El índice de pobreza difundido por el gobierno recibió críticas metodológicas que ponen en evidencia algunas inconsistencias. Jorge Todesca, el director del INDEC, difundió que la pobreza había bajado en la gestión Cambiemos de 32,2% a 28,6%. En tanto, la indigencia alcanzó al 6,2% de los habitantes del país, frente al 6,1% del anterior reporte del INDEC.

La pobreza sube en CABA y La Plata pero baja en el conurbano

La medición de pobreza de la ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y La Plata presenta un comportamiento heterogéneo. Entre el segundo semestre 2016 y el primer semestre de 2017, la pobreza se incrementa en CABA (aumenta de 9,5 a 13,4) y en La Plata (se eleva de 24,2 a 30,8), pero en contraste en GBA se reduce de 34,6% a 32,6%. Es contradictorio que mientras la pobreza aumenta en CABA y La Plata, se registre una disminución de 2 puntos porcentuales en una zona tan castigada por el desempleo como el GBA.

La desocupación sube pero la pobreza cae

Mientras la tasa promedio para los partidos del GBA en el segundo semestre de 2016 fue del 10% promedio (10,6% en tercer trimestre y 9,4% en cuarto trimestre 2016), en el primer semestre de 2017 creció a 11,35% – promedio- (11,8% en primer trimestre y 10,9% en segundo trimestre 2017)

Discrepancias con otros organismos

El Instituto de Estadística de la Ciudad de Buenos Aires realiza una encuesta trimestral de hogares (ETOI) para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A partir de la misma, se cuantifica la población debajo de la línea de pobreza. La canasta que proponen las estadísticas de CABA es más cara y por lo tanto la población pobre es superior. No obstante, resulta contradictorio que la población pobre según INDEC para el aglomerado CABA aumente, mientras que en igual periodo para CABA, disminuya.

Aumenta la indigencia pero baja la pobreza

El aumento de precios de la canasta básica de alimentos está por debajo del aumento de precios del conjunto de la economía. Esto puede deberse al significativo impacto del aumento de las tarifas. Sin embargo, si efectivamente esto es así (las tarifas impulsan la variación de precios de los rubros no alimentarios por encima de la variación de los alimentos), entonces el comportamiento de la medición de pobreza debería ser contrario al exhibido: debería haber incrementado la pobreza y haberse reducido (o mantenido) la indigencia. Lo que registran las estadísticas oficiales resulta, nuevamente contradictorio: un aumento de la indigencia y una caída de la pobreza, en un contexto donde la variación de la canasta básica alimentaria (que explica la línea de indigencia) es inferior al promedio de inflación.

Córdoba y San Juan con bajas drásticas del porcentaje de pobreza

En Córdoba la variación de la pobreza alcanza una caída de 9,8 puntos porcentuales y en San Juan, 17,1 puntos porcentuales. Según el INDEC en el período habría una disminución de la pobreza en el país de 439.080 personas. En Córdoba y en San Juan, esta disminución sería de 231.771 personas, o sea las disminuciones de pobreza en Córdoba y San Juan de explicarían el 53% de la caída en la pobreza total, algo completamente inverosímil.

Aumenta la población activa y baja la pasiva

La proyección demográfica de la muestra de la EPH realizada en 2016 arroja un cambio sustancial en su estructura poblacional y ello tiene consecuencias en la distribución del ingreso. La diferencia entre el segundo trimestre 2015 y el segundo trimestre 2016, es de 518 mil menores de 18 años menos, 355 mil adultos más, y 516 mil adultos mayores más en la población. El aumento de activos y disminución de inactivos en la población según la nueva proyección poblacional, aumenta los ingresos promedio del hogar y de la población total. Al haber, en promedio, más miembros activos en un hogar en lugar de inactivos la probabilidad que los ingresos de ese hogar sean mayor, es más alta.