El sacudón sobre el mercado financiero y cambiario ocurrido entre los meses de mayo y junio y que tuvo como un primer desenlace la firma del acuerdo con el FMI, afectó todos los indicadores vinculados a la economía real. La suba de las tasas de interés asociadas a la política mediante la cual el gobierno buscó impedir una corrida de los tenedores de LEBAC hacia el dólar, impactó duramente en la economía real. Ya en junio el Estimador Mensual Industrial se derrumbó un 8,1% y el Estimador Mensual de Actividad Económica de mayo lo había hecho un 5,8%. Todos indicadores que muestran el comienzo de una fuerte recesión en la economía.

Al mismo tiempo, la profunda devaluación del peso impactó sobre los precios con subas del 2,1% en mayo y 3,7% en junio. Indicadores privados pronostican una inflación para el mes de julio apenas por debajo del 3%. El informe de salarios del INDEC de mayo arrojó una pérdida del poder adquisitivo del 3,6% en los primeros cinco meses del año que promete haberse agravado en los últimos dos meses.

Así las cosas, la estadística que acaba de difundir la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) no debería sorprender. Según la entidad Pyme, durante el mes de julio, el consumo minorista se derrumbó un 5,8% con relación al mismo mes del año pasado. Se trata de la caída más importante en los últimos 20 meses. Había sido en noviembre de 2016 cuando, según la misma fuente, ese indicador había caído más de un 8% con relación al mismo mes del año anterior. La entidad destaca un retroceso del 0,8% con relación al mes de junio. El informe, sin embargo, destaca que esa caída tiene otro significado si se asume en términos desestacionalizados toda vez que el mes de julio, históricamente, tracciona hacia arriba como resultado de las vacaciones de invierno.

Para CAME, si bien la relativa estabilidad del dólar durante el mes sirvió para que los consumidores no “destinen su liquidez a la compra de divisas”, al mismo tiempo “las pocas oportunidades de cuotas sin interés” y las “tarjetas cargadas” operaron en sentido inverso.

Según el relevamiento que realiza la entidad el 69,1% de los comercios manifestaron un retroceso con relación al año pasado mientras que un 62,5% cree que hacia adelante las ventas se mantendrán estables o empeorarán.

A la hora de analizar los rubros, el consumo mostró un mayor retroceso en aquellos sectores de vinculados al consumo más durable y la construcción como marroquinería (-8,6%, muebles (-8,4%), electrodomésticos y electrónica (-8,1%), deportes (-7,8%), materiales eléctricos (-7%), ferretería (-6,7%), entre otros.