“Abajo el patriarcado que se va a caer, arriba el feminismo que va a vencer” cantaban y bailaban cientos de mujeres de todas las edades en la previa al acto central que se realizó en las puertas del Congreso de la Nación sobre calle Entre Rios.

Mujeres de todas las edades, abuelas, madres e hijas con pañuelos verdes y violetas – que con el paso de los años aumentaron su precio de 20 a 100 pesos- volvieron a copar las calles que rodean el Palacio Parlamentario y que después de unos meses volvió a estar vallado, custodiado por la Policía de la Ciudad.

Coreografías y cánticos en contra del patriarcado, la iglesia y hasta el mensaje directo a lo senadores apuntando al pedido de legalización del aborto, vestían las horas previas al comienzo del acto central.

“Iglesia y senadores no decidan por nuestras vidas”. “Separación de la iglesia y el Estado”. “Si no peleamos juntas nos matan por separado”, decían algunos de los cientos de pasacalles.



La consigna de este año tuvo ejes muy claros que surgieron de las asambleas organizadas durante todo el mes de febrero. Fueron viernes de largas y acaloradas discusiones de donde salieron los puntos principales para marchar: “La deuda es con nosotras y nosotres, ni con el FMI, ni con las iglesias. Vivas libres y desendeudadas nos queremos, aborto legal ya”.

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(Foto: Diego Martinez)

El extenso documento tuvo cuatro grandes ejes: “La deuda es con las trabajadoras”, “La deuda es con nuestro derecho a decidir”, “La deuda es con nuestras vidas” y “La deuda es con nuestra educación pública, laica y gratuita”.

“Este Paro Internacional Feminista Productivo y Reproductivo es una cita trasnacional, plurinacional, intergeneracional y transversal que viene acumulando fuerza y revolucionándolo todo. Es la herramienta que tenemos para mostrar nuestra fuerza cuando nos hacemos ausentes de nuestros espacios cotidianos y para hacernos presentes en las calles para que nuestras voces se escuchen en cada territorio”, expresa el documento que destaca la necesidad de un “transfeminismo unido, popular, antirracista, antibiologicista, accesible e inclusivo”.

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(Foto: Télam)

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El texto enfatiza el carácter alternativo del feminismo contra el capitalismo neoliberal, y en ese marco reclama en no pago de la deuda externa asumida por el gobierno de Mauricio Macri. “Con endeudamiento y ajuste no hay Ni Una Menos. No aceptamos que la deuda se pague con el extractivismo sobre nuestros territorios”, dijeron.

Otro punto fue la feminización de la pobreza, “decimos la deuda es con nosotras y nosotres porque nuestros cuerpos son les más perjudicades por la desocupación, la feminización de la pobreza, la brecha salarial, el trabajo precario y la falta de accesibilidad”, sostuvieron.

La deuda con las mujeres también incluye “el valor incalculable del trabajo de cuidados que se nos asigna obligatoriamente, y es históricamente invisibilizado”; y la sistemática exclusión de “las mujeres indígenas, originarias, afroargentinas y negras, travestis y trans”, así como la incapacidad de detener los “femicidios”, pero también de “travesticidios y transfemicidios”.

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(Foto: Diego Martinez)

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Hubo además, un pedido por políticas de prevención de violencia de género y la aplicación de la ley Micaela.

Se destacó el pedido por el aborto legal y para que no se encarcelen más mujeres por un aborto. El repudio a las detenciones por lesbofobia se extendió también a los pedidos por las presas políticas del gobierno de Gerardo Morales. En primer lugar, Milagro Sala pero también a Mirta Guerrero, Graciela López, Gladys Díaz, Patricia Cabana, María Condori, Adriana Condori, Mirta Aizama y Angelina Lesieux. “Con presas políticas no hay democracia. Libres las queremos. No más presas por luchar”.

La lluvia esta vez jugó para el feminismo y recién cuando se terminó de leer el documento comenzaron a caer con más fuerza las primeras gotas.

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(Foto: AFP)

Cánticos, carteles y performances

Desde las 16, las mujeres comenzaron a encontrarse en cada esquina de la Avenida de Mayo, donde se instalaron algunas carpas de militancia feministas, como la Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. 

En la cuadra siguiente, por Hipólito Irigoyen estuvieron también la colectiva de Actrices Argentinas, que adhirieron a la marcha con un sólido documento que abarcó el repudio a los femicidios, la reivindicación de las tareas de cuidado, el reclamo por la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), el rechazo a la violencia misógina y el pedido para que este año el aborto legal sea un derecho. “Es una necesidad de salud pública y justicia social”, destacaron las actrices.

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(Foto: Diego Martinez)

Fue una jornada de sensaciones mezcladas. La angustia del fatal contador de mujeres asesinadas que durante este 2020 corrió con una velocidad paralizante pudo más con las expectativas por la inminente legalización del aborto seguro y gratuito.

En una esquina, junto a Luis Zamora, la legisladora porteña Mariela Martínez expresó a Tiempo Argentino, “Hacemos paro por el aborto y los femicidios. Son desgarradores todos los días esas noticias y esta marea verde que sigue luchando para arrancar a toda la a toda la dirigencia política y derrotar al  iglesia, que el aborto sea legal”.

A unos metros de ella, se extiende un cartel. “Madres de las víctimas de trata. Los prostíbulos son centros clandestinos de violación”, se lee, ante un grupo de mujeres interpretan una coreografía conmovedora, que sacude el cuerpo. La protagonista que lo encabeza lleva un rostro conocido, el de Johana Ramallo, pero en las banderas figuran los nombres de Natalia Acosta, Gimena Almada, Johana Fariña y Florencia Pennachi. Todas víctimas de trata.

“Soy madre y docente y estoy cansada de ver todos los abusos de los hombres”, expresa una mujer emocionada y angustia. Unos metros más allá, la diputada Claudia Ormachea, comenta “es un tiempo nuevo porque creo que la revolución de las mujeres que viene desde hace tiempo ha llegado ha logrado que los deseos y las demandas viejas y nuevas comiencen a convertirse en políticas de Estado. Hay mucho por hacer y porque nos siguen matando, hoy estamos acá y vamos a seguir luchando”.

A las 18, el centro de la plaza Congreso ya está repleto. El merchandising feminista se despliega en el centro de las veredas mientras en el cordón se reserva el lugar para los carritos de comida, todo en calma y armonía, una característica de las movilizaciones feministas para las que se trabaja mucho en seguridad y autocuidado. La sororidad al palo.

La plaza se pobló con diferentes ingresos, uno encabezado por la Campaña fue por la avenida de Mayo mientras que el otro, por avenida Entre Ríos fue el lugar de las sindicalistas. Por Callao, las agrupaciones de izquierda desplegaron sus banderas, luego de la lectura del documento, parte de la fiesta se trasladó hacia allí.

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(Foto: Diego Martinez)


En el centro de la plaza, las trabajadoras de prensa se encontraron bajo la bandera del Sindicato de Trabajores de Prensa de Buenos Aires. Allí confluyeron las trabajadoras de Clarín, Página 12, Tiempo Argentino, Télam, entre otros medios que se unieron para gritar contra la violencia patriarcal.

“Una vez más las trabajadoras de prensa nos sumamos a este paro internacional porque estos cuatro años que pasaron para nosotras fueron duros, nuevamente la precarización recayó sobre nosotras y perdimos muchas fuentes de trabajo. Creo que en esta nueva etapa que comienza la lucha es revertir todo eso con organización y defendiendo nuestros derechos”, dijo a Tiempo, Carla Gaudensi, secretaria general de Fatpren. 

El glitter verde y violeta fue nuevamente el gran protagonista de una jornada que ya al anochecer mostraba rostros de cansancio pero de satisfacción porque ya aprendimos a ganar entre todas. El feminismo, las mujeres, saben, sabemos que la batalla es día a día, pero que la lucha se construye en las calles. Y es colectiva.

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(Foto: Diego Martinez)

(*) Este artículo fue una medida de fuerza de las trabajadoras de Tiempo Argentino que paramos, aunque en algunas áreas realizamos un cese de tareas para ponerle nuestra voz a la cobertura de la marcha.