la economía Argentina?

-Es el economista más lúcido del país. De los últimos que tuvo Argentina, claramente es el mejor economista porque además tuvo que manejar el ministerio de Economía en un contexto internacional muy complejo. Si uno se guiaba por lo que estaba sucediendo en el mercado mundial, probablemente lo que hubiera pasado es que la Argentina habría entrado muy rápidamente en una crisis económica. Sin embargo, con la instrucción y el comando de Cristina, lo que se pudo hacer en esos últimos años del kirchnerismo fue, en primer lugar, evitar entrar en una crisis económica de la mano del contexto mundial y, en segundo lugar, se pudo crecer. Moderadamente, pero se pudo crecer. Se mantuvo el empleo y el nivel de industrialización. En definitiva, el contexto (en el que le tocó actuar a Kicillof) fue muy distinto al de otros economistas. Ahora se suele contraponer cómo le fue a la economía argentina, por ejemplo, con (Roberto) Lavagna y cómo le fue con Axel. Pero eso no tiene nada que ver con el contexto internacional de un momento y el otro. Tampoco la situación doméstica en la que cada uno se hizo cargo de ese ministerio. Salir de la crisis y crecer rápido suele ser más sencillo que, una vez que creciste durante determinada cantidad de tiempo, sostener un ritmo de crecimiento.

-En un momento se pensó que promover a Kicillof como candidato a gobernador era una decisión rupturista. Los resultados de las PASO mostraron que la sociedad bonaerense conectó con su figura…

-Creo que lo que los y las bonaerenses vieron desde un primer momento, más allá de lo que veían por la tele desde su función como ministro porque Axel tuvo una presencia muy fuerte durante el último gobierno de Cristina, fue a un tipo bastante simple, bastante sencillo, que tenía ideas económicas y políticas muy claras. Vieron a un tipo que es un ejemplo él en general y todo nuestro grupo en particular, de austeridad y de profesionalismo. En el sentido de estudiar y trabajar con profundidad los distintos temas económicos y políticos y que de a poco eso fue generando todo lo que se ve hoy. La sensación que uno tiene cuando recorre toda la provincia es de mucha cercanía, de mucho afecto. Señores mayores lo tratan como un nieto.  Es llamativa la forma en que le hablan, en que lo tocan, en cómo le dan un beso. Señoras mayores lo tratan como un nieto y las no tan mayores como un hijo. El otro día, en la localidad de América, cabecera del distrito de Rivadavia, casi frontera con La Pampa, fuimos a una fábrica y cuando salió había un conjunto de gente que se había enterado de su visita. Entre la gente estaban cinco o seis nenitas de entre cinco y seis años con carteles hechos por ellas. Una de las cartulinas mostraba una foto de Axel y dibujitos de unicornios. Los unicornios y Axel. Lo que está pasando es algo que trasciende la cuestión estrictamente política. Es algo que se fue construyendo en estos tres años y medio de recorridas, de poner la cara, de explicar lo que estaba sucediendo, de mirar a la cara y a los ojos a la gente. Y de no mentirles.

-¿Cómo están las cuentas del gobierno de Vidal y qué se imagina para el 10 de diciembre?

-Están muy mal. El cálculo que nosotros tenemos al día de hoy es que al fin del ejercicio le estarían faltando cerca 80 mil millones de pesos para cerrar el ejercicio. No sabemos bien de dónde los va a sacar.

-Usted será probablemente una de las espadas políticas de Kicillof. Dentro de cuatro años, ¿cuál será la impronta por la que se recuerde a este eventual gobierno en la provincia?

-Primero una cuestión transversal y general: el gobierno de Axel, conociéndolo a Axel, y conociéndonos a varios de los que estamos con él, va a ser un gobierno muy austero, muy transparente y sacrificado. Eso para todas las áreas e independientemente de quiénes sean los funcionarios. Porque va a ser un mandato expreso del gobernador.

-Un mandato que involucrará a ministros que quizá no provengan del espacio político más directamente ligado a Kicillof…

-Esa (la conformación del gabinete) es una discusión que todavía no se ha dado y que seguramente suceda si se gana en las elecciones generales. Después habrá, en términos de objetivos, una cuestión más de mediano plazo o general, que ha sido el principal eje que Axel ha marcado en la campaña: le quiere dar una impronta fuertemente productiva a la provincia. Nosotros tenemos muy en claro eso, sea un país, sea una provincia, sea un municipio: la forma de mejorar estructuralmente y de manera genuina y a largo plazo las condiciones de vida a la población es fomentar la producción, no la timba financiera, y el empleo genuino, bien pago, formal. Después estarán los desafíos de corto plazo, las emergencias. Hoy en día tenés una crisis alimentaria muy fuerte, donde muchos de los intendentes están tomando distintas medidas y paliativos para mejorar las condiciones de acceso a los alimentos. También el sistema de salud está en emergencia. Hay falta de insumos, falta de medicamentos, hay muy mala atención primaria en los hospitales y en los centros de atención. También hay un problema fuerte en lo educativo, sobre todo en lo vinculado a infraestructura de las escuelas.

-Quiero pedirle opinión de cuatro personas, las voy a ir mencionando a una:  Alberto Fernandez

-Una esperanza para los argentinos y una persona que tiene la responsabilidad de sacar a la Argentina de la crisis y que por suerte ya ha tenido una experiencia vital en ese sentido junto a Néstor Kirchner. Creo y estoy muy convencido de que lo va a poder repetir.

-Cristina Fernández de Kirchner.

-La principal referente política, para mí, junto con Perón y Evita probablemente, de la historia argentina.

-Máximo Kirchner.

-Un gran compañero. Un tipo muy, muy formado. Y que ha sabido construir una organización política con presencia en todo el territorio del país y con una capilaridad muy importante y que además es una de las organizaciones de las más solidarias que se han visto históricamente y que ha participado de muchas acciones en ese sentido. Y que ha crecido muchísimo, tanto en volumen como en la importancia de sus múltiples dirigentes.

-Sergio Massa.

-Sergio Massa, un dirigente también muy formado. Que en su momento habrá decidido, por distintas razones, dar un paso al costado dentro de lo que se llamó el kirchnerismo, pero que con mucha responsabilidad en este último tiempo se ha dado cuenta que más allá de diferencias personales era muy necesario armar un frente político que se llamó y se llama el Frente de Todos para dar la pelea fundamental, la contradicción fundamental, que es sacar al neoliberalismo de la conducción del gobierno nacional y del gobierno de la provincia de Buenos Aires.