Los acreedores de la provincia de Buenos Aires, muchos de los cuales lo son también del gobierno nacional, están divididos en relación a la respuesta a dar a la propuesta del gobernador Axel Kicillof. Mientras que una cantidad de ellos ya aceptó postergar el cobro del capital del bono BP21 que vence hoy, otro grupo se opone y no dará su aval. Ambos extremos están atrayendo a otros tenedores de bonos que todavía no han tomado posición. Por ahora, según pudo saber este diario, el planteo de aceptar la propuesta bonaerense es mayoritario pero está lejos del 75% de voluntades necesario para que prospere. Pero cuenta a su favor con el visto bueno de los grandes fondos.

La postergación de la fecha límite para que los acreedores acepten la propuesta, ahora establecida para el 5 de febrero, fue la manera que encontró el gobierno provincial para darle más tiempo al sector favorable de los bonistas a fin de que termine de ganar la pulseada y consiga sumar los tres cuartos del total de los bonistas.

Los acreedores de la deuda bonaerense están íntimamente ligados a los de la deuda nacional. Los grandes fondos de inversión y especulativos, del tipo de Fidelity, BlackRock y Gramercy, son tenedores de bonos de deuda de ambos gobiernos. Este grupo sabe que un default de la deuda bonaerense provocará un fuerte golpe en la deuda nacional, al punto que podría paralizar las negociaciones. Y el objetivo central de ellos es cerrar un acuerdo por la deuda nacional que les permita rescatar bonos que cotizan al 40% de su valor original y relanzar un nuevo ciclo de negocios financieros en el país.

Es una cuestión de peso: la deuda nacional a restructurar es 25 veces superior a la de las provincias, incluida Buenos Aires.

Los 10 días que restan para que se cumpla ese plazo estarán marcados por varios hechos, el primero de ellos es el viaje que realizará mañana el ministro de Economía, Martín Guzmán, a Estados Unidos, de donde emprenderá el regreso el martes. Una fuente del Palacio de Hacienda confirmó a Tiempo que Guzmán tiene en agenda encuentros con Luis Cubeddu, el venezolano que en el Fondo Monetario está a cargo del caso argentino, y con funcionarios del Tesoro de EE UU. Antes, Guzmán participará de un desayuno en el Council of the Americas, que dirige Susan Segal, en donde se cruzará con inversores.

La importancia de este viaje estriba en que será el primero de Guzmán como ministro a cargo de la renegociación de la deuda nacional. Si bien el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, ya se encuentra en funciones en Washington, la presencia de Guzmán en Nueva York pone de relieve que las partes comienzan a acercar posiciones más elaboradas en función de la renegociación global de la deuda argentina, que incluye a los acreedores privados, a la bonaerense y, desde ya, a la que tiene el propio FMI en su poder.

«Van a hablar de la macro argentina y de la deuda», agregó la fuente oficial.

El 5 de febrero –el mismo día que vence el último plazo para que los acreedores digan si aceptan la prórroga del cobro del capital del BP21- Guzmán será parte de un encuentro sobre economía en el Vaticano, en el que también participará Kristalina Georgieva, la jefa del FMI.

Movimientos

El gobierno bonaerense debería comenzar a depositar los US$ 27 millones, correspondientes a los intereses del BP21, hoy mismo. En La Plata especulan con que ello será visto como una demostración de la voluntad de pago que ya fue verbalizada por Kicillof a lo largo de los últimos 15 días, aunque haya habido cuestionamientos a esa voluntad por parte de algunos bonistas para los cuales el pago de US$ 250 millones no puede ser un problema frente a una deuda de más de US$ 100 mil millones de bonos emitidos con legislación en el exterior -como el BP21- a renegociar.

Una de las personas que podría cruzarse con Guzmán en Nueva York es Marcelo Delmar, directivo de la consultora Mens Sana, y abocado desde el año pasado a aglutinar a los acredores de la provincia de Buenos Aires. Delmar viajó hace 10 días a Nueva York para contactar a esos acreedores.

Mens Sana divulgó la carta dos semanas atrás en la que aseguraba querer negociar «de buena fe» y se quejaban del poco plazo otorgado por la provincia para aceptar o rechazar la propuesta. Este punto estaría saldado con el estiramiento del tiempo de decisión hasta el 5 de febrero. El otro reclamo, la falta de un plan oficial para hacer frente a futuros pagos de la deuda quedará para más adelante.

«Ese esquema es el mismo que plantea la Nación: el acuerdo de la deuda es previo a la elaboración de un plan económico. Es extraño porque los bonistas plantean lo contrario, primero el plan y luego la reestructuración», señaló a Tiempo un operador que asegura conocer el pensamiento de los acreedores del exterior.

En cambio, el economista Rodrigo Álvarez consideró que «la estrategia de la provincia está bien encaminada, lógica, desde el punto de vista de posponer pagos y comprar tiempo ya que primero tiene que esperar a que reestructure Nación, para luego salir a colocar deuda en mejores condiciones, a tasas más bajas».

Otro que se mueve en el mismo sentido que Delmar es el abogado Dennis Hranitzky, un ex colaborador de Paul Singer durante el juicio del fondo buitre Elliott contra la Argentina, quien juntó a unos 20 fondos de inversión con títulos de deuda de los canjes de 2005 y 2010, según consignó la agencia Bloomberg.

Sin quita

La propuesta bonaerense cuenta con guiños favorables en otros ámbitos. Por caso, en el ambiente financiero se comenta la posición adoptada por las calificadoras de riesgo, para las cuales aun no hay motivo para bajar el nivel de la deuda bonaerense.

Por caso, Moody´s tiene en revisión negativa a la deuda bonaerense desde septiembre pasado, cuando emitió un duro documento que golpeó a la entonces gobernadora María Eugenia Vidal. En aquel momento, Moody’s señaló que «la provincia de Buenos Aires afronta desafíos importantes para lo que resta de 2019 y 2020 debido a su elevada exposición a la deuda en moneda extranjera, un perfil de vencimientos desafiante y una base económica debilitada».

En ese contexto, la calificadora consideró que «las calificaciones de la Provincia de Buenos Aires (Caa2, bajo revisión para bajar de categoría) no se ven afectadas por el anuncio de la Provincia».

La posición de la calificadora sugiere que puede haber un final positivo para el pedido de postergación del pago del capital aun sin haber presentado ningún programa económico que le dé a los acreedores certezas de pago a futuro.

Mientras Guzmán verá en Nueva York a algunos inversores, el ministro de Economía de Buenos Aires, Pablo López, mantiene contactos desde La Plata. «Él está hablando con los acreedores, con los dueños de los bonos», dijo Kicillof.

El pago de un vencimiento de un bono bonaerense por US$ 250 millones se convirtió, así, en la primera batalla por la renegociación de la deuda. El resultado aun no está cantado. «


Guiño de EE UU con las tarifa

El gobierno de Donald Trump anunció ayer que excluyó a la Argentina de una extensión de las tarifas al acero y el aluminio.

Las nuevas tarifas, de entre el 10 y el 25%, aplicará a las importaciones de clavos, grapas, cables eléctricos y algunas piezas que forman parte de automóviles y tractores, entre otros productos.

Argentina, Australia, Canadá y México quedaron exentos de los aranceles adicionales de aluminio. En cuanto a las tarifas de acero, se permitieron exenciones para Brasil, Argentina, Canadá, Australia, México y Corea del Sur.

Cabe recordar que a pesar de la amenaza de Trump efectuada a fines del año pasado, aun no se aplican aranceles a las importaciones de acero argentino.

Hace dos años, la administración Trump impuso tarifas a las importaciones de acero y aluminio por razones de «seguridad nacional».