Oscar Alfredo Remorino, uno de los punteros históricos del PRO dentro de la Villa 31 de Retiro, comenzó a reconvertirse a partir de los negocios inmobiliarios que lanzó el gobierno nacional con la subasta de edificios públicos que anunció el presidente Mauricio Macri a fines del año pasado. Desde hace dos décadas, Remorino es un reconocido vecino dentro del barrio. Lo llaman «El Gitano», sobrenombre del poderoso propietario del corralón más importante de la Villa 31 y uno de los principales proveedores de materiales para sus vecinos, especialmente cuando la comuna cercó el barrio para evitar el ingreso de arena, cemento y ladrillos y así evitar el crecimiento de metros cuadrados en la zona. La semana pasada la Agencia de Administraciòn de Bienes del Estado (AABE), conducida por Ramón Lanús, oficializó la subasta 8/17, por la venta del edificio ubicado en el 142 de la calle Chacabuco, en el corazón del microcentro porteño. Se trata de uno de los tres edificios que la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) puso a la venta a través de la AABE. El 17 de julio, el organismo dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros, formalizó la adjudicación mediante la resolución RESFC-2017-191-APN-AABE#JGM, a través de la cual se le entregó el edificio de tres plantas a Remorino, que ofertó 460 mil dólares por un inmueble que fue una vieja cueva del aparato de inteligencia estatal. Se trata de un viejo búnker de la ex SIDE que albergó un prostíbulo VIP (ver aparte).

Según el llamado para la subasta que realizó la AABE, «el estudio estructural facilitado al momento de la inspección recomienda ‘la demolición total del edificio y el apuntalamiento de los muros linderos'». El edificio tiene 941 metros cuadrados de superficie cubierta y fue cotizado en 450 mil dólares, precisamente la cifra que Remorino ofertó y pagó para hacerse cargo del edificio. Una ganga, teniendo en cuenta que ese es el precio de una vivienda familiar en terreno propio en los barrios de la zona norte de la ciudad. 

Ante las consultas de este diario fuentes de la Casa Rosada explicaron que se trata de uno de los 87 inmuebles que Macri decidió poner a la venta. «En todos los casos, el 70% de lo recaudado va para el organismo poseedor del inmueble y el 30% para las arcas del estado federal. En todos los casos los oferentes tienen que presentar sus antecedentes para participar de la subasta, pero desconocíamos quién era Remorino», explicó un funcionario. En este caso, el 70% de los 450 mil dólares, es decir 322 mil deberán ser enviados al organismo de inteligencia que conducen Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. «Con esos fondos cada organismo deberá hacer inversiones en bienes de capital, no en gastos corrientes. Obviamente estaremos atentos a que se destine el dinero como dice la norma», contestó la fuente consultada. El 6 de mayo del año pasado Macri firmó el decreto 656/16 para que todos los fondos del organismo de espionaje estatal que depende de la Presidencia sean secretos. Fue un cambio rotundo respecto del decreto 1311/15, que habilitaba el acceso público a los gastos de la ex SIDE.

En ese contexto de opacidad (ver aparte) ingresarán los 322 mil dólares destinados para «bienes de capital» de la ex SIDE, por el edificio de Chacabuco 142, del cual Remorino ahora es titular. «Ese edificio lo tratamos de vender tres veces: primero en mayo, después en junio y con dos subastas desiertas, lo volvimos a poner a la venta en julio, donde se presentò Remorino», explicó un funcionario de la AABE consultado sobre la similitud entre el valor de ofrecimiento y el de compra.

Otras propiedades de la AFI

Los otros dos edificios vendidos son 794 metros cuadrados ubicados en el 2079 de Coronel Díaz, corazón de Palermo, que fue tasado por 1,5 millones de dólares. El otro tiene 32,90 metros cuadrados, y esta en Avenida Corrientes 2885, entre Boulogne Sur Mer y Avenida Pueyrredòn, que fue vendido por 65 mil dólares. En ambos casos, el comprador es el Fideicomiso AVE 1, cuyos antecedentes son menos conocidos que los que posee Remorino.

El gitano, un hombre del PRO

En la actualidad, según confiaron fuentes oficiales del gobierno porteño a este medio, CEMACO, la empresa de Remorino, le alquila sus maquinarias a la administración de Horacio Rodríguez Larreta para el proceso de urbanización que anunció desde el año pasado. El 26 de julio de 2015, Tiempo Argentino reveló que Remorino le había facturado 45 millones de pesos la comuna, por ese entonces bajo el segundo mandato de Macri como jefe de Gobierno. Las operaciones se extendieron desde entonces y no se detuvieron, aunque las cifras oficiales ahora se mantienen bajo estricto secreto.
De acuerdo a los registros públicos del gobierno porteño y de la Administración Federal de Ingresos Públicos, AFIP, el Gitano tiene 49 años. Nació el 17 de junio de 1968 y es reconocido como un antiguo e influyente vecino que habría integrado el grupo que resistió en 1996, cuerpo a cuerpo, al avance de las topadoras que envió el intendente Jorge Domínguez para erradicar la villa. Los memoriosos recuerdan que el Gitano surgió en el negocio de los corralones, a partir de la «venta de materiales que sobraban de la Dársena F del Puerto de Buenos Aires. La venta de piedra, arena y materiales lo transformaron en el principal proveedor de materias primas para los avanzados saberes populares de construcción del barrio. Un análisis de los métodos de construcción de la Villa, realizado por un equipo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, Uruguay, identificó a CEMACO como «una barraca en el interior de la villa, muy concurrida por fácil acceso y distribución», aunque «sus precios son elevados».
La relación entre Remorino y el macrismo pasa por distintos funcionarios nacionales que tuvieron un rol determinante en la administración del PRO al frente de la Ciudad. Entre ellos aparece la actual vicepresidenta de la Nación Gabriela Michetti, el actual parlamentario del Mercosur Fabián Rodríguez Simón, y la actual subsecretaria de Hábitat de la Nación Marina Klemenziewicz, que en la comuna fue secretaria de Hábitat e Inclusión. «Pepín» Rodríguez Simón fue en 2009 uno de los promotores de los cerrojos que trató de imponer el jefe de Gobierno porteño alrededor de la Villa 31 para evitar el ingreso de materiales con el fin de evitar la expansión del barrio. Adentro del cerrojo, estaba Remorino, a quien le adjudican en el Gobierno una vinculación estrecha con «Pepín» desde que fue jefe de Gabinete del ministerio de Ambiente y Espacio Público. 

Luego de ese conflicto, que incluyó acusaciones directas de Macri contra Remorino, CEMACO recompuso sus contratos con la gestión PRO en la Ciudad. En 2009 la facturación de Remorino fue de $ 159 mil, al año siguiente, en 2010, subió a $ 255.900, y en 2011 superó todos los techos, con $3.809.560 en contrataciones directas y licitaciones otorgadas, en muchos casos firmadas por la Subsecretaría de Atención Ciudadana, conducida por Eduardo Macchiavelli, actual ministro de Larreta. 

En el medio de sus apoyos al PRO dentro de la villa, El Gitano tuvo un rol determinante en la visita del Sri Sri Ravi Shankar a la villa, e incluso llegó a recibirlo en su casa para garantizar la seguridad del líder espiritual que en ese mismo año se mostró junto a Macri. Cinco años después de esos gestos, y al calor de un nuevo proceso de urbanización de la Villa, Remorino sale de los límites de la villa de Retiro para explorar el negocio inmobiliario con la compra de un edificio que, hasta julio, nadie quería comprar. Sin embargo, en el gobierno sostienen que «es un desconocido».«