Hace pocos días el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó los pormenores de la prueba piloto para el Censo poblacional que se realizará en los próximos días para el operativo que finalmente se llevará adelante en octubre de 2020.

La Asociación de Estudios de la Población Argentina (AEPA) difundió una dura carta dirigida al Director del Instituto de Estadística y Censos, Jorge Todesca para compartir su preocupación sobre el relevamiento que preparan.

AEPA, según detallan en la propia misiva, es una Asociación Civil sin fines de lucro fundada en 1991 y que reúne a docentes e investigadores especializados «en el estudio científico de la población». La entidad se dedica a colaborar con universidades e institutos de investigación de orden público como el CONICET en lo que se refiere a la elaboración de informes demográficos e incluso brindan asistencia metodológica para investigaciones de esa naturaleza.

La carta, con la firma de su presidente Carlos Grushka señala  “su preocupación en torno al próximo Censo Nacional de Población” que considera “el relevamiento estadístico más importante que realizan los países” cuyos objetivos, recuerda, están contenidos en el artículo 45 de la Constitución Nacional y, claro, establece el Marco Muestral para decenas de estudios estadísticas oficiales y privados.

Por ese motivo consideran fundamental “que la población se sienta motivada a responder adecuadamente todas las preguntas censales”.

Ante la difusión de las planillas que serán utilizadas en la segunda Prueba Piloto (mecanismo propio de estudios de esta naturaleza que sirven a mejorar la confección final del cuestionario en base a su aplicación sobre una pequeña muestra), la entidad explicó que las preguntas “han generado diversas inquietudes entre especialistas de nuestra asociación”. En particular, explican, relacionadas con la incorporación de nuevas preguntas que podrían generar “una alta omisión censal”. Se refieren a las preguntas 11 y 18 que indagan sobre la identidad del censado y su número de Documento Nacional de Identidad.

En el mismo sentido se refieren a la pregunta 32 donde se solicita el domicilio laboral del censado algo que podría “generar desconfianza entre empleados y empleadores”.

Para la entidad especializada en relevamientos estadísticos de esta naturaleza, “estas preguntas nunca formaron parte del relevamiento censal y cuentan con escasos antecedentes internacionales”. Además, por su naturaleza, posiblemente “generen suspicacias en las redes sociales  que perjudicarán la cobertura del relevamiento”.

Por último, y más grave aún, la difusión de su contenido podría, según los mismos profesionales, “poner en riesgo el Secreto Estadístico establecido por la ley 17.622” ya que “permitiría la identificación directa de las personas”. 

Mediante la carta, el presidente solicita formalmente una reunión con las autoridades del INDEC, en particular con el Director Jorge Todesca para tratar los temas mencionados.  

En diálogo con Tiempo Argentino y ante la pregunta acerca de si la preocupación radica en el posible fracaso del relevamiento que podrían generar las preguntas en el uso posterior  de esos datos, Carlos Grushka, explicó que “la preocupación surge en dos sentidos, aunque sin considerarla ilegal. Me preocupa cómo puede repercutir y como podrían ser usados los datos por quienes los recogen o por aquellos que pudieran acceder ilegalmente con posterioridad”.

El especialistas señaló que “es importante destacar un amplio debate sobre ventajas y riesgos de modificar tan sensiblemente las preguntas que se hacen en el censo. Para otras preguntas se hicieron muchas reuniones y debates y en este caso no se hizo. Es preocupante”.

Por su parte, Raúl Llaneza delegado general de la Junta Interna del INDEC destacó a Tiempo “nuestra preocupación como junta interna. Estamos elaborando un comunicado para hacer saber nuestra posición oficial acerca del pedido de DNI, lugar de trabajo y religión entre otras novedades que viene planteando el INDEC para este Censo.”

El dirigente explicó que “el Censo es un gran Big Data, ese dato puede usarse para una caza de brujas, un control social para los sectores más pobres. Recuerda a la última dictadura militar con la búsqueda y caza de militantes o, salvando las distancias, con la propia intervención del INDEC que, aunque digan que eso no ocurrió, sirvió para que datos cubiertos por el secreto estadístico terminaran en la Secretaría de Comercio. Nos preocupa mucho este tema.”

Grushka concluyó señalando que “personalmente no incluiría esas preguntas. El INDEC todavía no dijo que las va a incluir, las puso en la Prueba Piloto y el Censo es recién el año que viene. Sin una buena evaluación de riesgos y necesidades me preocupa que sean incluidas. Hace falta más debate”, concluyó.