El mundo del cine le brindó una oportunidad y ella no la dejó escapar. La historia de Alejandra Podestá, -una adolescente con menos de 20 años a principios de la década del 90- cambió radicalmente cuando fue elegida para ser la protagonista de De eso no se habla, último film de la célebre directora María Luisa Bemberg estrenado en 1993.

Antes de eso, la vida de Alejandra navegaba entre la tristeza por los problemas que le generaba su baja talla y el trato opresivo que le brindó su madre, una mujer que ocultaba la condición física y social de su hija.El film estrenado en Argentina y el resto del mundo transformó a la protagonista en un personaje notoriamente visible, pero el paso del tiempo la confinó al olvido y sólo volvió a conocerse algo de ella después de mucho tiempo y de manera trágica.

Un sueño hermoso, película del realizador Tomás de Leone, hace foco en la figura de Bemberg como directora de historias de alto calado feminista pero también va mucho más allá,dándonos a conocer la figura de Podestá  antes, durante y después de su paso protagónico en el cine junto a Marcello Mastroiani como la figura masculina y notoria del film. “Lo mejor que nos puede pasar a los que hacemos películas es que se miren, se vean. Es la oportunidad para generar algo en los demás con lo que hiciste. En tiempos de cuarentena, estrenar en plataformas es algo positivo porque la gente está en su casa y hasta la pueden ver muchos más. En un contexto como que vivimos, mi interés es que la película se vea y que esté disponible para todos”, aclara el director algunos días antes del estreno formal del film.

El nacimiento de esta producción se dio casi por casualidad. De Leone estaba en proceso de investigación de otro documental y accidentalmente se topó con información periodística del caso Podestá. “En esa búsqueda encontré notas de noticieros que aparecen en la película, y enterarme de lo que había pasado me llamó la atención porque yo había visto De eso no se habla con mis padres en su momento. Seguí investigando ya con Alejandra en la cabeza y me encontré con muchas cosas interesantes de su vida. Pero me pareció que había una película sobre ella cuando comencé a conocer a María Luisa Bemberg. Ella le da dimensión a la vida de una actriz enana que no sale de su casa, que participa de una película gigante, no sabe cómo lidiar con el estrellato y luego la matan. Como directora puso la vida de Alejandra en otra dimensión y por ahí me di cuenta que tenía lo que buscaba. Fueron dos años de producción para dar a conocer la vida de una persona con mucha luz y oscuridad al mismo tiempo”.

De esa dimensión creada por Bemberg, lo que más cautivó al director fue entender a la protagonista de su película como alguien que no supo cómo adecuarse a todo lo nuevo que le  sucedía. “Ella no pudo elaborar lo que le pasó en el cine y mucho menos lo posterior, incluyendo su vida. Eso tiene que ver con su historia familiar, y si hubo cambios para ella fue gracias a María Luisa, que la puso en valor, la protegió y cuidó hasta que murió. Alejandra sufrió su muerte, y mi idea es que luego de esa pérdida ella se desintegró como persona”.

En la dinámica de plasmar en pantalla a una película como “Un sueño hermoso”, el trabajo de campo fue fundamental. Horas de entrevistas y de reconstrucción de hechos le dan sustento a una historia que merecía ser contada. “Entrevistamos a muchos vecinos pero no todo pudo entrar en el corte final. Pero también quise manejar el balance de esos comentarios porque por parte de los vecinos entrevistados la recordaban con mucho hostigamiento. Inclusive los recortes de diarios y los testimonios que aparecen en pantalla, en todos y cada uno de ellos se dirigen hacia Alejandra como “la enana hacía esto”, “la enana hacía lo otro”, algo claramente despectivo”. En esos comentarios había mucha deslegitimación, como si hubiese merecido por ser como era lo que finalmente le sucedió”.

En retrospectiva, De Leone rescata lo que significó en su momento la iniciativa de llevar a alguien como Alejandra a un protagónico central en el contexto social de la Argentina de los años noventa. “Lo de Bemberg fue fundamental porque era un gesto corrosivo para pensar a esos años; imagínate que la historia de Alejandra sigue siendo algo difícil de relatar aun en estos días. Que su crimen no haya sido resuelto afirma cómo pensaba la sociedad al menos en ese momento. A ella la mataron y nadie hizo absolutamente nada, inclusive el expediente sobre su asesinato prácticamente no tiene hojas. Pero más allá de eso, no quise hacer una película que denunciara eso sino más bien rescatar su vida”.


Un sueño hermoso. Dirección y guion: Tomás de León. Música: Ariel Polenta. Duración: 74 minutos. En Televisión: Disponible desde este sábado a las 20 con emisiones diarias hasta el jueves por Cine.ar TV.  Online: liberada en www.cine.ar