El año electoral ya empezó y por primera vez la disputa política e ideológica se desarrollará también en un nuevo territorio: la comunicación digital. Los especialistas en redes coinciden en que los mensajes –verdaderos y falsos– operan sobre construcciones ideológicas previas, que no sólo no reemplazan el mano a mano sino que lo refuerzan. Pero a la vez, advierten que las estrategias son cada vez más sofisticadas y ninguna fuerza política puede quedar al margen si quiere militar su mensaje y juntar seguidores y votos.

La experiencia de Brasil y Estados Unidos asusta a la población, que sin embargo no deja de pasar largo rato de su día conectada a alguna red social, pública (como Twitter, Instagram o Facebook) o privada, como Whastapp.

Directora de la Agencia Salto, la periodista politóloga y consultora de comunicación política digital, Natalia Zuazo, advierte que «el gobierno fracasa en todos los indicadores económicos sociales, y el desafío es mostrar ese fracaso de manera creativa y estratégica y hay poco todavía de eso. La gente lo ve todos los días, hay un cansancio de todo lo que sucede y hay que contarlo de manera creativa. Las redes son emocionales y audiovisuales hay que encontrar la estética de las redes para decir lo que querés decir, y eso lleva mucho trabajo. Es más fácil decir que esto es mentira, y echarle la culpa al call center de Marcos Peña. Eso no es nada nuevo. Lo va a seguir haciendo, tiene los recursos y poco control. La tarea es otra, no es denunciar la fake news sino qué hacemos para contar nuestra narración», sostiene.

Luciano Galup, director de Menta Comunicación, analista de medios, redes y políticas de comunicación, sostiene que «donde hay ciudadanos hay política y hay espacio para intercambiar convencer y sumar». «Hoy los ciudadanos están mucho más conectados y pasan gran parte de su tiempo en lo digital, con lo cual las redes van a ser un espacio central, pero lo mismo pasa en la esquina y en una plaza, o en el barrio o las compras comunitarias de verdura –agrega–. Las redes no vienen a desplazar instancias de contacto sino que vienen a sumar una más. Va a ser la primera elección importante con todos los ciudadanos contactados a algún de red digital. Desde 2015, los teléfonos inteligentes, el 4G y el avance de conexiones de banda ancha ha sido muy importante, con lo cual las redes van a tener un peso fundamental, tanto las públicas y privadas como WhatsApp. Pero la militancia y la participación en el territorito y actos no son mundos aparte. En todos los niveles de ingreso se difunde información. WhatsApp en muchos teléfonos es gratis, por eso en Brasil  es fuente informativa ya que no consume datos. Hay consumos digitales en cualquier segmento comunicacional”.


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(Foto: Taquion)


Verdadero o falso

Para Zuazo, después de la elección de Brasil, «hay un pánico moral, como si las noticias falsas fueran una cosa que empezó con las redes sociales. Pero los medios tradicionales mienten permanentemente y las operaciones de prensa de desinformación son parte de la campaña política de toda la vida. Es verdad que las redes sociales cambian la rapidez en la distribución de esas operaciones, y automatizan esas operaciones cuando son tomadas por lo que vulgarmente se llama el call center».

«La noticia falsa te la manda tu amigo al que le confiás. La red social WhatsApp es más privada, pero tiene funcionamiento similar a las otras. Suponemos que en las redes sociales hablamos con todo el mundo y no es así, sólo es nuestro country. Está comprobado que hablamos con nuestra propia burbuja y WhatsApp replica ese comportamiento. Esa noticia que te llega por un familiar no hace más que confirmar lo que ya pensabas, no te cambia el voto, te confirma lo que vas a votar», abunda la politóloga.

Galup opina en un sentido similar. «La herramienta de distribución de información falsa tiene que ver con ciudadanos que necesitan consumir esa información porque están de acuerdo con lo que ellos piensan. Es falso que los brasileños lo votaron a Bolsonaro porque consumieron información falsa, sino que consumían información falsa porque votaron a Bolsonaro. Lo mismo pasó en la elección de EE UU Los pocos estudios que hay sobre cómo funciona la información falsa en recepción, no en distribución, dan cuenta de que son los espacios más polarizados o los más fanáticos quienes consumen información falsa. Los votantes de Trump más ubicados a la extrema derecha eran los que más consumían: La información falsa es una forma de entender el mundo, no de cambiar opiniones. Es poca la gente que cambia de opinión por consumir información falsa. Es al revés, consume información falsa porque tienen opiniones muy fuertes o armadas en base a creencias y a discursos de odio. El discurso de odio antecede la distribución de información falsa.»

Granjas de trolls

Las campañas en redes sociales para imponer tópicos o atacar a personas crecieron y se perfeccionaron desde 2015 hasta ahora. Sin embargo, los especialistas relativizan su poder. Galup argumenta: «Si existen dispositivos organizados, ya sea rentados o militantes, de espacios que se dedican a ensuciar la conversación en redes, sospecho –pero no tengo forma de saberlo–, que no tienen un vínculo directo con el gobierno, porque entiendo que no sirven para mucho esos espacios, lo que no quiere decir que no existan. Pero sí es cierto que hay dispositivos organizados alrededor de Cambiemos que son los más potentes y más grandes, aunque los hay en todos los espacios políticos. También es cierto que se confunde eso con militancia digital que es otra cosa».

 Zuazo añade: «Para los que estamos viendo cómo funciona este ecosistema es bastante transparente la detección de una operación dirigida, automatizada, con el mismo mensaje y a la misma hora. Contamos con herramientas para ver si una conversación es legítima o están trolleando». «También hay autoridades en la comunidad de trolls, o cuentas que empiezan siendo troll y después se convierten en autoridades, porque empiezan a trabajar para alguien. Las redes no son horizontales. Los usuarios como Clarín, Infobae, o la comunidad opositora de Página 12, Tiempo, La Izquierda Diario y El Destape, que serían referencias o autoridades más importantes, son medios de comunicación que dirigen la conversación en las redes.» «