Como cada año este 7 agosto se celebra el día de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. Miles de personas se acercaron a la iglesia ubicada en Cuzco 150, en el barrio porteño de Liniers, poder llevarle sus intenciones al santo.

Creyentes y peregrinos de todo el país se hicieron presentes en el santuario para agradecer y pedir por sus familias. Este día especial, el santuario  permanece abierto las 24 horas, con misas que arrancaron a las 4 de la madrugada y que completan una decena de ceremonias durante el resto del día. Además hay un servicio de bendiciones y confesiones de manera permanente dentro y fuera del templo. La misa central fue presidida por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, quien luego saludó y bendijo a los presentes. 

Desde las primeras horas de esta mañana, cuando Tiempo llegó al lugar, podían verse pequeños grupos, familias o personas que se rencuentran año a año junto al santo, realizando oraciones, abrigados y con el carbón prendido para combatir el frió. También esperan en carpas o a la intemperie para poder tocar la imagen de San Cayetano en la Iglesia que lleva su nombre en el barrio porteño de Liniers.

En los alrededores de del santuario se podía observar una gran cantidad de vendedores ambulantes, que llegaron en gran numero a ofrecer productos sobre santo. La oferta era variada: desde estampitas, rosarios, agua bendita, velas con su imagen y demás. Si bien muchos comerciantes montaron puestos  fijos,  lo que prevalecía era la venta improvisada en las veredas.

Como es habitual, los presentes contaban con dos ingresos al templo de San Cayetano, el acceso mas lento permite llegar hasta el altar donde se encuentra ubicada la estatuilla del santo. El otro acceso solo permite llegar hasta un sector dentro del santuario en el que los fieles pueden realizar sus peticiones pero alejados de la imagen de San Cayetano.           

Arsemio, quien viajo desde la localidad de San Martín, cuenta a Tiempo  “Vengo hacerme presente ante San Cayetano para  agradecer por el trabajo y a pedir por todos mis seres queridos, trato de hacerme presente todos los años pero hoy vuelvo luego de dos años sin poder venir».

Desde hace 25 años, Raúl llega cada 7 de agosto desde La Matanza para venerar al santo. «Llego junto a el santo normalmente a agradecer el cuidado que él sostiene sobre mi familia”, dijo.

Ofelia y Néstor llegaron hasta San Cayetano desde Ciudadela. «La primera visita la hicimos juntos en 1988 (hace 31 años). Llegamos caminando desde nuestra casa junto a Néstor», cuenta la mujer.