No se acalla el escándalo suscitado a partir de los dichos violentos, machistas y discriminatorios del periodista Baby Etchecopar, la semana pasada, durante y después de una entrevista a una militante del Movimiento Evita. Este lunes un grupo de integrantes de esa agrupación realizó un escrache frente a estudios de Radio 10, en los que trabaja el periodista.

Las militantes llegaron por la mañana, hicieron una olla popular y permanecieron varias horas en forma de protesta frente a los estudios ubicados en el barrio porteño de Palermo. Entendiendo que los dichos del periodista legitiman “la violencia contra la mujer, además de mostrar odio hacia los pobres”, al tiempo exigieron las autoridades de la radio accionaran ante “el elevado grado de machismo que el conductor ejerce a diario”.

Lo explica justamente Carolina Pedelacq, referente del Frente de Mujeres del Movimiento Evita: “La semana pasada la chica estaba en una manifestación en la puerta de ANSES, exigiendo un programa social. Uno de sus noteros la sacó al aire para que explique sobre el reclamo. Fue entonces cuando el misógino comenzó a ningunearla y violentarla como suele hacer con la gente que entrevista en su programa, sobre todo con las mujeres”.

Luego la referente continuó con su pormenorizado relato: “Le dijo a nuestra compañera que es ‘una sinvergüenza, una vividora y una aprovechadora por estar reclamando un plan social’. Entonces ella le responde que tiene hijos que mantener, y él le dijo ‘nadie te mandó abrir las piernas’. Es por esta razón que decidimos organizar un escrache en la puerta de la radio”.

Cuando se desarrollaba la protesta frente a la radio, Etchecopar, custodiado por un policía, llegó para ingresar al edificio y en su camino empujó violentamente a una mujer. Luego, ya en el aire, al frente de su programa, comenzó a insultar, denigrar y discriminar a las militantes que estaban en la calle, y a las mujeres en general.

“Llegamos a la mañana, antes de empezar su programa. Él estaba en un café ubicado en la esquina. Cuando salió del local, escoltado por un policía, empujó a una compañera, ingresó al estudio y comenzó a decir que estábamos haciendo quilombo, que somos unas tortilleras, feminazis, que teníamos palos y no sé cuantas barbaridades más. Después vinieron unas patrullas y vieron que no estábamos haciendo lo que él decía al aire”, asegura Pedelacq, quien puntualiza: “Lo nuestro fue algo pacifico, repartimos volantes y escribimos algunas consignas en el asfalto”.

La dirigente finalmente explicó: “Lo hicimos como modo de réplica, porque este tipo acostumbra a cortarles el teléfono a las personas cuando le dicen algo que no le gusta. Esta es la forma que consideramos más viable para defender a una compañera que ha sido violentada, por ser mujer y pobre. Queremos que le quede bien en claro, que siempre que suceda algo así, vamos a responder de la misma manera”.