«Es un alivio que Wikipedia funcione bien en la práctica, porque en teoría no debería funcionar», plantea Katherine Maher, directora ejecutiva de Wikimedia, la ONG creada para promover el conocimiento libre y cuyo principal proyecto es justamente la enciclopedia colaborativa online que recibe unos 15 mil millones de consultas al mes desde todas partes del mundo. Su frase alude al nado contracorriente de la plataforma que parece almacenar todas las respuestas, menos esa: ¿cómo es posible que en un mundo individualista donde rige la búsqueda del lucro, una de las principales fuentes de información sea libre, se autoregule y dependa de la cooperación altruista de millones de personas?

Quizás se deba a que el negocio de grandes empresas depende directa o indirectamente de la información que circula de manera gratuita en los proyectos colaborativos. Basta recordar que muchas de las tecnologías que se masificaron se valieron de desarrollos previos en código abierto antes de alcanzar su punto comercial (rentabilizado por compañías como Microsoft o Apple, entre otras). O quizás sea un ejemplo de respuesta cooperativa ante las cada vez mayores necesidades de la sociedad.

Maher, la estadounidense que con 35 años está al frente de la organización que debe garantizar el funcionamiento del gigante del conocimiento libre, elige esta mirada. «Wikipedia necesita que la gente sea generosa con su tiempo y con sus ideas. Que sea paciente y se relacione de manera civilizada. Que dé lo que sabe y que no espere nada a cambio. Y encima esa gente no ve el impacto que genera. Entonces una de las razones por las que funciona tiene que ser porque la idea es muy poderosa. Al menos para mí es un recordatorio, aun en tiempos difíciles, de que la humanidad puede ser generosa y de que puede hacer cosas buenas cuando se junta. Es decir: no tengo una respuesta de por qué existe, pero creo que es increíble que así sea y que es una fuente de inspiración enorme para que sucedan otras cosas maravillosas».

Maher, que vino a Buenos Aires para participar de Comunes, el Encuentro Internacional de Economías Colaborativas y Cultura Libre, va aun más lejos al explicar la rareza de su organización.  «Wikimedia no es dueña ni siquiera de Wikipedia. No somos dueños ni del contenido ni del software. Sólo administramos el sitio. Lo único de lo que seríamos dueños es del logo, pero aun así lo tenemos registrado con licencia abierta. Así que realmente no tenemos ‘bienes’. Todo pertenece a los usuarios».

–¿Y cómo afectó esta característica el negocio de las grandes empresas productoras de información o a las personas y empresas que viven de los derechos de autor?

–Para Wikipedia, si alguien es propietario de derechos puede decidir si quiere que su información esté disponible en su plataforma. Respetamos sus derechos. Lo que está en Wikimedia Commons es porque el creador lo donó, porque le pone licencia libre para que esté en dominio público. Es decir que lo que hacemos es crear una alternativa porque por mucho tiempo los creadores no tenían la posibilidad de elegir qué hacer con sus contenidos. En cuanto a la información, creo que en realidad tampoco desafiamos los modelos de negocio. Por el contrario, creo que muchos han construido su modelo de negocio alrededor de nosotros. Porque creamos tanto valor para la gente en el mundo, que ahora las compañías usan nuestros contenidos como motores de sus negocios. Por ejemplo, cuando le pido a mi celular información sobre algo mediante el identificador de voz, suele mostrarme un resultado de Wikipedia. Claro que probablemente no te diga que saca la info de Wikipedia. Entonces, esencialmente les creamos una fuente gratuita que ellos ahora no tienen que construir. Así que creo que si hacemos algo no es perjudicar los modelos de negocio, sino todo lo contrario. Y ojalá todo esto sea útil para nuestros usuarios.

–Imaginé que podrían haber recibido presiones…

–Sucede que la mayoría de las personas y de los legisladores ven a Wikipedia como algo bueno. Creamos valor, no somos comerciales y respetamos la privacidad. Además, tenemos una misión que es educativa, así que para la mayoría somos una red positiva para la sociedad. Lo que sí nos puede amenazar son aquellas legislaciones que intentan cambiar profundamente el ecosistema digital. Porque es muy raro que se paren a pensar en Wikipedia cuando no tiene una búsqueda de lucro y aboga por el conocimiento libre. Lo que se quiere imponer en el mundo es motivado por el interés comercial que hay en Internet. Entonces quienes están en la disputa legal son políticos y empresas con fines de lucro que se disputan precisamente sus ganancias.

–¿Y cómo se mantienen?

–El 85% de nuestro presupuesto viene de pequeñas donaciones alrededor del mundo. La donación promedio es de 15 dólares y son 6 millones de personas al año que contribuyen con Wikimedia.

–Al ser un sitio que administra mucha información, habrán tenido también varios planteos vinculados con la veracidad de sus contenidos ¿Cómo lo han manejado?

–Wikipedia no es perfecto. Por eso decimos que siempre que leas Wikipedia deberías hacerlo con ojo crítico. Mejor dicho: todo deberías leerlo de esa manera. Porque nosotros tenemos errores como los diarios. Y cuando lo identificamos, lo editamos. Así que la verdad es que no hemos tenido grandes problemas con las noticias falsas. Y creo que eso es porque la existencia de Wikipedia ha sido un proceso de aprendizaje sobre cómo manejar información. Cuando empezamos hace 17 años cometimos algunos errores. Pero con el tiempo los propios integrantes de la comunidad fueron creando políticas sobre cómo evaluar la información. Y promovieron preguntas internas que son las mismas que recomendamos hacerse a todos los que consumen información: ¿de dónde vienen los datos?, ¿quién escribió el artículo?, ¿qué interés pudo tener para hacerlo?, ¿hubo algún proceso editorial en el medio?, ¿corrigen cuando se equivocan? Además, cuando hay controversia sobre algún artículo de Wikipedia eso se explicita. Por ejemplo, en el artículo de Cambio Climático se consigna que los científicos dicen que el fenómeno es real. Pero al final del artículo también se dice «hay controversia política». Entonces se diferencia entre lo que sabemos como consenso de la comunidad científica y lo que dice el discurso político.

–Al tener distintos editores, Wikipedia también es un territorio de disputa de sentido…

–Claro, y por eso no sólo se trata de las políticas que nos hemos creado, sino que estamos abiertos a cambiar esas políticas como se hace en la ciencia. Cuando alguna información modifica una hipótesis, esta se cambia. Cuando tenemos nueva información sobre un artículo, también se cambia. Y tenemos 350 ediciones por minuto. Lo que significa que cada minuto el conocimiento está abierto a evaluación por cualquiera.

–¿Y cuántos editores tienen?

–Tenemos unos 250 mil editores que están activos cada mes. Ochenta mil de ellos son muy activos. En todo el tiempo que llevamos con Wikipedia debemos haber tenido unos 10 millones de editores, pero como no registramos ese tipo de información por motivos de privacidad de los usuarios, es difícil de decirlo. Somos como una librería donde ni siquiera te piden un carnet para leer el libro que quieras. Sólo lo tomás y lo leés sin que nadie lo sepa. 

–¿Y cómo viven el momento actual de los medios en el que parece haber poco chequeo y muchos están cerrando?

–Lo vemos con gran preocupación porque Wikipedia se basa en fuentes secundarias. Un estudio del Reino Unido hace unos años señaló que para la gente Wikipedia era más confiable que la BBC. Muchos pensaron que nosotros veríamos eso como algo bueno, pero no fue tan así. Porque no podés construir una casa con malos cimientos. Los cimientos de Wikipedia son la investigación científica, las publicaciones académicas, los periódicos de calidad y en general toda la prensa que es confiable. Cuando el periodismo sufre, no es bueno para nosotros. Cuando cierran los medios locales tenemos que pensar cómo vamos a contar la historia de la gente que ya no tiene cobertura en el lugar. «

Código abierto

Katherine Maher llega al edificio del Goethe Institut con su computadora en el bolso de mano. La saca antes de iniciar la entrevista y alcanza a verse el logo de la manzana mordida correspondiente a la empresa de tecnología de mayor valorización bursátil. ¿Es contradictorio promover el conocimiento libre y usar dispositivos con código cerrado?
«Creo que la gente usa las herramientas que les funcionan mejor», explica Maher en diálogo con Tiempo. «En Wikimedia no escribimos código que no esté abierto. Hasta el software de analytics es de código abierto. Pero mi celular tiene código cerrado. Es muy difícil no usar código privativo en algunos dispositivos. Pero creo que nuestra misión y perspectiva es que todo debe pertenecer al dominio público. Por eso usamos el registro de Creative Commons más permisivo de todos: que permite copiar y hasta vender la información por ejemplo. Aunque no se quién lo haría cuando todo está accesible gratis. Lo único que pedimos es que se aclare de dónde se sacó la información o quién es el autor cuando es un archivo de Wikimedia Commons.»