“Aborto seguro, legal y gratuito”, fue la principal consigna que unió a medio millón de mujeres en el Congreso, este 8 de marzo. Los pañuelos verdes invadieron el centro porteño. Fue la segunda marcha internacional de mujeres; la tercera, en Argentina.

Desde el mediodía, las calles estuvieron ocupadas por miles de mujeres. Las organizaciones se acomodaban para ser parte de un momento histórico, mientras algunos desprevenidos automovilistas utilizaban la bocina cual chupete mal ubicado.

Desde Plaza de Mayo hasta el Congreso, se respiraba lucha. El aroma de las parrillas, el color de las banderas, la voz de los vendedores ambulantes, el improvisado merchandising. Los últimos detalles de la masiva movida se apuntaron sobre las 16 horas, cuando los alrededores de la Plaza, de la 9 de Julio y del Congreso ya eran intransitables.

Las 16 fue también el horario para asistir a la legendaria ronda de los jueves, de las Madres de Plaza de Mayo. Asociación Madres, liderada por una reaparecida Hebe de Bonafini, y Línea Fundadora, encabezada por la incansable Nora Cortiñas, dijeron presente, ahora y siempre. Ambas –que sirven de inspiración para muchas mujeres jóvenes- dieron emotivos discursos en coincidencia con los lemas de la marcha.

La CTA “de todxs”; El Partido Obrero, con una de las columnas más grandes; el MST, bajo el lema “juntas y a la izquierda”, Patria Grande; Mas; Izquierda socialista e independientes; CTEP, liderando a las organizaciones de la economía popular; Corriente Clasista y Combativa; Partido Comunista; Barrios de pié; mujeres sindicalistas del Sindicato de Televisión, Suteba, Cetera, Sadop, Sitraju, Sipreba; Peronismo 26 de Julio; las despedidas del hospital Posadas y muchas otras organizaciones más estuvieron presentes, además de una treintena de organizaciones feministas y de miles y miles de mujeres autoconvocadas.

Una columna de mujeres jóvenes, agrupadas en el CESMA, recorrieron desde temprano las calles del Centro, con distintos cánticos que se escucharon hasta en el tercer piso del edificio de ANSES, desde donde cayeron papelitos como si se tratara de una cancha de fútbol.

“Hay que encontrarse, reconocerse; que nos queremos vivas, nos queremos fuertes”, sonaba en una dulce guitarra, en la puerta de un organismo del poder judicial, donde también cantó Lucía D’Agostino. Otras canciones que sonaron fueron viejos hits de distintas marchas, aggiornados para la ocasión, como “unidad de las trabajadoras y al que no le gusta, que se joda, que se joda”. Como no podía ser de otra manera, también sonó el hit del verano, tanto en su versión original como en la adaptada: “Mauricio Macri, la yuta que te parió”.

Entre el merchandising más destacado, se encontraron puestos de libros feministas y remeras con diferentes motivos. Algunas de estas mostraban frases del estilo “La derecha apoyaría el aborto, si se llamara reducción de personal”; “Antes que histérica, histórica” y “Toda sororidad es política”. Otras, con fotos de Woody Allen, Roberto Petinatto, Kevin Spacey, bajo la leyenda “Matá a tus ídolos” o bien imágenes de la princesa de Star Wars, Leia Organa, acompañada del lema “El lugar de la princesa es la resistencia”.

“Mucho ‘cerrá las piernas’, poco ‘guardá la pija’”; “No nos saquen el derecho a envejecer con dignidad”; “Contra la violencia machista, resistencia feminista”; “Putas como Eva, yeguas como Cristina, negras como Milagro, locas como las Madres”; fueron algunos de los carteles elevados en la jornada. Además, hubo espacio para puestas artísticas como las del colectivo Aúlla, de mujeres artistas, que realizaron una performance conmovedora.

Sobre las 17, el calor de la tarde y los cuerpos no sexualizados fueron aliados para que muchos pañuelos verdes oficiaran de corpiños y otorgaran espacio a la piel, que sirvió de pizarra para las más variadas consignas: “Tocan a una, nos tocan a todas”; “Aborto legal, por si sale machito”; “Ni tuya ni yuta”, entre otras. También hubo mujeres que colgaban sobre el cuello fotos de femicidas o bien de víctimas de la trata de personas.

Sobre las 19, cuando el sol comenzaba a esconderse detrás del Palacio, todas las columnas confluyeron en las inmediaciones de la Plaza Congreso, donde se ubicaba el escenario, listo para la lectura del histórico documento.

La cantidad de mujeres que marcharon en la Ciudad -500 mil, según contaron desde la organización, que llegaron desde distintas partes del país- fue proporcional en la diversidad. Por eso, quedó claro que la consigna más importante para el feminismo en estos días es el aborto seguro, legal y gratuito. Se debate dentro del Congreso, se reclama afuera.