A veces pueden ser hasta cinco minutos. Es un tiempo de espera, pero sobre todo de tensión. El momento en el que el árbitro toca su auricular para escuchar mejor a quien esté del otro lado, detiene el partido y con sus dedos índice dibuja en el aire una pantalla. Hay VAR, las siglas de Video Assistant Referee. El árbitro correrá hacia el costado de la cancha y todos esperarán una decisión que quizá sea dramática, como ocurrió la semana pasada cuando a Manchester City le anularon un gol de Raheem Sterling que le daba la clasificación a las semifinales de la Champions. Todo a través del mismo VAR que antes había revalidado un gol de Fernando Llorente para Tottenham, el equipo que pasó a la siguiente ronda. Esos minutos que harían estallar un electrocardiógrafo serán parte del fútbol argentino, aunque todavía no se sepa cuándo. Si bien la AFA apuesta a que en el segundo semestre desembarque en Primera, todo indica que amoldar la infraestructura y realizar la capacitación llevará más tiempo de lo que se tenía pensado, por lo que recién el año que viene se podría contar con el VAR en la totalidad de los partidos. El país de la Mano de Dios se niega a la asistencia de las repeticiones y las multicámaras.

Hay todo un proceso de capacitación, un protocolo que se pone en marcha desde la International Football Association Board y la FIFA, lo que determinará cuándo se pondrá en uso la herramienta de asistencia a los árbitros en el fútbol argentino, pero además hay también un proceso más subterráneo que es el cambio cultural, una adaptación de los hinchas y los protagonistas a esa toma de decisiones cardíaca que puede incluir un gol anulado en el último minuto a un equipo local. En la Premier League, donde todavía no se implementó, algo que recién se hará en la próxima temporada, los hinchas de Tottenham cantan “VAR, my lord”. Fueron los beneficiados de la Champions. En Manchester lo detestan. En el City, desde ya. Pero en el United también vieron cómo a Luis Suárez le dieron por válido un gol de Barcelona que, antes del  uso del VAR, había sido anulado.

El VAR ya es un actor más del fútbol. Sus interrupciones, una parte más del juego. Según un informe de la UEFA, sin embargo, tomando los partidos de la Champions, el uso del VAR sólo paró el juego un promedio de 53 segundos. Las faltas (8 minutos, 51 segundos) y los laterales (7,02) se llevan el mayor tiempo. Pero cada partido es un mundo aparte. Y dependerá de lo que se busque y de la capacidad en la implementación, lo que también depende del presupuesto que se maneje. Y ese todavía es un punto que no está resuelto.

En las últimas semanas, se mantuvieron reuniones en Buenos Aires para avanzar en lo que se conoce como los cinco pasos de capacitación y prueba, los cuales tienen que ser aprobados por la IFAB y la FIFA. Hubo representantes de la AFA, de la Conmebol, de la Superliga, de los árbitros, de la televisión y de la firma que realizará todo el soporte tecnológico, Hack Eye. Es la misma empresa que presta el servicio en la Copa Libertadores y domina el negocio en las principales ligas de Europa. Llega promocionada por Conmebol, que es además la que impulsa el proyecto, que a su vez es financiado por FIFA para poder extenderlo a toda la región. Argentina y Brasil, donde se usa desde el año pasado, son las cabeceras de playa para el desembarco del VAR en todo el fútbol sudamericano.

El contrato será con AFA, pero toda la implementación estará a cargo de la Superliga. Se calcula que se necesita un plantel de alrededor de 38 árbitros y de ocho a doce cámaras por cada partido. Se trata de una inversión -en dólares- a cuatro años, aseguran los dirigentes. Y es que tendrán que acoplarse a los requisitos de la FIFA. Sin embargo, una cosa son los deseos de la AFA, tener el VAR lo más rápido posible, y otra cosa son las condiciones para que eso ocurra.  «Va a producir un cambio cultural. Hay un protocolo y no hay que apurarse para implementarlo», asegura Federico Beligoy, Director Nacional de Arbitraje.

“Se necesitan horas de vuelo, pruebas, simulaciones a recrear y partidos amistosos para interactuar. Recién una vez que pasás los cinco pasos estás habilitado para ponerlo en marcha. Puede ir de cinco a meses a un año de acuerdo al presupuesto”, explicó una de las personas que trabaja en la implementación y participa de las reuniones para el desembarco. Se calcula que el VAR podría comenzar en alguna instancia de la Copa de la Superliga de 2020. Marzo sería un mes probable. Antes se harán pruebas en los partidos de inferiores, de Reserva y también de Primera sin que afecte a los resultados. Es decir, será una especie de simulación en tiempo real, con la cabina de VAR, los árbitros y las cámaras.

El asunto de las cámaras no es sólo una cuestión tecnológica. Para empezar, no en todos los estadios de la Superliga hay fibra óptica. Sin contar a los equipos que suban (Arsenal y Sarmiento de Junín definen hoy el primer ascenso), Aldosivi y Patronato no tienen estadios habilitados.  Y los representantes de la televisión explicaron en las reuniones que hay estadios de Primera en la Argentina que tienen puntos ciegos. Lugares a los que no se puede acceder con una cámara. Eso hace que quizá una falta que podría ser pasible de revisión no pueda ser tomada desde algunos ángulos. Las imágenes tienen que estar ajustadas al VAR. Y ya se sabe que el VAR tampoco es infalible. Cada adicional que se sume -por ejemplo, el reloj que marca al instante si la pelota pasó la línea o no- también requiere un costo extra. Nada es tan sencillo. Hasta el simulador que tenía que llegar al país para los cursos que se realizaron esta semana en el predio de Ezeiza y nunca llegó demora la cuestión.

El presidente de la Superliga, Marcelo Elizondo, estuvo en España para interiorizarse del funcionamiento. Y esta semana se realizó un seminario de árbitros de la AFA para que pudieran sacarse dudas. Los instructores fueron el uruguayo Jorge Larrionda y el colombiano Óscar Ruiz. Pero en la Argentina hay árbitros que han tenido su experiencia con la herramienta. Néstor Pitana hizo uso del VAR en la final del Mundial de Rusia 2018, donde además Mauro Vigliano fue árbitro asistente de VAR. El que dará charlas con jugadores y cuerpos técnicos de los equipos será Francisco Lamolina, justo el árbitro que hizo un culto del siga siga en los 90. En la Superliga no quieren apurar los tiempos. Jugadores y entrenadores (y también dirigentes) tienen que estar preparados para su implementación. Tienen que capacitarse. También los hinchas. Si algo tiene el VAR, como lo demuestran las experiencias en otros países, es que tampoco es perfecto.

Tres errores en la historia del fútbol argentino

La mano de Gallo. El defensor de Vélez impidió con la mano un gol de River que lo consagraba campeón. El juez Nimo no lo vio y Vélez dio la vuelta en 1968.

El penal de Ceballos. La falta sobre Peruzzi fue fuera del área, pero Ceballos cobró penal. Fue decisivo para que Boca venciera a Rosario Central en la Copa Argentina 2015.

El error de Brazenas. En 2009, Vélez y Huracán definieron el título del Clausura. Brazenas no vio una falta sobre el arquero Monzón que derivó en el gol de Vélez.

El recuerdo del gol que no fue