Durante las últimas dos audiencias del juicio que imputa a 19 represores por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y El Infierno de Avellaneda, especialistas del EAAF explicaron el trabajo forense que realizaron durante años para identificar a víctimas de estas causas, mayormente enterrados como N.N en fosas comunes de cementerios municipales.

Recorrieron con sus testimonios un camino extenso, desde la vuelta de la democracia, cuando comenzaron a buscar en los cementerios de Avellaneda, Lomas de Zamora y La Plata, hasta la actualidad, donde aún quedan más de 600 cuerpos que fueron enterrados como NN sin identificar y que podrían ser de personas desaparecidas en la última dictadura. Por eso, convocaron a familiares a que se acerquen al EAAF.

 «Aún quedan numerosos restos por identificar en el EAAF, de los cuales hemos obtenido su perfil genético con lo cual hacen falta que se acerquen familiares», explicó Sofía Egaña durante la última audiencia. «Pueden llamar a la línea 0800 345 3236 o las líneas directas donde van a ser atendidos y orientados sobre el procedimiento de toma, que es muy sencillo, una gota de sangre puede llevar a identificarlos, es un pinchazo muy pequeño en la yema de los dedos», agregó.

Egaña fue convocada para dar su testimonio sobre la identificación de varias de las víctimas del juicio, como Mario Miguel Mercader, Miguel Ángel Soria, Liliana Ross De Rosetti, Norma Robert, Alicia Lisso, Héctor Alberto Pérez y José Rizzo, cuyos restos fueron encontrados entre otros 70 en fosas comunes de cementerios de Rafael Calzada de Isidro Casanova y Lomas de Zamora.

La antropóloga relató las dificultades que tuvieron para analizar esos cuerpos, ya que al momento de ser recuperados estaban esqueletizados y habían sido exhumados “de forma inadecuada, por bomberos voluntarios o sepultureros, conduciendo a una falta de registro sistemático de las condiciones de hallazgo y mezcla de la evidencia biológica y no biológica exhumada”, explicó. Tras casi 20 años, en 2002 el EAAF recibió estos restos de más de 70 personas y lograron identificar 49 de ellas.

La semana anterior declararon otras dos especialistas del EAAF: Mercedes Salado Puerto y Patricia Bernardi, una de las fundadoras del Equipo. Bernardi participó de la identificación de varias víctimas de la Brigada de Lanús y detalló cómo fueron esos procesos. Salado Puerto, por su parte, se concentró en el hallazgo de los restos de Omar Rodolfo Farías, secuestrado en Quilmes el 11 de noviembre de 1977.

“Lo que se recupera no son solo objetos, no se trata solo de excavar y recuperar un cuerpo, sino de interpretar el hallazgo en el contexto adecuado”, expresó Bernardi al declarar por videoconferencia. “Vemos la fosa como si fuera nuestra escena del crimen y tratamos de elaborar hipótesis que nos van a ayudar en el momento de interpretar el modo y la causa de muerte”, detalló.

La especialista abordó los 13 casos peritados en cementerios municipales por los cuales fue citada por la fiscalía. 10 en Avellaneda, 1 en Lomas de Zamora, 1 en La Plata y 1 en General Villegas. Explicó además que en el cementerio de Avellaneda aún quedan más de 150 cuerpos sin identificar.

Bernardi relató que llegaron al cementerio de Avellaneda por pedido de la Cámara Federal, que en octubre de 1986 recibió una denuncia de que los restos de Rafael Perrotta, quién había sido director del diario el Cronista Comercial y había sido desaparecido en 1976, estaban enterrados en el sector 134 de ese cementerio.

“El sector comprende unos 30 metros cuadrados, en ese momento cubiertos totalmente de vegetación. Gracias a la colaboración de un empleado, quien señaló el lugar, accedimos y sin más datos empezamos a trabajar marcando una cuadricula y encontramos una fosa común con más de 11 cuerpos con evidencias de proyectiles. Allí no se encontró el cuerpo de Perrotta, por lo cual solicitamos a la Cámara la necesidad de practicar una excavación extensiva en todo el sector 134”, explicó.

El trabajo de exhumación se inició en 1988 y finalizó en 1992. En ese lapso de tiempo se recuperaron 336 cuerpos de los cuales solo 245 estaban asentados como NN, esto quiere decir que 91 cuerpos ingresaron al cementerio de manera clandestina. Allí fue identificada María Teresa Cerviño, militante de la Juventud Peronista asesinada en abril del 76 y luego enterrada en este sector en una fosa común. Lo llamativo de este caso en particular es que Cerviño fue identificada e ingresada en el libro del cementerio, pero a pesar de eso fue inhumada como NN.

En Lomas de Zamora se realizaron inhumaciones clandestinas entre septiembre de 1976 a mediados de 1978, utilizándose fosas individuales y comunes. El relevamiento de las actas de defunción del registro civil permitió establecer que de 116 actas que entraban como NN, 79 presentaban causa de muerte traumática, lo que permitía sospechar que podían ser víctimas del terrorismo de Estado. Allí fue identificado Eduardo Rosas, secuestrado y asesinado en septiembre de 1977.

En La Plata, el estudio arrojó que entre los años 1977 y 1983, los cuerpos ingresados como NN fueron 641, de los cuales 263 tenían como causa de muerte destrucción de masa encefálica, en tanto 298 herida por arma de fuego. Entre 1981 y 1984, 285 cuerpos pasaron a osario común, (lugar de un cementerio donde se entierran los huesos que se sacan de las sepulturas) y esto dificulto las tareas de reconocimiento, ya que se mezclan con otros restos. El EAAF exhumó 57 fosas de las cuales de identificaron 37 cuerpos. 

En general Villegas (Isidro Casanova – La Matanza), las inhumaciones se realizaron entre enero de 1976 y diciembre de 1980. Se registraros 392 ingresos como NN en su mayoría en el sector O, tablón 4, sector de indigentes, un lugar despoblado, rodeado de vegetación. Allí identificaron a Manuel Coley Robles, desaparecido en octubre del 76 en Quilmes y fue asesinado el 5 de febrero del año siguiente.

Mercedes Salado Puerto se refirió a la recuperación de los restos y la identificación de Omar Rodolfo Farías, quien había pasado por el Pozo de Quilmes y su cuerpo fue hallado en un pueblo de la costa en el partido de general Lavalle e identificado en 2009.

La especialista recordó que el cuerpo de Farías fue uno de los 15 que aparecieron en la costa argentina ente el 16 y el 20 de diciembre de 1978, todos con rastros de haber sido arrojados desde alturas muy elevadas. Fueron enterrados como NN en fosas comunes en diferentes cementerios y luego exhumados en la vuelta de la democracia. Recién en 2005 los restos fueron recibidos por el EAAF para comenzar su análisis. Luego de múltiples estudios, el EAAF llegó a identificar varios de esos cuerpos que habían pasado por el Pozo de Quilmes o centros clandestinos de detención de La Plata.