La pandemia no sólo paralizó un sinnúmero de actividades, también obligó a muchos pequeños y medianos empresarios a reformular su producción en función de nuevas necesidades de sus clientes. El caso de Victoria Outdoor, una pyme textil del barrio porteño de Barracas con 30 años de trayectoria, es un claro ejemplo. Especializada en la confección de indumentaria para las Fuerzas Armadas, las policías y personal de seguridad, se vio en la necesidad de reconvertir su producción en el último mes, a raíz del aislamiento social preventivo dispuesto para evitar los contagios de Covid-19. Victoria Policicchio, titular de la empresa, no paró la producción. Por el contrario, le dio una vuelta de tuerca y preparó su taller para empezar a confeccionar un producto que se volvió de primera necesidad: los barbijos. Apelando a una tela fabricada con una tecnología especial, pidió a un diseñador industrial que realizara los moldes y en pocos días comenzó a producir máscaras faciales reutilizables de alta calidad.
“Pude hacerlo porque mi taller está en mi casa, que es grande y antigua, y como mis empleadas tienen máquinas de coser en sus casas, les envío los cortes con las instrucciones y ellas realizan la confección”, cuenta Policicchio, que también es integrante de las asociaciones Industriales Pymes Argentinos (IPA), Pymes Sur y del Consejo Productivo Nacional (CPN). “De esta manera pudimos mantener las fuentes de trabajo, porque la situación de las pymes es realmente crítica y los bancos no nos ayudan en lo más mínimo”.
Según la empresaria pyme, en el actual momento de emergencia sanitaria, en el que es fundamental optimizar los recursos; las máscaras faciales reutilizables, destinadas al área doméstica, ayudan también a reducir la cantidad de residuos que genera la utilización de barbijos descartables, que tienen una vida útil de una jornada, y además cooperan con la economía familiar, ya que tienen hasta mil usos. Mientras el precio de los barbijos descartables ronda unos $ 100 por unidad, los reutilizables cuestan entre $ 145 y $ 300, dependiendo de la cantidad pedida y si son lisos o estampados. La tela con la que están confeccionados está compuesta de dos capas de poliéster suave, y en el medio, «una capa de membrana impermeable, respirable, lavable y ecológica, que es la que actúa como protección”, detalla Policicchio.
