Apenas el presidente Mauricio Macri golpeó con fuerza (y a los gritos) el escritorio que pertenece al titular de la Cámara de Diputados, concluyó el último discurso de su mandato ante la Asamblea Legislativa y echó a correr la relojería de Cambiemos para las próximas elecciones. Dentro de la Casa Rosada aseguran que “falta una eternidad” para que comience a funcionar la maquinaria electoral del Gobierno, pero la realidad interna del oficialismo confirma que los tiempos comenzaron a acelerarse, especialmente por la cantidad de tironeos que el líder del PRO no termina de resolver, como la interna cordobesa de Cambiemos, que empeora en la medida que se acerca el 17 de marzo. Ese domingo es la fecha prevista por la Justicia Electoral para la realización de ese comicio entre los afiliados de los partidos integrantes de Cambiemos, dentro de una provincia que no tiene PASO.

El Gobierno lleva tres meses de intentos fallidos para evitar una disputa interna entre el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre y el diputado nacional y titular del Interbloque de Cambiemos, Mario Negri. Ambos son dirigentes de la Unión Cívica Radical que llevan compañeros de fórmula del PRO, y ahora protagonizan una sorda interna de versiones sobre la “imposibilidad técnica” de realizar la interna de Cambiemos, por los costos y el tiempo necesario para concretarlos.

Negri cuenta con el aval de Macri, e incluso de la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, para que sea el candidato a gobernador de Cambiemos que se mida con el mandatario peronista, Juan Schiaretti, que disputará su reelección en los comicios locales del 12 de mayo. A pesar de las señales enviadas por la Casa Rosada, y especialmente por el jefe de Gabinete Marcos Peña, Mestre nunca aceptó bajar su precandidatura. Para los voceros más cercanos al mandatario comunal, que también controla la conducción de la UCR cordobesa, están las condiciones dadas para la realización de la interna, pero este lunes, Negri anticipó que hará una presentación ante la Junta Electoral provincial de Cambiemos para que “garantice un servicio que asegure las elementales condiciones de transparencia que requiere un acto eleccionario en el que están habilitados para votar más de 2.400.000 ciudadanos distribuidos en más de 400 circuitos electorales de toda la provincia”. El pronunciamiento cuenta con el aval de su compañero de fórmula, el diputado del PRO y ex árbitro Héctor Baldassi, además del funcionario del Ministerio del Interior y ex intendente cordobés, Luis Juez, principal dirigente del Frente Cívico, que este viernes bajó su candidatura a intendente y forma parte del entramado que buscará postergar los comicios o impedirlos. El pronunciamiento contra Mestre incluye al titular del PRO cordobés, Darío Capitani y el jefe de la Coalición Cívica local, Gregorio Hernández Maqueda, que se hizo célebre para la Casa Rosada desde que acusó a Macri de estar más entusiasmado en la reelección de su amigo Schiaretti que en la resolución de la interna de Cambiemos.

Ante las consultas de este diario, en el “mestrismo” confirmaron que el cronograma previsto sigue en pie. “Ahora la Casa Rosada nos está pidiendo que bajemos toda la espuma contra el Gobierno, pero además el apoderado de la lista de Negri es del PRO y está participando de la junta y ha firmado todo hasta ahora”, explicó la fuente consultada.

El empeoramiento de la polémica podría cristalizar en una crisis de liderazgo para Macri, atravesado por la incapacidad de disciplinar una interna cuyo mayor tironeo gira en torno a las sospechas: Negri y sus aliados están convencidos de la falta de transparencia de la interna solicitada ante la Justicia Electoral. No por un tema operativo, sino por el “riesgo” de que Schiaretti intervenga en la interna de Cambiemos y mueva sus influencias y recursos a favor de Mestre, en un acuerdo que los escuderos del diputado radical preferido del Gobierno dan por descontado y buscan evitar mediante una postergación del cronograma que, hasta el momento, tendrá su clímax final dentro de dos semanas.

La mayor preocupación de la Casa Rosada es que los escuderos que le responden sean extirpados del “status quo” cordobés, signado por una convivencia tirante entre radicales y peronistas. Además de los plazos y los costos que cerca de Negri sostienen como un verdadero obstáculo para la transparencia, la disputa también gira en torno a las encuestas. El Gobierno buscó incluir en el reglamento de la interna que los precandidatos también se midan a través de sondeos, pero en medio de las sospechas de fraude, cerca de Negri sostienen que supera en diez puntos a su antagonista y correligionario Mestre. Del otro lado del mostrador, los escuderos del intendente aseguran todo lo contrario y esperan que la Casa Rosada le diga a Negri que resigne su aspiración, una opción que cerca del diputado consideran inviable.

Dentro de Balcarce 50 asumen que la disputa mediterránea tiene contornos “incontrolables”, pero le echan la culpa al gobernador mendocino y titular del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, de no haber controlado a su tropa. Si el Gobierno no logra ordenar la interna de sus propios precandidatos cordobeses, se expone al riesgo de una pelea signada por acusaciones de fraude, en el territorio que hace cuatro años  fue determinante para la llegada de Macri al poder. «