El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, defendió este lunes la nueva versión del cepo cambiario que lanzó el gobierno de Cambiemos el domingo por la noche, después de largos meses de descontrol de la moneda verde, fuertes devaluaciones y encarecimiento de los precios de consumo masivo.

En una conferencia de prensa, destacó la medida en el marco de la “transición” hacia la era del gobierno del Frente de Todos y tomó distancia de la última escalada de los precios minoristas, que se produjo la semana pasada, en los días previos a la contienda electoral.  

Lacunza también consignó que el gobierno en funciones mantuvo “conversaciones informales” durante el proceso preelectoral con el equipo de Alberto Fernández.

El funcionario destacó las elecciones locales en el contexto regional de una América Latina “convulsionada” y felicitó a los ganadores, si bien reconoció la decepción con el resultado a título personal y en nombre del presidente Mauricio Macri.

“Teníamos expectativas de llegar a competir en la segunda vuelta pero a la vez nos preparamos para una eventual transición para preservar el bienestar de los argentinos”, aseguró.

Lacunza definió el encuentro con Fernández como “un buen diálogo iniciático” en la transición y adelantó que la agenda seguirá en los próximos días “con los equipos en diferentes áreas”. Según dijo, la voluntad del gobierno es “cooperar porque lo importante es el bienestar de los argentinos. No solo hay que pensar hasta el 10 de diciembre sino más allá, para dotar al gobierno entrante de herramientas”.

El hombre del gabinete explicó que esa es la filosofía detrás del cepo de U$S200 dólares mensuales que se anunció en la noche del domingo pero aclaró que “este esquema cambiario también es para la transición, es transitorio, no permanente”, remarcó. “El permanente se tendrá que implementar cuando el nuevo gobierno diseñe su política económica”.

A la hora de la interacción con la prensa, Lacunza reconoció que “hasta aquí tuvimos conversaciones informales” con el equipo de Alberto Fernández.

Según consignó fueron “conversaciones productivas, sinceras pero informales porque había una competencia electoral. Había un diálogo fluido pero en el marco de la informalidad” y comparó que “ahora es  más orgánica y tenemos que esperar que el presidente electo designe a esos interlocutores para poder continuar”. Algo que se espera para los próximos días, de acuerdo al ministro.

El titular de Hacienda resaltó también sus dos viajes a Washington para visitar el FMI y confirmó que realizó llamados telefónicos a ese organismo la noche del domingo y este lunes por la mañana. “La continuación es importante. Dejamos aceitado el camino para que no haya que perder tiempo en deliberaciones en proyecciones fiscales y monetarias para este año. Pero cuando estén designados los interlocutores seguiremos” reiteró.

En uno de los tramos más polémicos de su intervención Lacunza se desentendió de los aumentos de precios que se verificaron la semana pasada en comercios del segmento minorista, fundamentalmente en productos de primera necesidad como alimentos, bebidas y tocador.

“Sobre los precios no hacemos pronósticos” dijo, e inmediatamente afirmó: “La inflación de octubre va a ser inferior a la de septiembre”. El argumento de ministro es que el Banco Central (BCRA) llevó adelante “una política prudente para evitar que se repita el salto de septiembre que fue consecuencia de la devaluación de agosto”.

En ese orden Lacunza habló de “una tendencia descendente a tasas más razonables” pero los aumentos de la semana pasada tienden un manto de dudas. Consultado por el traslado a precios y el plan del gobierno para contenerlo respondió: “No sé, no me consta que haya habido traslado a precios. Hoy no hay una devaluación así (como la de agosto). Para ver el traslado a precios hay que mirar períodos más largos porque no es instantáneo sino que va transcurriendo con semanas o meses de rezago”, argumentó. Y sumó: “El tipo de cambio real no se resetea día a día o semana a semana y no veo que haya un traslado”.

Sobre el cepo de U$S 200 mensuales remarcó que “la medida es para todos los ciudadanos” y aclaró que los que viajen al exterior pueden retirar en cajeros con sus tarjetas de crédito dentro del cupo de restricción.

El ministro también debió responder por el tiempo que demoró la decisión oficial. “No son medidas gratuitas para la actividad económica” dijo y agregó: “Se pueden aplicar más tarde o más temprano pero una sobredosis puede ser un daño colateral innecesario y una menor dosis puede ser insuficiente”.

En ese sentido también dijo: “Si miramos los últimos 75 días, la distancia entre las PASO y las elecciones generales, el primer mes se fugaron U$S16 mil millones, en el segundo otros U$S2.300 millones y en la última semana, y especialmente los últimos dos días, hubo una salida adicional que nos hizo rever esa dosis que se había aplicado”.

Según la argumentación oficial, “si se descompone por factor de variación de reservas se ve que un tercio de la caída fue por depósitos, que son dólar del público; un tercio fue por un pago de deuda y hay un tercio más que salió en la última semana. Todo es opinable pero una medida así tomada prematuramente podría haber hecho daño”.