México pedirá a la Organización de Estados Americanos (OEA) que «un tercero» compare la auditoría de ese organismo, que muestra una serie de irregularidades en las elecciones de octubre de 2019, con el informe del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que afirma que no hay «evidencia estadística» de fraude electoral en Bolivia. «Nuestra misión ante la OEA pedirá formalmente que un tercero realice una comparación de ambos estudios y dilucide las discrepancias entre ellos», dijo el portavoz de la cancillería, Roberto Velasco.

La noticia proveniente del DF llegó al tiempo que líderes progresistas latinoamericanos reaccionaron indignados ante el informe que publicó el diario estadounidense The Washington Post que confirma la limpieza de las elecciones realizadas en Bolivia el 20 de octubre del año pasado. «Fue un golpe: los investigadores impugnan la OEA y afirman que no hay evidencia de fraude en las elecciones de Bolivia», afirmó en Twitter el excandidato del Partido de los Trabajadores en Brasil, Fernando Haddad.

El artículo del periódico hace referencia a una investigación del portal Monkey Cage que considera «altamente probable» que el expresidente Morales sobrepasara la diferencia del 10% de los sufragios que necesitaba sobre el segundo candidato más votado para evitar una segunda vuelta de los comicios.

«Como especialistas en integridad electoral, encontramos que la evidencia estadística no respalda el reclamo de fraude en las elecciones de octubre en Bolivia», corroboran John Curiel y Jack Williams, expertos del MIT, en el artículo aparecido en la sección de política del matutino estadounidense. Considerándolo todo, el análisis estadístico y las conclusiones de la OEA parecen sumamente defectuosos», abunda el informe. El expresidente ecuatoriano Rafael Correa se montó sobre este dictamen para reclamar que el secretario general de la OEA, Luis Almagro –quien deslizó la sospecha de un fraude–, debería ir preso. «¡Tiene sangre en sus manos! ¡Sinvergüenza!», afirmó el exmandatario, en relación con las víctimas de la represión del gobierno de facto de Jeanine Áñez tras la renuncia forzada de Evo Morales. A su turno, el exministro de Acción Social durante el gobierno de Fernando Lugo en Paraguay, Hugo Richer, dijo que en este tema hubo un «montaje mediático».

«The Washington Post publicó las conclusiones de una investigación, que señala que no hubo fraude en las elecciones de octubre en Bolivia, es una evidencia más del monumental robo que (Carlos) Mesa, (Jeanine) Áñez, (Luis) Camacho y (Luis) Almagro hicieron a todos los bolivianos», se sumó Morales desde la red social Twitter. «

Sin ánimo ni para festejar

Los números que dejaron los festejos del fastuoso Carnaval de Oruro, uno de los más importantes de Latinoamérica después del carioca, demuestran que en la Bolivia de facto no hay ánimo ni para festejar por la crisis política que vive el país andino-amazónico desde el pasado noviembre.

La epidemia de coronavirus es otro motivo consignado por las cámaras hoteleras y de turismo del departamento de Oruro, la ciudad minera que cobija el tradicional festejo. Este año sólo se logró completar el 50% de la capacidad hotelera. Las pérdidas económicas se estiman en casi 30 millones de dólares. Las tribunas callejeras en la ciudad altiplánica estuvieron vacías.

Los 135 centros de hospedaje, con capacidad total de 6000 camas, sólo albergaron a unos 3000 turistas. En los años anteriores, durante el gobierno del MAS, toda la capacidad hotelera estaba copada meses antes de la entrada de Carnaval, precisaron al diario Los Tiempos desde la Cámara Hotelera. Según los datos de la Gobernación, en 2019, el día de la apertura del Carnaval, llegaron a Oruro unos 400 mil visitantes, pero este año apenas fueron cerca de 200 mil; entonces, si cada turista gasta un mínimo de 200 dólares en hospedaje, comida y transporte, sólo con las ausencias de 150 mil turistas se dejaron de percibir 30 millones de dólares. «