«Vos que lo conocés a Bragarnik, ¿por qué no empezás de vuelta?». Todos los jueves, en una canchita de Avellaneda, Mariano Monrroy se junta a jugar con un grupo de exfutbolistas. Un jueves de 2018, después de que dejara el cargo de subcoordinador de las inferiores de Deportivo Armenio, le nombraron a Bragarnik en el vestuario. Mediocampista surgido de Arsenal en 1997, Monrroy pasó tres años después a Talleres de Córdoba. Luego fue transferido a Irapuato de México, en 2002. Ese fue el primer pase de Christian Bragarnik, el empresario más poderoso del fútbol argentino, el que acercó a Diego Maradona a Dorados de Sinaloa, el que abastece de jugadores a Boca –el último de su escudería, Iván Marcone, que llega de Cruz Azul– y el que entró hasta en la Selección Argentina gracias a la amistad con Daniel Angelici.

Monrroy se retiró en 2012 en Comunicaciones, en la B Metropolitana. Primero se alejó del fútbol y se dedicó al comercio: administra lavaderos. «Un típico 10 de potrero. Pisadas, gambetas, toques sutiles y lujos al por mayor integraban su menú», lo recuerda el sitio Expediente Chicago, porque jugó en Nueva Chicago y la rompió en un clásico ante Chacarita, en 2004. Eso ocurrió a su regreso de México, donde ascendió con Irapuato, a donde llegó por Bragarnik, el representante que, quince años más tarde, hace pie como gerenciador de Defensa y Justicia y mantiene vínculos con más de la mitad de los clubes de la Superliga a través de jugadores y técnicos.

–Yo tenía un video de fútbol que me habían armado –cuenta Monrroy, el futbolista del origen de Bragarnik–. Y mi viejo, que siempre estaba metido, me dijo: «¿Por qué no vas a ver a este muchacho? Hace buenos videos». Christian tenía un videoclub en Flores. Entonces fuimos y cuando lo vio, me dijo: «Che, tenés para armar un buen video con las mejores jugadas. ¿Con quién estás?». Le dije que con (Marcelo) Simonian, pero que no quería saber más nada porque no me daba pelota. Y ahí me dijo que si quería le daba el video a unos conocidos para que lo muevan, y justo alguien se lo llevó para México. Me llamó y me dijo: «Mirá que te están siguiendo». Justo estaba jugando la Copa Libertadores con Talleres y jugábamos contra el América. Cuando jugamos allá, me fue a ver alguien del club. Un día me llama y me dice: «¿Con quién querés que hable, con Simonian, con Julito Grondona o con los de Talleres». Entonces le dije: «Lo hiciste vos, hacelo vos. Ellos no hicieron nada».

Bragarnik y Monrroy llegaron juntos a México. Pero Bragarnik no volvió. Al año, era el presidente de Querétaro. Irapuato, Querétaro y Celaya compartían inversionistas. Uno era Tirso Martínez Sánchez, alias «El Doctor» o «El Futbolista», vinculado al Cártel de Juárez y a narcotraficantes colombianos. Martínez Sánchez fue detenido y extraditado a Estados Unidos en 2014, acusado de lavar dinero en esos clubes mexicanos y a través de transferencias de jugadores desde Colombia, en sociedad con Promotora Internacional Fut Soccer. «La gente a la que le vendimos a Monrroy me propone quedarme. Querían a alguien para visionar –le dijo Bragarnik a Tiempo en 2015, en su oficina de la empresa Score Fútbol en Puerto Madero–. Allá son franquicias con dueños y le dan otro orden. Ahí es que se discute mi origen. Me tocó ir a trabajar en la parte deportiva y con el tiempo me enteré de que aparentemente los capitalistas del club, su dinero, venía del narcotráfico».

Bragarnik fue investigado en octubre de 2014: un informe de un organismo de control en base a datos de Reporte de Operación Sospechosa emitidos por entidades bancarias observó que «el monto de la operación» de Julio César Rodríguez, de Defensa y Justicia a Dorados de Sinaloa a cambio de 70 mil dólares, resultaba «llamativamente exiguo para el mercado internacional del fútbol profesional». La investigación nunca avanzó. Entre los porqué, marcan, se encuentra Claudia María Angelici, hermana del presidente de Boca, que ocupa un cargo en la Jefatura de la División Base de Datos de Fiscalización de la AFIP.

En los últimos días, Bragarnik fue acusado en México de operar en contra de Cruz Azul, de forzar la salida de Marcone. Antes de que Boca hiciera la oferta, le pidió un aumento de sueldo a Cruz Azul por el buen rendimiento del jugador en el último torneo. «Hubo además llamadas desde Argentina a Marcone para decirle que en la Selección aprecian mucho que juegue en su país para tenerlo en cuenta en futuras convocatorias. Con esto, la presión del representante se hizo mayúscula», detalló el diario Récord. Bragarnik había negociado en nombre de Angelici el pase de Mauro Zárate de Vélez a Boca, con la promesa del trampolín a la Selección.

Un trabajo periodístico de Cámara Húngara determinó que casi el 54% de los 312 clubes que integran la Liga MX, Ascenso MX, Liga Premier y Tercera División tienen sede en ciudades o estados de México en los que operan los principales cárteles de droga. Como el Dorados de Sinaloa que dirige Maradona. Como lo fue el Querétaro que presidió Bragarnik. Como el Irapuato en el que jugó Monrroy.

–¿Cómo conviviste en ese ambiente?

–Allá, lamentablemente, es algo que viene desde hace años, está instalado. Nosotros no viajábamos con bolsones con cocaína, pero veíamos a la gente de ellos. Vos te das cuenta cuando son pesados. A Christian siempre lo van a relacionar porque esos clubes en los que arrancó estaban muy manchados. Decían que el fútbol mexicano se estaba pareciendo al colombiano, y la federación al tiempo les sacó los clubes.

Desde hace dos meses, Monrroy trabaja con Bragarnik. «Cuando se llega a algo –dice–, él le da el toque final».