Bajo el gobierno de Cambiemos, la política nacional de escuelas con jornada extendida, que avanzaba levemente desde 2006, entró en un fuerte declive. De acuerdo a un informe de la Universidad Pedagógica (Unipe), el Ejecutivo incumple la Ley de Educación, que ordena el incremento de establecimientos con esta modalidad. En los hechos, y a raíz de un recorte presupuestario pronunciado en estos últimos años, hubo más de 200 colegios primarios que abandonaron su jornada extendida. Esto no ocurría desde hacía más de 15 años.

La Ley de Educación Nacional de diciembre de 2006, estableció que «las escuelas primarias serán de jornada extendida o completa con la finalidad de asegurar el logro de los objetivos fijados para este nivel». Aunque no establece plazos específicos, insta a priorizar los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecidas. El último dato disponible es de 2018 e indica que el 22% de las escuelas primarias de la Argentina ofrecía JEC: cubre a alrededor de 900 mil chicos sobre los 4 millones que asisten a este nivel en todo el país.

Sin embargo, el estudio destaca que el incremento sostenido desde 2006 (cuando era el 13%) se mantuvo sólo hasta 2016 –el primer año del macrismo a nivel nacional– y sufrió el retroceso de casi un punto porcentual en los dos años siguientes, de 22,9% a 22%. «Esto implica una reducción absoluta de 229 escuelas JEC (151 estatales y 78 privadas), situación que contrasta con el crecimiento que se advertía en el período 2011-2016, cuando 2167 establecimientos aumentaron su carga horaria», remarcan los autores del trabajo, María Cristina Hisse y Leandro Bottinelli, investigadores del Observatorio Educativo de la Unipe. Mientras que la cantidad de escuelas JEC creció a un promedio anual del 11,2% en los primeros cinco años de la década del 2010, entre 2016 y 2018 decreció a un ritmo del 2,2% anual. 

A pesar de que el presidente Mauricio Macri anunció en 2017 un Plan Maestr@ que estipula que «todas las escuelas tengan jornada extendida al 2026», el motivo del descenso –de acuerdo al informe– se debe a las restricciones en el financiamiento. Este año, el presupuesto del programa dedicado a fomentar el desarrollo de la JEC («La escuela sale del aula») es la décima parte en términos nominales de lo que fue en 2018: de $ 307 millones cayó a 34 millones de pesos en 2019. Esto sin contar la inflación interanual del 55 por ciento.

«La política de escuelas con jornada extendida se detuvo con mucha claridad en 2018, y se profundizó este año, quedando literalmente abandonada, lo que hace suponer que la tendencia a la retracción podría agravarse los próximos años», se lamenta Bottinelli. Creada en 1960 como una experiencia piloto en cuatro escuelas porteñas, bajo los principios de la escuela activa, centrada en el alumno y en su actividad como medio para el aprendizaje, se trata de una modalidad que necesita de gran inversión para sostenerse y ampliarse: «Primero con infraestructura (creando más aulas o incluso colegios nuevos); después con el comedor, que es otro tema clave que implica obras, personal y alimentos, además de mayores tarifas de servicios; y por último constituir más cargos docentes. Más tiempo escolar implica más profesores a cargo de más actividades, tecnológicas, culturales y deportivas. En muchos casos, si no las ofrece la escuela numerosas familias no acceden a ellas. Lamentablemente eso hoy está en retroceso», acota.

A lo largo del país se advierten grandes disparidades: mientras que en algunas provincias el porcentaje de escuelas JEC se ubica por debajo del 10% (Corrientes, La Rioja, San Luis, Santa Cruz y Santiago del Estero), en otras el indicador supera el 40% (CABA, Córdoba, Chubut, Mendoza, Río Negro y Tierra del Fuego). Chaco es un fiel reflejo de la quita de fondos por parte de Nación: gracias a la ayuda del Ministerio de Educación, la provincia del noreste argentino pasó de tener 111 escuelas con JAC en 2011, a 265 en 2016. Dos años después bajaron a ochenta y uno. «