En este momento donde se impone la solidaridad es importante que existan contenidos teatrales online. No es menos importante que quienes produjeron esas imágenes puedan estar exhibiéndolas, algo que apoyo fervientemente porque es una manera de mantener muy vivo al concepto teatral. Afortunadamente hay muchos ejemplos en estos momentos, aunque la problemática de la monetización es algo que por ahora no debería contar por las terribles circunstancias sociales que estamos viviendo. Ahora bien, el teatro propiamente dicho como un hecho único, irrepetible y artesanal, fundamentalmente con la presencia del púbico, dista mucho de compararse con lo que se puede ofrecer en una pantalla, pero reitero que en estos momentos me alegra que existan entretenimientos como estos donde el teatro es una opción valedera.

Creo que más allá de lo incomparable que significa el hecho teatral, las propuestas que vienen de plataformas, sitios de internet o similares que incluyen al teatro como protagonistas en estos momentos son un buen complemento y a la vez representan una instancia que no es nueva, porque ya en la década del ’60 Darío Vittori hacía teatro por televisión, algo que estaba muy bueno de ver, tenía rating y hasta tenía competencia directa con otros canales. En definitiva, se trata de situaciones que siempre representan un beneficio y que nunca le restan al teatro tradicional.