A la Argentina se le escurrió el triunfo y la clasificación a los cuartos de final por una distracción en los 121 minutos del tiempo complementario. Boubacar Konte le puso el nombre y apellido a la avivada que sentenció el 2 a 2 frente a Mali y le dio la oportunidad de avanzar mediante la tanda de los penales al seleccionado africano. Así terminó la esperanza de los comandados por Fernando Batista que habían desembarcado en el Mundial Sub 20 en Polonia con la promesa de recuperar el terreno perdido en la categoría. Logró, al menos, meterse entre los 16 mejores, algo que no había podido lograr en las últimas dos participaciones en 2015 y 2017.

Pero queda sabor a poco para el equipo nacional que dominó de principio a fin, pero no pudo traducir la diferencia y sufrió por algunas fallas defensivas. Adolfo Gaich había adelantado a la Argentina en el comienzo del complemento, pero Diaby logró el empate y el partido se fue a tiempo suplementario.

Al minuto del alargue, la Argentina parecía resolver el problema que no había descifrado en el resto del juego. Después de una buena jugada colectiva, Ezequiel Barco definió en soledad en la puerta del área y la pelota se iba afuera. Pero en el camino se desvió en Diaby para terminar en el fondo de la red. Desde allí, el dominio fue total. Mali casi no generó ocasiones, pero le sacó jugo a la avivada del final para ir a los penales.

Allí, Tomás Chancalay falló mientras los africanos convirtieron los cinco remates para liquidar el sueño de la Argentina. “Dejamos un 120 por ciento, pero por una distracción nos deja afuera de todo”, resumió Barco sobre la eliminación de los dirigidos por Batista. Mali ahora se medirá frente a Italia en los cuartos de final en los que hay otros dos latinoamericanos (Ecuador y Colombia). 

Al Sub 20, en cambio, le llega el tiempo de la evaluación. De saber si Polonia será un punto de arranque o si todo -como en los últimos años- volverá a foja cero. Por lo pronto, la fantasía de volver a pensar en un trofeo se estancó entre la desatención del final y las 20 ocasiones generadas y, claro, desperdiciadas.