Es imposible hablar de Jaguar -el flamante grupo integrado por Rodolfo García en batería y voz, Lito Epumer en guitarra, Dhani Ferron en bajo y voz y Julián Gancberg en teclados, sin mencionar que el espíritu de Luis Alberto Spinetta es el factótum tácito de esta reunión de músicos. Es que, con excepción del tecladista, que es el más joven del grupo y que Epumer define como un virtuoso, todos fueron partícipes de algún proyecto musical que tuvo como protagonista al recordado «Flaco». El cuarteto debutó con dos conciertos a sala llena en el Teatro Monteviejo, ubicado en Lavalle 3177 y, debido a la gran repercusión que obtuvieron las dos presentaciones, agregarán una nueva función este viernes 18 a las 21.

¿De qué manera vivieron el debut de Jaguar siendo todos músicos tan experimentados?
Rodolfo García: – Pensamos en presentar al grupo en un lugar tranquilo en cuanto a convocatoria de público, pero nuestras expectativas se vieron ampliamente superadas. Programamos una única función cuyas entradas se agotaron rápidamente y debimos agregar otra. Tuvimos un recibimiento que nos asombró porque además la gente fue a ver un grupo del cual no tenía idea acerca de cómo iba a sonar, porque nadie nos había escuchado, no tenemos ningún tema de la banda sonando en la radio ni en las redes sociales… El público nos recibió como si fuéramos un grupo ya conocido, con discos editados y una carrera extensa.

– Lo que se percibió en esos conciertos fue una conjunción de una gran calidad musical mezclada con una sensación de celebración entre amigos.
Lito Epumer: – Creo que fue así, ya que nos presentamos como somos. Este proyecto surgió de asados y del hecho de juntarnos para tocar en algunos encuentros de beneficencia y otros en los que se homenajeaba al Flaco.

RG: – En estas reuniones nos dimos cuenta de que nos conocíamos desde hace mil años pero no con tanta cercanía. Estas circunstancias desembocaron finalmente en la formación de la banda.

LE: – No es algo que se generó pensándolo con un sentido de especulación. Se dio sobre la marcha. Surgió hace un año y medio cuando con Dhani nos encontramos en la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI). A ambos nos gusta el fútbol y participamos el año pasado de un mundial que se hizo en Rusia en el que las selecciones están integradas por músicos. Luego nos empezamos a reunir con Javier Malosetti, Daniel Rawsi y los que formábamos un círculo de amigos de Luis. En la casa de Rodolfo nos reuníamos para charlar y tocar un poco. Creo que esa naturalidad con la que encaramos el proyecto de manera progresiva se nota en lo que mostramos en el escenario. Y esto la gente lo percibió.

Mucha gente podría pensar que ustedes son «Los sucesores de ´Los amigo´» (título del último proyecto de Spinetta en el participaron García y Ferron), pero lo que mostraron en el escenario fue un proyecto con una personalidad propia.

Dhani Ferron: – Así como vos observaste esto de nosotros, siento que la gente también lo percibió y lo disfrutó desde el principio. La excusa fue la de un encuentro entre amigos y personas que se conocen, muchas por intermedio de la disquería Mondo Rabioso, las redes sociales o por ser oyentes de La La La Radio.

LE: – ¡El que nos juntó fue Luis…!
DF: – Así es… Luis nos sigue juntando, pero no solo a los músicos, sino también a las personas.
LE: – Son casualidades pero todas están relacionadas con él, y esto es muy llamativo.

– ¿Cómo fue la elección del repertorio?
DF: – Si bien hacemos algunas de sus canciones, nuestra propuesta no es hacer un homenaje o covers de Luis. Es simplemente tocar temas de Lito, míos y temas en los que hayamos intervenido cada uno en distintas circunstancias y agrupaciones. Me parece que esto se da de manera natural y entre nosotros no existe ningún tipo de vedetismo. Lo disfrutamos porque somos amigos y la gente lo vive de la misma manera.

– Desde  partida de Spinetta aparecieron infinidad de homenajes, tributos y libros dedicados a él, en algunos casos con errores o inexactitudes. ¿Cuál es su opinión al respecto?
DF: Hay una presencia a partir de la ausencia. Hay mucha gente que empezó a escucharlo, a entenderlo, a disfrutarlo y a desgranarlo recién ahora. Esto es algo que en su momento no ocurría. De todos modos creo que Argentina tiene algo de antropofágico en el sentido de que se devora a sus propios elementos y sus mejores exponentes. Siempre hablamos de figuras como Piazzolla o Yupanqui después de que murieron. No veo que haya una apreciación cabal sobre este tipo de personalidades cuando están vivos. Y en general, los volvieron locos, como ocurrió con los que acabo de mencionar. Luis decía que a él siempre lo definían como el «gran referente del rock argentino», y él decía que no se daba cuenta y que no lo notaba.

LE: – Era un poeta con las palabras pero también era un gran poeta de la armonía, porque su música y su estilo de componer atraparon a músicos de los más diversos géneros y estilos. Hay ciertas estéticas en sus palabras que no hubieran encajado si no las hubiese rodeado de los acordes y las armonizaciones que utilizaba. Su poesía, al tener tanto vuelo, no podía estar enmarcada en un trabajo armónico que no fuera el que él le imprimía.

DF: Era diferente. Es como cuando aparece un jugador de fútbol que escapa a lo normal. Cuando esa figura no está, cuando queda ese hueco, se busca completar esa ausencia. Por eso entiendo que salgan tantos estudios y libros acerca de Luis, hablando de su vida o analizando sus letras. Esto habla de la enormidad de su obra. Y me parece bien que haya músicos que toquen su música y que se escriban libros sobre él, aunque tengan inexactitudes.

Julián Gancberg: – Para mí participar de este grupo es un sueño y un gran privilegio. Me siento muy cómodo porque además me da tiempo para disfrutarlo. Son unos músicos increíbles. En los grupos de la actualidad hay un exceso de información y mucha tensión. En cambio en Jaguar siento que tengo un espacio que me permite relacionarme de manera más natural con lo que está sonando. 

Da la sensación de que Jaguar es un proyecto que creció muy rápido.
RG: – La intención es tocar la mayor cantidad de veces y mientras tanto ir preparando material nuevo, nuevas composiciones de cada uno de nosotros y pensar en una grabación. Este es un proyecto que nació hace muy poco y armamos un repertorio en un tiempo récord. Tenemos un método de trabajo muy eficiente. Nos pusimos como objetivo hacer los dos primeros conciertos que brindamos y en función de eso nos pusimos a trabajar y a ensayar.

DF: – Lito fue el que propuso poner una fecha tope para poder comprometernos a armar el repertorio y ensayar. Y agotamos las dos funciones y ahora vamos por la tercera.

RG: – Se dio un equilibrio estilístico. Muchos pensaban que por el hecho de que esté Lito en el grupo iba a predominar lo instrumental. Pero creo que conseguimos armar un repertorio variado y, a pesar de tocar temas de los diferentes grupos en los que participamos, logramos tener un sonido personal, el cual todavía seguiremos puliendo a medida que empecemos a incorporar más composiciones propias. Creo que ocupamos un lugar que no compartimos con nadie. No competimos con otras bandas de nuestra característica. Tal vez se deba a la conjunción que se dio entre los cuatro con la personalidad de cada uno, con su estilo o con su experiencia. Y me parece que es algo que estaba faltando. Siento que hay diferentes andariveles dentro de la música y cada banda o músico se ubica en el que siente más cercano a su estilo. Me parece que nosotros no encajamos en ninguno y tal vez estemos inaugurando uno diferente.

DF: – Quizá lo que decís se enlaza también con lo que fue a buscar la gente que nos fue a ver cuando debutamos y se sintió identificada con nuestra propuesta porque la sintió honesta.
LE: En un principio yo pensé que el público se sentía identificado por una cuestión generacional. Pero al terminar los conciertos, me di cuenta de que había mucha gente joven a la que le había gustado mucho nuestra propuesta. Nosotros apuntamos hacia adelante, reconociendo el pasado, pero sin quedarnos solamente con eso.