Fue una semana larga para el ministro de Economía, Martín Guzmán, por la dinámica del mercado cambiario, pero el viernes obtuvo un guiño desde uno de los sectores más importantes de la economía, como la industria alimenticia. Eso sí, con la condición de un acuerdo con el Fondo Monetario y reformas pospandemia orientadas a responder a las demandas del mercado.

Curiosamente, la semana había empezado con gestos de aprobación del establisment económico tras el paso del ministro por el Coloquio de Idea. En la versión digital del tradicional foro empresario Guzmán adelantó medidas de flexibilización del dólar contado con liquidación. Ese día el director de Idea, Miguel Blanco, aseguró a Tiempo que el mensaje fue muy bien recibido por una audiencia que durante el evento polemizó incluso con el presidente Alberto Fernández. Pero tras el breve receso del fin de semana, a la hora de la verdad, el mercado respondió a contramano de las expectativas oficiales.

Tras cinco días de turbulencia, el viernes, el vicepresidente la Unión Industrial Argentina (UIA), referente de la industria alimenticia, y titular de Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), Daniel Funes de Rioja, salió con un mensaje de respaldo al titular de Hacienda: «A Guzmán hay que darle tiempo. Es un técnico de alto nivel que en este momento hace las veces de cirujano», dijo y agregó: «Nosotros aspiramos a la tranquilidad. Lo que viene en lo macro es avanzar con el FMI y después procurar medidas para volver a recrear la confianza de los inversores».

En defensa del sector alimenticio, Funes de Rioja remarcó que las empresas todavía ven «un desfasaje muy grande» entre los precios autorizados en la lista de Precios Máximos y el tipo de cambio oficial: «La brecha cambiaria explica el desabastecimiento de productos», admitió un día después de que la Secretaría de Comercio Interior informó que multó con $ 47 millones a las empresas que incumplieron el pacto.

«Nosotros estamos a favor de una estabilidad macro y no de una mayor inflación. Desde lo tributario hay que bajar impuestos para que llegue la inversión. Lo que pretendemos es que el gobierno encuentre los instrumentos en el marco de una economía en la que los privados y el mercado estén en el centro de la recuperación poscrisis», concluyó.

Responsables

En una entrevista con Radio con Vos el viernes pasado, el ministro Guzmán apuntó con una indirecta a los sectores empresarios que en la semana cuestionaron la política del gobierno en general y de su ministerio en especial. «Todos tenemos responsabilidades sociales», señaló. Frente a la repregunta, explicó que se refería a la recepción que tuvo en ciertos ambientes empresariales el conflicto que enfrentó al extitular de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, con su hermana Dolores por la propiedad de un campo de la familia. El caso motivó críticas de las patronales agropecuarias de la Mesa de Enlace que aprovecharon el caso para poner en duda la posición del gobierno nacional sobre la propiedad privada.

«Las cosas que pasaron tienen que ver con cuestiones concretas que no hay generalizar. Hay que mirar los temas con el cuidado que se merecen porque eso (las críticas) va en la dirección contraria de tener un ambiente de calma. Se necesita profundizar los entendimientos», señaló Guzmán en inusual clave política.

Por el contrario, destacó los recientes acercamientos a sectores particulares como pruebas del diálogo con la dirigencia privada. La semana pasada el gobierno reflotó el Consejo Económico y Social, que fue uno de los ejes de campaña pero que en el primer tramo del gobierno del Frente de Todos estuvo en suspenso. También lanzó el Plan Gas 2020-2024 en Vaca Muerta, «muy articulado con el sector», según definió el titular del Palacio de Hacienda, quien también destacó la presentación de dos proyectos de ley para fomentar la actividad de la construcción. En ese marco también destacó avances en el desarrollo de un proyecto de ley junto con el Consejo Agroindustrial Argentino, que aparece como el articulador de un programa político y económico de largo plazo y que sería del agrado del gobierno. ¿Sus claves? Favorecer al polo sojero para incrementar las exportaciones y de allí traccionar el resto de la economía. Quizá una nueva versión de la teoría del derrame. «