“En esta facultad militamos por un país con Justicia Social y esa es nuestra forma de homenajearlos. Militamos por la aparición de Jorge Julio López, por la aparición de Miguel Bru, de Johana Ramallo, ese es nuestro homenaje”. El secretario de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Jorge Jaunarena, contuvo la emoción en cada palabra que dijo en el acto de entrega de 31 legajos reparados de docentes, graduados, trabajadores y estudiantes desaparecidos durante la dictadura cívico militar en esa casa de estudios de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Los legajos -unas carpetas de color madera con la inscripción “legajo reparado” que contiene la información académica, laboral y educativa de las víctimas hasta su secuestro y desaparición o asesinato- fueron recibidos por hijos, sobrinos, familiares y compañeros de los desaparecidos en un emotivo acto realizado este lunes en la sede Presidente Néstor Kircnher de la Facultad.

El acto estuvo encabezado por el vicedecano de Periodismo, Pablo Bilyk, quien estuvo acompañado por la Prosecretaria de DDHH de la UNLP, Verónica Cruz; el director de la carrera de Comunicación, Carlos Ciappina; el secretario de DDHH y el presidente del Centro de Estudiantes que conduce la agrupación Rodolfo Walsh, Lucas Vialey. También participaron la Madre de Plaza de Mayo, Herenia Sánchez Viamonte; Rosa Bru, madre del estudiante desaparecido Miguel Bru; integrantes de H.I.J.O.S regional La Plata, de Familiares de detenidos desaparecidos y presos por razones políticas y de la Mesa por los Derechos Humanos, entre otros referentes políticos, estudiantiles, gremiales y de derechos humanos, entre ellos el secretario general del gremio de docentes universitarios de La Plata (ADULP), Octavio “Tato” Miloni.

“Lo que hoy hacemos es conmemorar la lucha de militantes revolucionarios que entendieron que era necesario y urgente comprometerse con su tiempo y con su historia para transformar las cosas”, señaló Bilyk. “Estos compañeros nos demostraron que la audacia es el camino”, cerró.

Durante más de una hora, hijos e hijas, sobrinas, hermanas, hermanos, compañeras y compañeros de los desaparecidos recibieron los legajos reparados mientras una locutora repasaba las vidas académicas, laborales y de militancia y precisaba los detalles conocidos de sus asesinatos o desapariciones. Uno a uno, los compañeros de estudios de los desaparecidos en la por entonces Escuela Superior de Periodismo y que hoy son docentes de la Facultad, fueron entregando los legajos recuperados de Ricardo Emir Aiub, Julio ALberto Alvarez, Horacio Bertholet, Néstor Bossi, Ricardo Antonio Díaz, Rodolfo Elías, José Espinoza Pesantes, María Fernandez de Pankonin,Jorge Horacio Foulkes, Silvio Frondizi, Pablo Gelstein, María Teresa Grujic, Alejandro Enrique Gutierrez, Julio Eduardo GUshiken, Jorge Harriague Fitz, Silvia Ibañez, Carlos Eduardo Ishikawa, Juan Carlos Jordan Vercellone, Sergio Karakachoff,Luis Macor, Mercedes Maiztegui, Hector Marghetich, Elsa Delia Martínez, Susana Beatriz Medina, Mario Miguel Mercader, Liliana Molteni, Norberto Orlando, Victorio Perdighe, Rafael Pedreira, Guillermo Savloff, Nelida Villarino y Sergio Zurita.

“La vida, la memoria, la verdad y la justicia, derrotan a la muerte. Eso ocurre así siempre, más tarde o más temprano”, dijo el profesor de historia, Carlos Ciappina. “Es posible recorrer la historia de la Nación siguiendo lo que ocurría en nuestra facultad”, agregó. Y puntualizó: “A principios de los ’70 nadie pensaba ni concebía lo académico y lo político como ámbitos separados”.

La Facultad de Periodismo de La Plata fue Escuela Superior de la Universidad hasta 1989 y cuando se produjo el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 fue cerrada. Volvió a reabrirse en septiembre de ese año y los cupos de alumnos que se habían instituido con la intervención de la UNLP en octubre de 1975, fueron achicándose paulatinamente hasta dejarla casi vacía de alumnos. Antes y durante el golpe, los trabajadores, estudiantes, graduados y docentes de la casa de estudio fueron perseguidos, secuestrados y desaparecidos. Incluso una alumna que había participado del centro de estudiantes en 1975 fue secuestrada con su bebé en brazos dos años después adentro de la Escuela cuando estaba solicitando la readmisión.

Con estas 31 restituciones, la UNLP sumó más de 400 legajos reparados de docentes, no docentes, graduados y alumnos, realizados en el marco del Programa de Reparación de Legajos iniciado en 2015 para “disponer la inscripción de la condición de detenido-desaparecido o asesinado, en los legajos de los docentes, no docentes, graduados y estudiantes de esta Universidad” y “dejar constancia en los legajos de los reales motivos que determinaron la interrupción del desempeño laboral o estudiantil de todos aquellos que fueron víctimas de la última dictadura cívico-militar”. La iniciativa es parte del aporte de la UNLP al compromiso de cumplir con el imperativo de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación por las violaciones a los Derechos Humanos.