Como ya lo informara Tiempo Argentino en su edición web del 13 de abril, la Academia Sueca que otorga el Premio Nobel, se vio sacudida por escándalos de corrupción, abusos sexuales y filtración de información clasificada. La magnitud de la crisis obligó al rey de Suecia a intervenir. Por un lado, pidió que los miembros del jurado estén a la altura de las circunstancias al emitir su voto sobre el próximo Premio Nobel de Literatura. Por otro, aseguró que estaría dispuesto a que sea cambiada la cláusula de la carta orgánica de la Academia que dice que sus miembros deben seguir en el cargo hasta la muerte.

Las piedras del escándalo fueron la académica Katarina Frostenson, miembro del jurado de elección del Nobel de Literatura que fue acusada de corrupción, y su marido, el fotógrafo y dramaturgo francés Jean-Claude Arnault residente en Suecia, de gran influencia en el mundo intelectual, a quien 18 mujeres acusaron en noviembre de acoso sexual en el marco del movimiento #MeToo. Los abusos o los intentos de abuso se habrían realizado en la sede misma de la Academia.


También podés leer: Un escándalo en la Academia Sueca hace peligrar el Nobel de Literatura 


El matrimonio es dueño de un club privado de arte, Forum, que recibió subvenciones de la Academia Sueca. Además, Arnault está acusado de divulgar el nombre de siete ganadores del Nobel entre los que se incluye Bob Dylan, antes de que la información se hubiera comunicado de manera oficial.

En el mes de octubre de este año, Arnault fue condenado a dos años de prisión por haber violado dos veces a la misma mujer en octubre de 2011. Como defensa Arnault esgrimió que no hubo violación, dado que la relación había sido consentida por quien fue presentada como su víctima. Por tal motivo, apeló la sentencia. El lunes, su abogado ratificó su inocencia en la sesión del juicio de apelación que se llevó a cabo a puertas cerradas.

Como consecuencia del escándalo desatado en su momento, la secretaria permanente de la Academia Sueca, Sara Danius, que también tenía un asiento en la institución renunció, y la discutida Katarina Frostenson se alejó. Lo mismo hicieron otros tres académicos: Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund. La consecuencia más perceptible por quienes no pertenecen a la Academia, es que este año no se entregará el Premio Nobel de Literatura. Ningún escritor ha sido elegido para recibirlo y, como consecuencia, contrariando la tradición, por primera vez en 70 años, este 10 de diciembre no habrá acto de entrega del galardón.

La ausencia de un premiado oficial, dio lugar a que hubiera un “Premio Nobel Alternativo” y que Jorge Luis Borges pudiera recibir post mortem el galardón que se le negó en vida. La humorada, que se realizó en el marco del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Filba), fue también una reparación simbólica a lo que se considera una injusticia.