«Ya que lo hicieron poner la cara el miércoles, quizás este lunes el presidente se ponga al frente del anuncio para aprovechar la bala de plata que nos queda», razonó un funcionario del Gabinete nacional para reflejar el hermetismo que mantuvo el entorno del líder de Cambiemos para definir el paquete de medidas que, originalmente, presentará el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne. La frase también refleja el nivel de tensión que atraviesa a la Casa Rosada, desde que Mauricio Macri utilizó su cuenta oficial para ofrecer un escueto mensaje sobre el adelantamiento «de toda la ayuda necesaria» del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la inestabilidad financiera. La estampida posterior del dólar conquistó un nuevo techo histórico que rozó los 42 pesos, y liberó las internas del gobierno, especialmente sobre el rumbo de la política económica y sobre la forma de comunicar la crisis que arrancó en mayo, con la primera corrida de la divisa estadounidense.

El epicentro de las críticas, dentro del oficialismo, recayó en el jefe de Gabinete Marcos Peña, a quien sus propios colegas del Ejecutivo responsabilizaron por no haber evitado «un desgaste tan fuerte» de Macri luego del anuncio que formuló, sin utilizar la cadena nacional. La confirmación más palpable de la agudización de la crisis interna del gobierno fue la tardía reanimación de la mesa chica que rodea al presidente, compuesta por Peña, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, con la intermitente presencia de distintos ministros, como el titular de la cartera de Interior, Rogelio Frigerio.

La más chica de las mesas que Macri elige para tomar decisiones volvió a funcionar este sábado al mediodía, luego de un feroz tironeo interno que el viernes estuvo cruzado por llamados telefónicos de Vidal a Peña y mensajes desde La Plata, que aseguraban que la gobernadora bonaerense «no había sido convocada».

El germen de esa pelea, según confiaron a este diario fuentes del oficialismo, estaba concentrado en tres puntos determinantes. «Definir dónde cortar, pero a cambio de aumentar ingresos», según se pudo escuchar cerca del alcalde porteño, y «acompañar los anuncios fiscales con una batería de medidas sociales», tal como exigió Vidal desde que, al igual que Larreta, se enteró del anuncio presidencial del miércoles por los medios. La tercera parte gira en torno a la conformación del Gabinete, y la firme resistencia de Macri a resignar a Peña en medio de la crisis más grave de su gobierno.

Retenciones e impuestos

El primer desenlace provisorio de esa puja intestina se concretó este sábado, cuando finalmente se reunieron los miembros de esa mesa chica que, hasta la noche del viernes, resultaba imposible de reunir. En esa cita del mediodía, se terminaron de definir los trazos gruesos de una batería de medidas que incluirán la suspensión del esquema de reducción de las retenciones a las exportaciones de soja, la reimplantación de ese gravamen para el maíz y el trigo, y «retoques» al esquema tributario, como un posible aumento del impuesto a los bienes personales, a la categoría más alta del Monotributo y cambios en el IVA para bienes suntuarios. En materia de retenciones, otro punto de debate tiene que ver con los gravámenes a la minería, que fue beneficiada con exenciones desde que Macri llegó a la Casa Rosada. Este viernes, fue citado el titular de la Afip, Leandro Cuccioli, pero sus voceros negaron que la visita a Olivos tuviera que ver con los anuncios fiscales, sino con «cuestiones vinculadas a la gestión del organismo».

Antes de la crisis de esta semana, los negociadores de las carteras de Hacienda e Interior se habían comprometido con los ministros de Economía de las 19 provincias que no gobierna Cambiemos para «buscar formas de perseguir la evasión de impuestos coparticipables, como Ganancias, y ampliar sus bases imponibles». La promesa fue lanzada para evitar un reclamo unánime de los gobernadores: postergar la reducción de las alícuotas de Ingresos Brutos, especialmente para pesca, agro y minería, tres actividades que podrían afrontar aumentos de retenciones.

Este sábado, circuló la versión sobre un aumento del ajuste para 2019 de 300 mil a 400 mil millones de pesos. Sin embargo, en la Casa Rosada aclararon que se mantiene la cifra inicial del recorte para que no naufrague la negociación del Presupuesto 2019 con los gobernadores (ver aparte). «Los otros 100 mil millones saldrán de la fórmula de aumento de las retenciones», confiaron en Hacienda.

Contención social

Junto a la arquitectura fiscal de aumentos, que será concluida este domingo, Macri también prepara una serie de medidas sociales, luego de las diferencias que mantuvo, junto a Peña, con Vidal. «Nos estamos preparando para reasignar partidas presupuestarias con el fin de reforzar la asistencia social en todo el país, y utilizar la cláusula social del acuerdo con el FMI», anticipó una fuente de la Casa Rosada sobre la posible utilización del margen de tolerancia del 0,2% del PBI, siempre y cuando esté destinado a paliar el empeoramiento de la situación social. Con ese fin, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, también visitó a Macri en Olivos el sábado por la tarde.

La medida nacional será posterior al anuncio que hizo Vidal el viernes, en medio del debate con Macri y Peña. Sus voceros filtraron a la fuerza, y en tiempo récord, la instrucción que le dio a su ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, para recortar mil millones de pesos en el presupuesto bonaerense desde septiembre hasta fin de año, para contener a los sectores más golpeados por el ajuste. Pero también por el impacto que provocará la nueva estampida del dólar de esta semana en los precios y en la depreciación de los ingresos. «Posiblemente las medidas sociales nacionales sean similares a las bonaerenses», se animó a confiar una fuente que pasó el fin de semana en Olivos y dio cuenta del tironeo hermético que rodeó al presidente, sobre la aplicación de paliativos sociales de una crisis que su entorno más inmediato niega. «Finalmente aceptaron acompañar con ayuda social», explicaron cerca de Vidal, para confirmar las razones del anuncio provincial del viernes por la noche, más orientado a conmover la rigidez interna del poder central, que a contener el malhumor social de esta semana.

Cambios en el Gabinete

«Casi con seguridad no habrá cambios en el Gabinete», dijo a este diario un funcionario de la jefatura de Gabinete, con inusual imprecisión. El «casi» no sólo habla del hermetismo que rodea a la crisis interna del Gabinete. También a la resistencia menguante del presidente por resignar a su ministro coordinador. «Antes que entregar a Peña en medio de la turbulencia, sería acertado reforzar la autoridad económica en esta crisis de credibilidad», aseguró una fuente del equipo económico. Se refiere a retomar una alternativa que fue postergada pero no descartada y consiste en aprovechar el nuevo ajuste que reclama el FMI para reducir la estructura de 22 ministerios y transformar algunas carteras en secretarías. Su aplicación permitiría liberar una interna en estado latente, que estalló luego de la corrida cambiaria de mayo, cuando se filtró el primer intento de aumentar retenciones al agro y el ministro de Agroindustia, Luis Miguel Etchevehere amenazó con renunciar. El funcionario, y extitular de la Sociedad Rural Argentina no lo hizo, pero se encargó de reanimar a los miembros de la Mesa de Enlace para evitar una decisión que ahora consideran «inevitable». «