La lista de funcionarios y dirigentes kirchneristas a quienes espiaba la organización del falso abogado Marcelo D’Alessio incluyó a dos que hasta ahora no habían aparecido entre los «objetivos»: el actual integrante de la Auditoría General de la Nación Juan Ignacio Forlón y el especialista en transporte y logística, y capitán de marina, Pablo García Arrébola, relacionado con las operaciones de importación a través de buques con gas licuado a los puertos argentinos.

Ambos nombres surgieron cuando el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, le leyó la imputación al periodista Daniel Santoro, al tomarle declaración indagatoria. «Otro de los elementos que dan cuenta de la asidua relación entre Santoro y la organización investigada es la utilización por parte del imputado, en reiteradas ocasiones, de diversos registros migratorios o información obtenida de manera ilegal por la organización, como aquellos pertenecientes a Juan Marcos Forlón, hermano de Juan Ignacio Forlón, tal como se anticipaba en el documento hallado en el domicilio de Marcelo D’Alessio de febrero 2018».

El 21 de enero pasado, días antes de que estallara la Causa D’Alessio, Clarín publicó un artículo sin firma en el que afirmó que «la Justicia investiga al auditor general de la Nación (AGN) y amigo de Máximo Kirchner, Juan Ignacio Forlón, por supuestos sobreprecios en los contratos de seguros de la empresa estatal eléctrica ENARSA en un expediente paralelo a la causa de los cuadernos de las coimas. Sucede que Forlón, antes de ser nombrado en la AGN en 2015, fue presidente de Nación Seguros. Las plantas de ENARSA más las operatorias con los buques de gas natural líquido necesitaron seguros por unos 20 mil millones de dólares. (…)  El fiscal Carlos Stornelli abrió el expediente ante una presentación espontánea del exasesor de ENARSA Marcelo D’Alessio quien, además de su testimonio, aportó cuatro carpetas con documentación y mails sobre las supuestas maniobras para obligar a ENARSA a contratar con Nación Seguros».

La situación es, cuanto menos, llamativa. Forlón no está imputado en la causa GNL. El productor agropecuario Pedro Etchebest tampoco lo estaba en la causa de las fotocopias de los cuadernos cuando D’Alessio lo extorsionó. Forlón sí tiene una causa abierta ante el juzgado federal de Daniel Rafecas por el otorgamiento de créditos del Banco Nación al empresario de la construcción Lázaro Báez. En ese expediente el juez consideró que no había delito. La Cámara Federal mantuvo un criterio expectante y la causa sigue abierta. Pero esa causa nada tiene que ver con GNL. ¿Cómo brota, entonces, su nombre en un artículo sin firma en el diario Clarín y, al mismo tiempo, en la documentación secuestrada a D’Alessio? ¿Por qué el artículo lo sindica como imputado en un expediente en el que no lo está?

Cuando la causa GNL estaba malherida porque un peritaje incriminatorio contra los exfuncionarios Roberto Baratta y Julio De Vido se había revelado como una truchada, D’Alessio se presentó «espontáneamente» ante la fiscalía de Carlos Stornelli, aportó información sobre una supuesta maniobra defraudatoria a través de la contratación de seguros de los barcos de gas y entregó documentación. Pero Stornelli no utilizó esa información y, de hecho, ni siquiera pidió las indagatorias de los exfuncionarios. El juez federal Claudio Bonadio avanzó solo y finalmente, en marzo pasado, terminó por procesarlos a todos, incluida la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

En el allanamiento a la casa de D’Alessio, en febrero pasado, el juez Ramos Padilla halló un documento en una computadora titulado «4. De Vido, Baratta, Moyano y D’Elía», que específicamente consignaba: «Tras avanzar sobre los dos exfuncionarios del Minplan (Ministerio de Planificación, ndr) sobre tema GNL, ahora nos encontramos realizando un libro de pronta publicación de editorial Planeta donde se describirán las maniobras relacionadas con la importación y distribución de Gas OIL 500ppm realizada por ENARSA». El libro en cuestión es El mecanismo, de Santoro, con aportes de D’Alessio. Apareció en el último cuatrimestre de 2018.

La primera alusión a uno de los dos funcionarios mencionados aparece bajo la anotación «detección de negocios del actual Auditor General de la Nación J.I. Forlón. Sus migraciones y utilización de una aeronave ya detectada». El documento avanza en otras supuestas medidas de investigación que alcanzan al rubro «inconsistencias jurídico administrativas de Ministro de Energía Actual en concordancia con Presidente de Enarsa».

Según consignó el juez Ramos Padilla, D’Alessio contaba también entre la documentación de su «investigación» con «los registros migratorios y del Registro Nacional de las Personas de Pablo García Arrébola».

El 29 de octubre de 2018, Clarín, en ese caso sí con la firma de Santoro, publicó un artículo titulado «Coimas, peleas y sobreprecios en la importación de 500 buques con GNL». Poco antes, el presidente, Mauricio Macri, se había referido a esa operatoria y, de hecho, el texto periodístico lo rescató en su volanta: «Cómo fue el escándalo al que se refirió Macri». La nota habla de «los sobreprecios en los gastos portuarios cobrados a casi 500 barcos, que según el ex auditor de ENARSA, Marcelo D’Alessio, fue otro agujero de las coimas. Incluso, D’Alessio apuntó contra el capitán Pablo García Arrébola, quien luego de su paso por ENARSA como coordinador de la llegada de los buques pasó a coleccionar motos de alta gama, entre otros. García Arrébola negó la acusación».

Como Forlón, García Arrébola tampoco aparece como imputado en la causa GNL. El juez Ramos Padilla sospecha que pudieron haber sido los próximos extorsionados y ello no ocurrió porque D’Alessio cayó antes en desgracia. «