La vuelta del fútbol a Sudamérica con la Copa Libertadores recordó a todo el continente, y a la Argentina en particular, el nuevo escenario de las señales deportivas: ESPN y Fox Sports ahora pertenecen al mismo dueño, The Walt Disney Company. El anunciado regreso del fútbol de Primera División retomó la discusión por la televisación del torneo, los derechos de transmisión y la relación entre el fútbol y la industria audiovisual. Y el rol del Estado en todo esto.

Disney compró buena parte de los activos mediáticos y de producción audiovisual de Fox a mediados de 2019. Esa operación tuvo sus condicionamientos en Estados Unidos, Chile, México, Colombia y Brasil. En Argentina poco se supo hasta la semana pasada. Un informe técnico convertido en dictamen por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia sugirió a la Secretaría de Comercio evaluar el impacto en la concentración del mercado que produce la compra de Fox por parte de Disney. Esta resolución no es vinculante y no implica un rechazo por parte del gobierno, sí significa que la Secretaría ahora tiene elementos y argumentos para imponer condiciones. 

Entre las objeciones que el informe plantea se encuentra el nivel de concentración que alcanzaría la empresa del ratón en el mercado de señales si se quedara con Fox. Disney propone considerar esta posición a la luz de la cantidad de canales de televisión y señales de cable que existen en el país. Pero el informe señala, de manera acertada, que los modelos de negocio de la televisión abierta y de las señales de pago son bien distintos. Unos se financian con publicidad y otros con publicidad y pago de cableoperadores. Además, dentro de las señales de cable, cada rubro o temática tiene un funcionamiento específico. En las señales deportivas, por caso, los derechos de transmisión de distintas disciplinas y torneos son el bien más preciado. 

El informe marca que entre las siete señales que concentra la compra (tres de Fox y cuatro de ESPN) se encuentra el 64% del encendido-rating de las señales deportivas. El número de competidores “sustitutos” (es decir, que brindan el mismo tipo de contenido) se reduciría de cuatro (Fox, ESPN, TyC y DeporTV) a tres. Pero además, entre Fox y ESPN, un mismo operador contaría con dominio casi absoluto de transmisiones de eventos deportivos internacionales (Champions League, Libertadores, Sudamericana, todas las ligas europeas, NBA, circuito ATP de tenis, campeonatos de rugby y también la Fórmula 1). Y el 50% de los derechos de transmisión de la Liga Profesional de AFA. Dato clave.

De esta manera, el informe indica que todas estas señales, derechos de transmisión y audiencias concentradas en un mismo operador le daría un poder de negociación muy grande frente a los cableoperadores que quieran contratar la señal para sumarla a su grilla. Y si no pudieran sumarla a su grilla, por el interés público y social de los contenidos que transmiten, esa cableoperadora sería muy poco atractiva para los usuarios. De esta manera, Disney podría utilizar sus señales como prenda para aumentar el precio y distorsionar el mercado. Algo así como lo que hizo Cablevisión con el fútbol y TyC cuando se expandió a todo el país con una competencia desleal hacia los otros cableros. Esto redundaría en un aumento del precio de los abonos que los usuarios finales pagan a sus empresas. Empresas como Telefónica, DirecTV y Clarín sumaron presentaciones en contra de la operación.

El informe concluye que la operación implicaría un alto nivel de concentración en el mercado y distorsionaría el normal funcionamiento competitivo del mismo con perjuicio para las audiencias. Sin embargo, no emite juicio ni recomienda a la Secretaría más que volver a escuchar a las partes y extender los plazos para tomar decisiones. 

En este juego político que lleva semanas, la decisión del gobierno sobre la compra aparece en medio de tironeos por los derechos de transmisión del fútbol argentino. Este viernes se conoció que la AFA decidió romper el contrato por la fusión entre Disney y Fox, que no fue informada a los clubes. Turner tiene la posibilidad de acercar una nueva oferta para quedarse con todo el paquete del fútbol local, aunque el gobierno quiere que el nuevo escenario incluya la posibilidad de pasar dos o tres partidos de cada fecha en la TV Pública.  En el medio, Boca y River presentaron sus quejas por una decisión que, dicen, no los incluyó. El contrato que los clubes buscan romper  tiene una actualización en pesos y no se respalda en el valor del dólar sino en el del abono a las señales premium del cable (que superaría los $600 con la vuelta del fútbol). Tampoco es ajeno el cuestionamiento que Disney tiene hacia los valores de producción de los partidos fijados por Torneos, productora a la que ya apartó de sus transmisiones de Copa Libertadores. La productora del ex rugbier Agustín Pichot dirigida por Juan Cruz Ávila, PEGSA, crece en ESPN. Si todo el fútbol se queda en Turner (y en la TV Pública), la producción irá para Torneos. Porque la torta del fútbol alcanza para todos, aunque algunos se queden con porciones mucho más chicas.