El impulso por parte del gobierno nacional del proyecto de ley de alquileres –que tuvo congelado por dos años– se da en un contexto en el que, en los últimos cuatro años, los precios de los alquileres en CABA crecieron en promedio un 55% más que los salarios privados. Desde la asunción de Cambiemos, ese número asciende al 60 por ciento. Así, se desprende del informe periódico que realiza el portal especializado Reporte Inmobiliario y del promedio salarial registrado privado (bruto) calculado por el ex Ministerio de Trabajo.

Entre agosto de 2014 y agosto de 2018, los precios de los alquileres de un departamento usado de tres ambientes crecieron de manera exponencial. En cada uno de estos años, los valores promedio subieron por encima del 30% (ver cuadro).

Para un tres ambientes, el valor mensual se estima en $ 14.212, mientras que la suba acumulada fue del 418 por ciento. En tanto, el salario privado se ubica en $ 30.642, con una suba acumulada del 270 por ciento. Para el mismo período, la inflación general fue del 322 por ciento. Es decir, los alquileres subieron por encima de la inflación y del salario, mientras que los sueldos en blanco quedaron por debajo de las otras dos variables.

En el caso de un departamento de dos ambientes, el precio actual promedia los $ 10.922, mientras que el aumento acumulado para ese período fue del 348 por ciento.

Otra manera de graficar esta tendencia es calcular el peso del alquiler sobre el salario. O sea, qué parte del sueldo es necesaria para cubrir el costo del alquiler. Para el mencionado tres ambientes, se debe destinar el 46% del salario (ver cuadro). Es la cifra más elevada desde el año 2009, cuando se ubicó en un 52 por ciento. A partir de ahí, el porcentaje decreció año a año hasta llegar al 33%, en 2013. A fines de 2015, se ubicó en el 35 por ciento. En 2016, llegó al 38%, y en 2017, al 41 por ciento.

Si se toma como referencia salarial el ingreso total familiar calculado por el gobierno de la Ciudad, los porcentajes bajan aunque la tendencia se confirma. El ingreso familiar se ubicó en el tercer trimestre de 2015 en $ 19.049. El citado valor mensual del departamento de tres ambientes tenía un peso del 27% sobre ese ingreso. En tanto, en el primer trimestre de 2018 (último dato disponible) el ingreso familiar se ubicó en $ 37.960, con lo cual el valor de ese departamento significa el 37% del ingreso. Es decir, un incremento de 10 puntos porcentuales. Del mismo modo, el departamento de dos ambientes equivalía en agosto de 2015 a un 23% del ingreso, mientras que el valor del mismo departamento significa en el primer trimestre de este año un 29% de ese ingreso. Es decir, un incremento de seis puntos porcentuales.

En base a estos números, el arquitecto José Rozados, del sitio Reporte Inmobiliario, explicó a Tiempo: «Es un porcentaje razonable de gasto para asumir. El aumento de este último año fue un poco superior a la inflación. Esto responde a una cuestión de dinámica del mercado». Luego, analizó: «Veíamos y considerábamos que se abría un buen camino para descomprimir demanda con los créditos UVA, y así fue hasta el primer trimestre de este año. Pero ahora, con la devaluación, va a haber una demanda creciente de alquileres, porque en función de los precios dolarizados del mercado, comprar es prácticamente imposible. Lo que habría que pagar de cuota, duplica al alquiler».

Para Rozados, una solución a este problema sería «que haya más oferta de propiedades», para lo cual «habría que tomar medidas que incentiven a la oferta». En ese sentido, el especialista ve al mercado en situación de crisis. «En CABA, la rentabilidad no es atractiva. A pesar de que aumenta en pesos, la rentabilidad está en el mínimo histórico, que es un 2%», aseguró.

Rozados advirtió que la Ley de Alquileres (que obtuvo dictamen en Diputados en la última semana) no colabora. «Esto va a hacer que haya menos rentabilidad. El propietario puede invertir lo mismo en Estados Unidos y obtener una rentabilidad más segura, en dólares y más alta», comparó. Además, «si con la ley va a aumentar el riesgo (por la garantía, por ejemplo) y a bajar más la rentabilidad, es muy probable que se retire más oferta», sostuvo.

Con la oferta en retirada, la demanda en alza, los precios por las nubes y los salarios por los pisos, alquilar un departamento puede convertirse en un lujo. «