El gobernador mendocino y titular del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, pasó el jueves pasado por la Casa Rosada para participar de una reunión formal del organismo que administra la cuenca del Río Colorado, que encabezó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

El cacique cuyano conservador venía de anunciar que la Convención Nacional del partido se realizará el próximo 27 de mayo. Será con la intención inicial de ratificar la permanencia radical dentro de Cambiemos, pero con matices que alarman al PRO y que el mendocino blanqueó apenas el Gobierno lanzó el decálogo para ratificar su política. Si bien apoyó los diez puntos, también dijo que el presidente Mauricio Macri no puede solo y blanqueó el interés de sumar nuevos aliados, incluso peronistas. En Balcarce 50 reconocieron que el reclamo con forma de apoyo cayó «muy mal» en el entorno presidencial.

Cornejo dejó en claro su posición ese mismo jueves cuando visitó Balcarce 50: estuvo a sólo dos escaleras del despacho de Macri, pero no subió a saludarlo. El líder del PRO tampoco lo convocó. 

Las razones de la frialdad entre ambos demuestran el empeoramiento de la relación. Según confiaron a Tiempo fuentes oficiales y de la UCR, el vínculo se terminó de resentir por una comunicación telefónica entre ambos cargada de reproches presidenciales. El nudo fue el interés del mendocino de «ampliar Cambiemos, si es necesario cambiarle el nombre, y sumar a aliados que permitan confrontar con Cristina y evitar que Macri pierda», detalló un miembro del Ejecutivo cuyano.

“Esto es una discusión abstracta. Lo que no hay dudas es que para la etapa que viene cualquiera que gane va a necesitar ampliar su base de sustentación política. En el plano electoral no tiene sentido ese planteo porque tanto (Sergio) Massa, (Roberto) Lavagna, (Miguel Angel) Pichetto, como (Juan Manuel) Urtubey ya plantearon que no vienen a Cambiemos. Por ende no hay demanda”, retrucaron cerca de Frigerio para minimizar los planteos radicales.