El ex futbolista Jonathan Fabbro fue condenado a 14 años de prisión por cinco hechos de abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante a su sobrina -que también es su ahijada- ocurridos cuando la menor de edad tenía entre 5 y 11 años, según el veredicto que dictó el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 12 de la Capital Federal.

El fallo fue leído sin la presencia del ex jugador argentino-paraguayo de 37 años en la sala de audiencias, donde sí permaneció su abogado y los familiares de la víctima, que hoy tiene 13 años, además de los medios de prensa.

“Se hizo justicia, pero no hay alegría, hay tranquilidad. Fabbro mintió siempre”, dijo Jéssica, la mamá de la víctima, tras conocerse la condena.

Antes del veredicto, el ex jugador de Boca Juniors, Cerro Porteño y la selección paraguaya, entre otros clubes, volvió a proclamar su inocencia al brindar sus últimas palabras en la quinta audiencia del juicio oral iniciado el 5 de agosto pasado que se desarrolló a puertas cerradas.

Durante los alegatos, la Fiscalía había pedido 12 años de cárcel y la querella reclamó una condena a 24 años de prisión.

Fabbro fue detenido el 20 de diciembre de 2017 en el estado mexicano de Puebla, en tanto en mayo de 2018 fue extraditado a la Argentina.

En agosto del año pasado, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el rechazo a su excarcelación por considerar que existía peligro de fuga y elusión de la Justicia.

Por su parte, el abogado de las víctimas, Gastón Marano, aseguró que «no hay nada que celebrar, sólo que se hizo justicia», tras conocerse la condena al ex futbolista Jonathan Fabbro a 14 años de prisión por cinco hechos de abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante a su sobrina y ahijada.

Sobre la condena, el letrado dijo que en principio está «conforme» y que va a pensar si insiste con una pena mayor. «Tengo que leer los fundamentos de los jueces y ver porqué eligieron ese monto de la pena, y veremos si considero que es suficiente», acotó.

Marano aseguró que para el tribunal fue «fundamental» lo que se encontró en el teléfono del acusado, junto a otros elementos y testimonios que se recabaron, para arribar a esa condena.

«Hubo ocasiones en que la familia sintió que se ponía en duda a la víctima, y eso es duro, es como una doble victimización que sufre la persona a la que le sucede esto y se la pone en duda, pero todo ha culminado en esto que es la palabra de la justicia», agregó al ser consultado por lo que vivieron los familiares a lo largo del proceso.

Por último, Marano dejó un claro mensaje sobre estos hechos: «Es muy importante que primero denuncien si son abusadas, y que no sientan culpa».

«Con este caso también vemos que no importa quien este del otro lado, Fabbro era una persona reconocida, pero la justicia llega igual», concluyó.