Mientras el dólar oficial ya se ubica en los $67,43 para la compra llevando el dólar “solidario” o “turista” hasta los $87,66, el flujo de dólares financieros han llevado el valor de la divisa en ese segmento por encima de los $100.

Se trata de las modalidades de operaciones cambiarias conocidas como el Contado Con Liqui (CCL) y el dólar MEP que alcanzaron los $102,73 y $101,93 respectivamente durante la jornada de hoy.

Estos mercados exhiben los valores considerados “implícitos” de la moneda norteamericana porque, al igual que el dólar paralelo o blue, dan cuenta del valor real al que el mercado está dispuesto a adquirir divisas. Aunque, en este caso, se trata de operaciones legales para operar por encima de las restricciones existentes en el mercado oficial.

Con variantes, se trata de comprar con moneda local acciones o bonos nominados en dólares que luego son girados al exterior para hacerse de la moneda norteamericana.

Los saltos en la cotización se explican, fundamentalmente, por la elevada emisión monetaria que genera altos niveles de liquidez en pesos y por la fuerte caída de las tasas en moneda local para los plazos fijos que inducen a los ahorristas y grandes empresas a refugiarse en la moneda norteamericana. Por otro lado, el reforzamiento de la divisa generado y, a la vez, alimentado por la fuga de divisas conocida como “flight to quality” impactó en las cotizaciones de todas las monedas emergentes.

Las expectativas de default soberano (el riesgo país escaló a 3.900 puntos) dan cuenta, por un lado, de una tendencia a una mayor emisión en moneda local y, a la vez, alientan la fuga de capitales que se procesa precisamente a través de esos mecanismos.

Ramiro Castiñeira, Economista de la consultora Econométrica explicó a Tiempo que “la historia no cambia, pasa que la cuarentena la profundiza” El economista señaló que “hubo un colapso de la recaudación y un programa de gasto público de dos puntos del PBI. Es decir, una mayor necesidad de cubrir déficit fiscal y una mayor emisión monetaria. Eso, inevitablemente, se traslada a la brecha.”

Para Antonio Roselló, Investigador y Profesor de Economía y Política Macroeconómica de la UBA, “es la crónica de una devaluación anunciada”. El especialista señaló que “tiene dos orígenes. Por un lado el fortalecimiento del dólar como moneda de reserva internacional que llevó a una devaluación constante de las monedas emergentes y, en particular, las del cono sur latinoamericano como el peso chileno, el uruguayo y más aún el real brasilero que se depreció un 25% con una inflación del 0%”.

Por otro lado, explicó, “otra causante es la caída de los precios de nuestros principales rubros de exportación como la soja que retrocedió un 20% por la caída de la demanda china y el petróleo por el conflicto entre Rusia y Arabia Saudita. Estos dos elementos generan una crisis de la balanza de pagos, que no se nota en todo su esplendor por la recesión violenta que sufre la economía argentina que ha hecho que se aniquilen las importaciones”.

Por otro lado, destacó “el motivo interno es que el dólar comercial de $66 ya lleva siete meses congelado mientras se liquidaron las reservas del BCRA con $ 5 mil millones para pagar deuda externa e interna nominada en dólares. El más explosivo de todos los componentes ha sido la brutal emisión monetaria de un billón de pesos en los últimos meses de los cuales $ 600 mil millones fueron solo en el mes de marzo. Eso ha dejado saldos monetarios ociosos ante tasas de interés que pasaron de un 80% a un 40%.”. Para Roselló “el claro default que se ha iniciado y se profundizará en los próximos meses, hace que esos grandes capitales flotantes se fuguen. El CCL es la forma legal de fuga y es por eso que es el que se ha ido por encima de los $100. Es una canilla que el gobierno no ha cerrado”.

Ramiro Castiñeira coincidió en que “a esa emisión actual para cubrir el gasto público se le suma la expectativa de un default de la deuda externa. El mercado ve que no va a haber posibilidad de endeudarse y que, por lo tanto, habrá más emisión monetaria hacia adelante”.

El profesor de la UBA alertó acerca de que “para los trabajadores y los sectores populares se va a traducir en un aumento inmediato del precio de los alimentos porque no se han tomado medidas para evitarlo como la suba de retenciones que impedirían la operación. Es que los exportadores de granos liquidan al tipo de cambio oficial con retenciones pero, luego, dan vuelta a la mesa y se van con la fuga de capitales transformando en divisas sus activos en blanco”. se lamentó.