Los resultados de las PASO muestran que cuando los hechos son contundentes no hay publicidad ni discursos mediáticos que puedan modificar la visión de las mayorías sobre ellos. La contundencia sobrepasa incluso a las fuertes campañas en las redes sociales, donde el oficialismo centró gran parte de su estrategia.

La gran disminución del caudal electoral del gobierno tiene que ver con el rechazo masivo a las políticas que se aplicaron en estos (largos) tres años y medio de destrucción del tejido social, del empleo, de todo lo que tiene que ver con vivir dignamente, con la felicidad, y la alegría (como lo expresó Cristina Fernández de Kirchner el domingo a la noche). Resultaba incompresible que eso no tuviera un correlato en los números de las PASO.

¿Qué se puede destacar de los resultados electorales? Quizá lo más importante es la contundencia de la victoria de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Se derribó el mito de que María Eugenia Vidal era distinta que Mauricio Macri, que tenía mayor caudal electoral, que le transmitiría ese caudal al Presidente. Además, en provincias donde últimamente ganó Cambiemos (entre ellas Corrientes, Jujuy y Mendoza) hubo triunfos del Frente de Todos, salvo en Córdoba y Buenos Aires. En Córdoba, resulta distintivo el acortamiento de la diferencia entre el FdT y el oficialismo. Y en la Ciudad de Buenos Aires, si bien la diferencia es amplia, se dan dos situaciones: por un lado, el oficialismo esperaba superar el 50%; por otro lado, el FdT logró una muy buena votación. Hay muchas situaciones para remarcar, que hacen pensar en que, probablemente, el resultado del 27 de octubre sea incluso mejor para el Frente de Todos que en las PASO, porque hay otro clima político, pues quedó claramente expresado que la mayoría de los argentinos no quiere este modelo económico y social.

La situación de los mercados financieros (tipo de cambio, acciones, bonos de la deuda pública) debe comenzar a analizarse a partir de lo sucedido el viernes con las cotizaciones de las acciones en el Merval y de los ADRs en Wall Street. Según se sostuvo desde algunos medios, la difusión de una encuesta que daba ganador a Macri por un punto, y además un caudal del 8% de votos para José Luis Espert, lo que podría reforzar la posición oficial ante un ballotage, disparó las cotizaciones del Merval hasta un 8% en el día. El comentado proceso en el mercado de capitales indica una intervención deliberada en el mercado para generar esa alza y dejarlo con valores muy altos, de forma tal que si los resultados no beneficiaban al gobierno, ya habría una caída de al menos el 8% con sólo volver a los valores normales del S&P Merval. En verdad, la caída del lunes fue del 38% y las acciones argentinas en Wall Street (ADRs) cayeron un 59%.

Los movimientos financieros del lunes fueron bruscos. Uno de los principales indicadores, como el valor del dólar, aumentó un 19%, cerrando a $ 55 en el Banco Nación, aunque en el día el dólar en las agencias llegó a los $ 65, lo que indica una fuerte especulación en los mercados. En el mercado de divisas oficial, el MULC, los volúmenes transados por operadores privados fueron muy inferiores a los habituales, unos U$S 550 millones (incluidas las ventas oficiales) cuando el promedio de los últimos días alcanzó algo más de U$S 800 millones. La gran diferencia es que el BCRA salió a vender U$S 105 millones, por primera vez desde la implementación del programa monetario de octubre de 2018, además de los U$S 60 millones diarios que el Tesoro Nacional vende habitualmente. Hacia el fin de la rueda, el dólar mayorista bajó cerca de 3 pesos.

Siguiendo con su política, el BCRA aumentó la Tasa de Política Monetaria (TPM) al 74,8%, 11 puntos porcentuales más que la del viernes, y la más alta desde que se implementó la TPM en los inicios del gobierno. Como puede observarse, el BCRA ha continuado aplicando, hasta el día de hoy, el mismo esquema de política monetaria definido a partir de octubre de 2018, con la diferencia de que comenzó, efectivamente, a vender divisas. En este esquema, el crédito a la producción y al consumo se vuelve, aún, mucho más difícil, profundizando la recesión.

La culpa es de los otros

En la conferencia de prensa de la tarde del lunes 12, el presidente Macri dejó entrever que maneja una especie de “realidad paralela”, pero, principalmente, su alocución estuvo orientada a echar la culpa al FdT por la caída de la bolsa y la depreciación de la moneda. Macri utilizó frases tales como indicar que el mayor problema es que el kirchnerismo (parece que no se enteró que el FdT es más que el kirchnerismo) no tiene credibilidad en el mundo para que la gente venga a invertir en el país. En verdad, quien no generó esa credibilidad fue este gobierno, que tuvo una total sequía de inversiones extranjeras directas, a pesar de haber prometido una “lluvia” que nunca llegó.

El Presidente realizó un descargo total de la responsabilidad que tuvo su gobierno en estos tres años y medio. Dijo: “por eso el kirchnerismo generó lo que generó esta mañana”, como también mencionó que “en una situación normal, en Chile, si dos fuerzas se miden, los mercados no pasan de la euforia a escaparse. Actúan más o menos igual”. Esta frase indica que para Macri el FdT o cualquier otra fuerza debería aplicar las mismas políticas que ellos están aplicando y que fomenta el FMI. Pero lo que se rechazó en estas elecciones es precisamente eso. Lo que pide el Presidente debilita la institucionalidad. 

El Presidente también sostuvo, respecto del FdT, que “son ellos los que tienen que trabajar” para resolver “los problemas” de los resultados de esta elección que, definió, es mala para todo el mundo, local y extranjero.

En una muestra de este mundo paralelo que quieren instalar, dijo que “si el viernes estábamos bárbaro, a partir de este resultado electoral se da vuelta todo”, y se preocupó de que “la inflación que iba rumbo a 1 y algo en agosto” ahora será mayor. No ha habido ninguna proyección de que la inflación de agosto a diciembre sería menor al 2% (incluido el REM, la encuesta del BCRA, que además para agosto prevé el 2,4%). En ese mundo de Macri, “los encuestadores le erraron porque la gente resuelve sobre la hora”, es decir, las encuestas eran correctas porque les daban resultados favorables al oficialismo, y la culpa de los yerros estadísticos fue del votante indeciso.

Cabe aclarar que enfrentar la volatilidad en los mercados es una responsabilidad indelegable de quien ejerce el gobierno, no se puede transferir a la voluntad popular, por vía de exigirle determinadas conductas al Frente que ganó las PASO por una gran diferencia de votos.

El Presidente comentó: “he instruido al equipo económico para que estudien y preparen las medidas necesarias para cuidar a los argentinos”. Esta decisión de tomarse tiempo para estudiar las medidas (como si recién hubieran asumido), permite suponer que lo sucedido hoy es un efecto deseado por el gobierno con fines electorales. También para adjudicarle a estas elecciones, que dieron por ganador al FdT, los problemas que el oficialismo actual no pudo resolver, como la inflación, la salida de capitales, el alza del dólar, la caída del consumo, la recesión, el crecimiento de la pobreza y la desnutrición, entre otros tantos otros problemas graves.

En referencia a la volatilidad de este lunes y sus efectos, Macri propuso que la gente analice los efectos de su voto, y, reforzó, que “esto es sólo una muestra de lo que nos va a pasar”. No sólo es el discurso del miedo llevado a la máxima potencia, sino también es una negación del funcionamiento de las instituciones republicanas y de la propia democracia.