Este viernes, se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Manuel Baldomero Ugarte, ocurrido un 2 de diciembre de 1951 en Niza. Ugarte había nacido en Buenos Aires el 27 de febrero de 1875. Ingresó al siglo XX como integrante de la generación del «primer antiimperialismo latinoamericano» junto con José Enrique Rodó, Leopoldo Lugones, José Ingenieros, José Santos Chocano, Francisco García Calderón, Rubén Darío y Amado Nervo, entre otros.

Conocido internacionalmente, fue aclamado por años en sus años de lucha por verdaderas multitudes en cada país latinoamericano, pero no vio publicado en vida ningún libro en su propio país. Escribió más de treinta libros con temas que van desde la literatura social hasta la sociología y la política, donde plantea como núcleo la unidad nacional de América Latina. Recién en 1953, a dos años de su muerte, la editorial Indoamericana publicó «El Porvenir de la América Latina», con un estudio preliminar de Jorge Abelardo Ramos, y en 1961 la Editorial Coyoacan , dirigida por el mismo Ramos , edito «La Patria Grande» y la póstuma «La reconstrucción de Hispanoamérica».

En 1910 aparece «El Porvenir de la América española» que causaría una conmoción continental en el itinerario del nacionalismo latinoamericano, hecho que lo llevó a recorrer el continente de punta a punta-financiado de su propio peculio personal-. Era el primer centenario de la primera independencia, y encontraba a los países latinoamericanos en la fragmentación y en el fondo bajo el auge de repúblicas agro exportadoras oligárquicas cuyo paradigma era el México del porfiriato, la Argentina del orden conservador y el Brasil de la República del café con leche.

Producto de esta experiencia vital nacen «Mi campaña hispanoamericana»-1922-, «La Patria Grande»-1922-, y «El Destino de un Continente»-1923-. Iniciador del socialismo latinoamericano, neutralista e industrialista durante las dos guerras mundiales, fue considerado por Víctor Raúl Haya de la Torre como precursor del APRA.

Regreso a Buenos Aires en 1945 para votar por Juan Domingo Perón el 24 de febrero de 1946. Ese gobierno lo designo embajador en México, Nicaragua y Cuba. No constituye una casualidad que el más grande pintor ecuatoriano, Oswaldo Guamayasin, haya realizado un gran mural en la Universidad de Guayaquil donde Ugarte figura junto a San Martín, Simón Bolívar y Pedro Albizu Campos.

Manuel Gálvez dice que el nombre de Ugarte «será una bandera para los que quieren una América unida y soberana que debe figurar junto a los grandes defensores de la independencia de la América española: San Martín, Rosas, Alberdi, Yrigoyen y Perón».

Ugarte constituyó el primer socialismo de perspectiva latinoamericana y no por azar dice ser católico. Pero aún no estaban maduros los tiempos para eso. Solo después de la Conferencia de Puebla se dan las condiciones para recuperar esta originalidad del pensamiento y acción de Manuel Ugarte de un socialismo católico latinoamericano continentalista. En nadie mejor encarnado esta hondura de pensamiento geopolítico que en el pensador católico Alberto Methol Ferré.

Al ponerse bajo la advocación de María de Guadalupe, la Conferencia de Puebla rescata la conciencia histórica de América Latina, donde la primera evangelización constituyente-siglos XVI, XVII y XVIII- constituye la matriz de la identidad cultural de la Patria Grande.

Manuel Ugarte se constituye en el propulsor del nacionalismo latinoamericano, y sin ninguna duda la Teología de la Cultura, de la cual es heredero el Papa Francisco, tiene a Ugarte y Methol Ferré como puntos de referencia ineludible, inclusive en su cosmovisión histórica y geopolítica de concepción de la Patria Grande. Y no por azar, es un jesuita el que lo encarna.

Como conclusión, vale extraer las ideas fuerzas de Ugarte que plantea ya en 1901.

-Como latinoamericano, además de su patria Argentina, Ugarte tiene una Patria constituida por la América española, incluido Brasil, en una sola entidad superior.
-La tarea es política. Hay que reconstruir un bloque para una Patria Superior, porque nuestros pequeños Estados eran «imposibilidades históricas».
-Plantea por primera vez en términos de acción política las estrategias o caminos de acción política de los Estados de la América Latina, distinguiendo el papel tutelar en el proceso unificador de Argentina y Brasil.
-A esta unidad cultural le acecha un peligro, Estados Unidos, país al cual respeta, pero al que le recrimina su actitud imperialista.
-Se declara partidario de aplicar una legislación social de avanzada, para regular al Estado.
-Propone la armonización de los planes de educación de los países de América Latina, priorizando en ellos los rasgos comunes de nuestra unidad común.

Manuel Ugarte se transforma en el nexo programático del unionismo hispanoamericano de los libertadores con el continentalismo latinoamericano de los movimientos nacionales y populares, desde el varguismo al peronismo.

Su bandera resuena en estos momentos críticos de Nuestra América. En el Teatro Municipal de Lima, el 3 de Mayo de 1913, Manuel Ugarte advierte :»El siglo nos impone un dilema: coordinarnos o sucumbir».

Miguel Angel Barrios es doctor en Educación y en Ciencia Política y autor de «el latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte»