Julián Peralta es una figura determinante de la reconstrucción del tango que comenzó a gestarse a mediados de los 90. Fue director de la Orquesta Típica Fernández Fierro, fundó Astillero y con la orquesta a su nombre se propuso una tarea singular: expresar su visión sobre una parte del tango canción contemporáneo con una típica ampliada que incluye 18 músicos, doce cantantes y nueve letristas. Se trata de la mirada de Peralta, sí. Pero también de una construcción estética y de sentidos que lleva más de dos décadas y decenas de partícipes necesarios.

“Un disparo en la noche Vol. II” reúne 12 composiciones, tangos sin gomina ni afectaciones que –tanto en su música como en sus letras– hablan de problemas actuales y de siempre, pero desde las ansias de hoy. En este segundo disco del proyecto Peralta es el responsable de seis temas, en asociación con los letristas Alejandro Guyot, Victoria Di Raimondo, Juan Seren y Miguel Suárez. Pero el trabajo también da lugar al eje iniciático que empujó el nacimiento de esta típica: sumar nuevas lecturas de compositores contemporáneos. Por eso también aparecen obras del mítico Alfredo “Tape” Rubín; los experimentados Victoria Di Raimondo, Mariano González Calo y Lele Angeli, y las nuevas generaciones expresadas en Natalí Di Vincenzo y Pablo “Pacha” González.

–Tanto en la OTFF como en Astillero hiciste música predominantemente instrumental. ¿Qué te empujo a que tu típica trabaje exclusivamente con canciones?

–Elegí esa dirección por un desafío y por una necesidad. También para sumar un granito de arena y agitar composiciones de muchos colegas que quizás, al juntarse en un disco, podían exhibir más claramente que en el rubro tango canción están pasando muchas cosas interesantes. Cuando estaba en la Fernández Fierro arreglábamos temas clásicos, teníamos composiciones instrumentales propias, pero a la hora de hacer nuevos tangos cantados había más reticencias. Para la OTFF compuse un tango con letra que se llamaba “Final” y era muy malo. Me faltaba rodaje. Pero para mí era muy importante también dar esa pelea. Por eso cuando formé Astillero me propuse incluir algunas canciones y hoy lo seguimos haciendo. La idea original de la orquesta fue reunir parte de la obra de tantos compositores contemporáneos que hacen cosas muy valiosas y en este segundo disco hacemos eso mismo, pero sumamos más temas míos. Hacer canciones es todo lo contrario de escribir música instrumental.

–¿Por qué?

–Hacer música instrumental es jugar a ser un alquimista o un científico loco. Hay que trabajar múltiples ideas, profundizarlas, desarrollarlas, darlas vuelta… En algún punto tenés más libertad. La canción tiene que ser más liviana, más directa. Tenés que darle el marco adecuando a la melodía y a la palabra. Se te puede ocurrir alguna idea muy creativa desde lo instrumental, pero si le cortás el fluir natural a la canción la arruinás. Para asimilar eso tuve que insistir mucho.

–¿Cómo te sentís trabajando con letristas?

–A mí me da mucha vergüenza escribir letras. No es lo mío. En realidad no pasa por la vergüenza. Hago muchas cosas a pesar que me dan vergüenza (risas). Pero con las letras me pongo un límite. En definitiva uno siempre trabaja desde sus limitaciones. Hay grandes colegas que hacen un aporte muy valioso en los textos y es enriquecedor laburar con ellos. Disfruto mucho el ida y vuelta con Alejandro Guyot, Victoria Di Raimondo, Juan Seren y Miguel Suárez. Por más que a veces discutamos sobre cual palabra encaja mejor o cual vendría mejor sacar. Por mecánica de laburo la música va primero y la letra se acomoda después. Es un poco cruel, pero no pude desarrollar otra forma de trabajar. Afortunadamente ellos tienen muchos recursos para resolver de la mejor manera.

–“Un disparo en la noche” (2012) tuvo muy buen recibimiento. ¿Qué quisiste hacer diferente para el segundo disco de la orquesta?

–Esta vez quería grabarlo ensayado (risas). El primer disco salió por una maravillosa casualidad. El proyecto original era una presentación en el Festival de Tango. Pero quedamos todos tan entusiasmados que surgió la posibilidad de grabar y no la quisimos desaprovechar. Es muy difícil juntar tantos músicos en un mismo horario y en un mismo lugar. Las posibilidades de ensayo eran limitadas. Logramos sobrellevarlo porque los colegas son muy capaces y profesionales. Pero después de la grabación inicial el proyecto tomó más solidez, pudimos tocar más seguido y eso hizo que se asentaran más las composiciones del primer disco y las nuevas. Con más recorrido todo suena mejor.

–¿Cómo seleccionás las composiciones de otros músicos? 

–Es fácil y a la vez difícil. Fácil porque hay mucho material que me gusta y difícil porque siempre tenés que dejar cosas afuera. En este disco incluimos versiones de “Cinco nombres” (Mariano González Calo), “Milonga del borde” (Victoria Di Raimondo), “Tendal” (Lele Angeli), “El derrumbe” (Natalí Di Vincenzo) y “Mataderos” (Pablo “Pacha” González). Todas dicen algo interesante en su música y en sus letras. Es un placer trabajar con ese material y llevarlo al lenguaje de esta típica. En definitiva a todos nos empuja el mismo sentimiento: volver a pensar al tango como una música popular.

–¿Cómo va a ser la presentación?

–Una celebración colectiva. Vamos a desplegar la típica ampliada y de los 12 cantores originales van a estar once. Sólo no podrá venir Omar Mollo porque está de gira por Europa. En su lugar vamos a sumar a un cantor joven que tiene mucho talento. Se llama Bruno Aguzzi. Esas cosas también me dan alegría. Cada vez salen más músicos que trabajan con mucha seriedad, ganas y que impulsan sus propios proyectos. Así que esperamos que sea una noche plena de música y que todos podamos disfrutarla.

La Orquesta Típica Julián Peralta presentará “Un disparo en al noche Vol. II” este jueves a las 20 en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151). Entrada gratuita. 

Orquesta Típica Julián Peralta: Alicia Alonso, Alejandro Schaikis, Bruno Cuellar, Guillermo Copello, Katharina Deissler, Ernesto Gómez, Perla Flores y Alexey Musatov (violines); Gabriel Wolfy, Gustavo Barahona (violas); Jacqueline Oroc y Clément Silly (violonchelos); Mariano González Calo, Diego Maniowicz, Adolfo Trepiana, Daniel Ruggiero (bandoneones), Federico Maiocchi (contrabajo); Julián Peralta (piano y dirección).

Letristas: Miguel Suárez, Juan Seren, Victoria Di Raimondo, Alfredo “Tape” Rubín, Mariano González Calo, Leandro “Lele” Angeli, Alejandro Guyot, Natalí Di Vincenzo y Pablo “Pacha” González.

Cantores: Walter “Chino” Laborde, Dolores Solá, Hernán “Cucuza” Castiello, Paula Mafia, Victoria Di Raimondo, “Black” Rodríguez Méndez, Juan Seren, Mariano Fernández Bussy, Alejandro Guyot, Natalí Di Vincenzo, Rodrigo Perelsztein y Bruno Aguzzi.

Alejandro Guyot, cantor, letrista y compositor.
“Este disco es una nueva confirmación de que el tango en el siglo XXI está más vivo que nunca. Bajo la mirada y la estética de Julián Peralta, se da lugar a tremendos músicos, grandes cantores y cantoras, y una pluralidad de compositores y letristas. Para mí es un honor poner mi voz en ‘Cinco nombres’ (Mariano González Calo) y aportar las letras en dos temas de Julián: ‘Contra la pared’, cantada por Mariano Fernández Bussy, y ‘Naufragio’, que en el disco interpreta Omar Mollo”.

Victoria Di Raimondo, cantora, letrista y compositora.
“Me hace muy feliz ser parte de este proyecto. Esta no es cualquier orquesta. Julián Peralta tiene una cosmovisión que lo hace uno de los músicos más interesantes de su generación y un gran maestro. Le voy a estar agradecida siempre porque aprendo mucho con él. Es un gran desafío componer letras para su música. Exige un trabajo arduo. Las métricas tienen que quedar perfectas, pero así es como se consiguen los resultados buscados”.

Juan Seren, cantor, letrista y compositor.
“Es un proyecto que nos mima a todos. El mundo no lo necesita, pero nosotros sí. Es muy importante que una aventura como la Orquesta Típica Julián Peralta siga creciendo porque reúne a muchos músicos, compositores, letristas y cantores que hacen tango canción de hoy. Disfruto mucho escribir letras para creadores como Julián Peralta o Mariano González Calo, dos de mis máximos referentes. Somos todos obsesivos y laburamos muy contentos”.

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