A los 94 años murió la actriz, cantante y locutora Nelly Prince, figura clave del nacimiento de la televisión de nuestro país. Fue con un sentido pesar que la Asociación Argentina de Actores por medio de un comunicado anunció la noticia de su triste fallecimiento. “Con gran dolor, despedimos a la actriz, locutora y cantante Nelly Prince. Fue una prestigiosa referente de la cultura y de los medios de comunicación argentinos, con una ininterrumpida y amplia trayectoria artística. Nuestras condolencias a su hija, la actriz Cristina Banegas, su nieta, la actriz Valentina Fernández de Rosa, familiares y seres queridos”.

La actriz nació en Buenos Aires en 1926 y desde muy chica no dudó en ser artista. Su preparación en ese campo fue tan importante que tomó clases de teatro y danza (con profesionales de la talla de Fanny Day, Andrea Berri o Milagros de la Vega) hasta finalmente egresar del Conservatorio Nacional de Arte Dramático.

A muy temprana edad cuando debutó en los medios, concretamente a los seis años cuando su voz se escuchó en los micrófonos de Radio Belgrano con un pequeño papel en La pandilla de Marilyn, un exitoso programa del mundo de las radionovelas, y desde ahí no se detuvo jamás. Fue así y de tal forma que a los 10 años ya formaba parte del elenco de la obra Cumbres Borrascosas, producción que marcaría su debut teatral. “Yo comencé a actuar a los seis años, pero a los dos le cantaba y le actuaba canciones andaluzas a mi madre. Cantaba frente al espejo, hacía escenas, era una loca suelta. Sola me presenté a “La pandilla Marilyn” que resultó ser mi primer trabajo más tarde, y les dije que yo quería ser actriz. Así comencé”, le dijo en una oportunidad a la Televisión Pública cuando fue consultada por sus comienzos.

Pero su amor por la radio estaba marcado casi desde sus comienzos. En 1940 obtuvo su primer roce con la popularidad de masas a raíz de su participación en Los Pérez García, la comedia familiar radial que salía al aire por el dial de Radio El Mundo. Fue en ese ámbito en el que supo ser parte de elencos donde compartió micrófonos y experiencias junto a Eva Duarte, Blanca del Prado, y los recordados Nené Cascallar y Alberto Migré.

Más tarde llegaría la televisión, pero antes sus ganas de formarse académicamente la llevó a egresar del Conservatorio de Artes Dramáticas. Con la llegada al país de la pantalla chica su amor por la radio no mermó, ni nunca abandonó del todo al medio, aunque su trabajo se inclinó naturalmente por la nueva tecnología que representaba la televisión. De esa forma se transformó en una de las figuras míticas del medio en nuestro país cuando ese formato de comunicación nacía en el incipiente sistema de medios de comunicación local.

Su llegada a la televisión luego de un gran éxito en el dial comenzó de la mejor forma, al punto que el tiempo la puso en su lugar hasta ganarse el lugar de pionera. Fue en 1952 cuando se la podía ver en Telesolfas musicales, uno de los grandes éxitos del momento donde su fama fue más grande todavía.

Entre los programas de TV de los que participó se encuentran Una ventana al mundo, Casino, Show Standard Electric, Ciclo de teatro universal, Tato siempre en domingo, Hombres de blanco, Alta comedia o El show de Nélida Lobato. “Cuando comencé a hacer televisión me sentí como si toda la vida hubiese hecho esa tarea. “Haber hecho cine, teatro y radio anteriormente me preparó para la televisión. Seguramente por eso nos fue también como nos fue”, dijo la actriz recordando su desembarco en la pantalla chica.

Tuvo la oportunidad de trabajar junto a los grandes cuando la TV recién comenzaba. Así supo compartir cámaras junto a Alberto Olmedo pero también al recordado Guillermo Brizuela Méndez (con quien editó varios discos exitosos de temas infantiles en 1958 y 1977) pero con el que también trabajó en los ciclos mega exitosos como Nelly y el Negro, Estamos en el aire y Ahí viene el circo, con los que conquistó al público con su personaje del Payaso Rabanito dándole rienda suelta a su siempre presente veta teatral. Otros de los grandes trabajos televisivos en los que participó en diferentes décadas fueron «Un cortado, historias de café», «Los Roldán», «Santos y pecadores», «Los machos de América», «La caída», «Rosa, violeta y celeste», entre otros tantos ciclos.

Su trabajo teatral siempre fue considerado notable, conquistando a los exigentes críticos del género durante diferentes épocas. Fue su prestigio bien ganado el que la llevó a compartir escenario con grandes compañeros de ruta pero también lo hizo junto a su hija única, la también prestigiosa actriz Cristina Banegas. Sus trabajos teatrales incluyen las obras «Póstumos» (propuesta que la llevó a un nuevo público durante el comienzo de la década pasada siendo dirigida por José María Muscari) , «La futura presidencia», Boeing Boeing, El camino de Alfredo Alcón, Tal como somos, Don Gil de las Calzas Verdes, Como con bronca y junando, Discepoliana, Casamiento por poder, El padre de la novia, Memero Mori (una de sus últimas obras que presentó en El Camarín de las musas), entre muchos otras obras celebradas.

Con su hija Cristina Banegas, presentó espectáculos como Aire familiar y reconocidos ciclos de música y poesía que recorrieron todo el país de punta a punta. “Creo que el secreto de que me vaya bien cantando es por mis años como actriz, así que algo aprendí. ¡Y todavía tengo mucho para aprender!”, dijo en ocasión de ser preguntada por su excelente performance a los 90 años cantando en los escenarios.

Durante la pandemia tampoco se detuvo y participó del proyecto Leer en casa, un espacio donde figuras consagradas como ella pertenecientes al mundo del cine, teatro y televisión compartían lecturas por medio de internet.

En el mundo del cine su labor fue también extensa y sus trabajos ampliamente reconocidos. Arrancó en 1940 con El cantor de Buenos Aires, Veraneo en Mar del Plata, Más pobre que una laucha, Pimienta, Días de odio, La sonrisa de mamá, Yo tengo fe, Cama adentro, Un buda, La sublevación, El prófugo, este último film sería su última aparición en la pantalla grande en 2019.

En vida fue ampliamente reconocida con múltiples premios. Su primer gran reconocimiento llegó en 1959 con el Martín Fierro por su trabajo en locución, aunque luego repetiría en el rubro animación. Fue ganadora de varios premios por su trayectoria durante varias décadas, y en 2010 se llevó el Pablo Podestá, galardón instituido por la Asociación Argentina de Actores que le fue entregado en el Senado de la Nación, rodeada por sus hijos, nietos y compañeros de rubro de toda una vida en el mundo del espectáculo.