Simplemente un clic. Esta vez llegar a tiempo a todos los recitales de Cosquín Rock no fue una odisea de esquivar cuerpos y patear vaso, sólo con una buena conexión de internet bastó para recorrer los cuatro escenarios virtuales y vivir una experiencia inédita hasta ahora en términos de festival y que se vivió a través de la plataforma https://cosquinrock.net/

Más de setenta shows entre solistas y bandas de Latinoamérica, además de stand up se distribuyeron en los escenarios del teatro Vorterix, Luna Park, La Trastienda y The Roxy que funcionó como espacio alternativo donde se vieron monólogos, performance y espectáculos humorísticos. En el resto de los escenarios, también pasaron figuras habituales en la grilla de Cosquín Rock, necesarios tal vez para mantener la mística del festival veraniego en invierno y de cuarentena.

El espacio virtual que reemplazó la tierra y el barro de otro tiempo, ofrecía la posibilidad de un paseo por los diferentes escenarios y un sistema multicámaras para elegir desde donde mirar cada concierto. También hubo la posibilidad de recorrer muestras de fotos y acceder a históricos momentos de otras ediciones del festival. La interacción también tuvo su lugar a través de los chats generales de la plataforma que también permitieron generar las conversaciones propias.

Las dos jornadas tuvieron en total 170 mil espectadores de toda Iberoamérica, una idea que hace muchos años viene tramando José Palazzo (el productor de Cosquín Rock) y que finalmente llegó del modo menos esperado pero junto con los 20 años del festival.

Las puertas virtuales se habilitaron ambos días media hora antes del comienzo del show (16.30 el primer día y 15.30 el segundo) y para ingresar era necesario comprar un ticket que iba de los 600 pesos a los 6000 en el caso de los ingresos VIP. Durante los días previos, desde la producción se emitieron diferentes instructivos y recomendaciones para una conexión sin inconvenientes. En los cuatro espacios se dispusieron los protocolos preventivos requeridos por el Ministerio de Salud de la Nación. 

Tan solo

Fue Ciro y los persas, la banda que cerró la primera jornada, la que pudo llevar a su mejor expresión el concepto del festival online.  Ciro, el que lee las banderas. Ciro el que salta. Ciro, el que agita al público para que lo acompañe a cantar.  Ese Ciro, la noche del sábado en el escenario del Luna Park, supo que frente a él había 86 mil personas viendo su show. Dejó lugar para los coros habituales, interactuó con las cámaras, jugó con los músicos, y sobre todo, interactuó con esa virtualidad tangible llamada público.

La energía de Ciro y de toda su banda fue impecable. Desde el arranque del show con “Similar”, pasando por “Pistola”, “Me gusta”, “Ruleta” y “Antes y después”. Pero la sorpresa llegó en pleno estribillo de “Tan solo”. Durante la semana, la banda había pedido que manden saludos y coros para el tema. Así, el habitual momento en que en los estadios el público estalla, una pantalla se encendió detrás de la banda y aparecieron los emocionadísimos seguidores de Ciro cantando desde la pantalla. Fue Ciro el que le puso la calidez que tardaba en aparecer durante la primera jornada.

Por allí pasaron antes bandas latinoamericanas como Agarrate Catalina, Enjambre, de México; Toque de río, de Cuba o Inyectores, de Perú, Los 3, de Chile.

Fue en ese escenario donde Vicentico jugó con la virtualidad en más de una ocasión durante su paso por el Cosquín Rock y brindó un concierto de hits propios con grandes ausencias del repertorio de Los Cadillacs. En ese escenario, la presencia y la energía punk de 2 Minutos fue clave en las primeras horas del festival. 

El primer día del Cosquín Rock eligió para la música urbana a dos mujeres, Miss Bolivia y Sara Hebe, ambas en el escenario del Vorterix. Por allí también pasaron Malena Villa, Los Tipitos, A.N.I.M.A.L. (que al igual que Los Tipitos tuvo casi las únicas fallas técnicas que se vieron a lo largo de todo el festival), Loli Molina y cerró Attaque 77. También en el Vorterix tocó la banda boliviana Los Bolitas y de México estuvo Ximena Sariñana.

Mientras en La Trastienda, lo más bonito de la tarde fue el recital de Julieta Rada mientras que el más intenso fue el de Louta. El músico también supo manejar la virtualidad del público y jugar con las cámaras tal como si fueran sus fans.

En el medio estuvieron Los Pericos, Eruca Sativa y Cielo Razzo. Si hay un escenario ideal para Las Pelotas, ese es el de La Trastienda. En esta oportunidad, la banda tuvo a su líder desde las sierras cordobesas y al resto en el espacio porteño de San Telmo. “¿Dónde está Facundo?”, dijo desde Germán Daffunccio mientras cantaba “Desaparecido”. Ese sábado se cumplían 100 días de la desaparición del joven de 22 años.

Rock, emoción y una nueva manera de encontrarse

El domingo todo fue más fluido. La segunda jornada del Cosquín Rock dejó grandes shows como el del Los Ratones Paranoicos en el Luna Park, o el de Turf en La Trastienda.

También el paso de bandas como los uruguayos de Cuatro Pesos de Propina, los paraguayos Kchiporros, los bolivianos Matamba, los ecuatorianos Guardarraya, los mexicanos Surfistas del Sistema, los españoles Miss Cafeína, los colombianos Monsieur Periné y los peruanos Gaia.

La perlita fue León Gieco quien llevaba unos años sin participar del festival y esta vez lo hizo desde su casa. Abrió con “Desembarco”, aquella canción que grabó en 2011 y que remite al momento en que las Madres de Plaza de Mayo llegan a la ex Esma para reconvertirlo de centro clandestino de detención en espacio para la Memoria. El músico además cantó “La memoria” y dedicó a la cantora tucumana Mercedes Sosa su canción “Sólo le pido a Dios”.

En el Luna Park, Kapanga descargó la habitual energía durante su set también con el acompañamiento de un público que aparecía en la pantalla desde sus redes sociales. Una nueva forma de encuentro en el escenario. El Mono Kapanga también reclamó por Facundo Astudillo Castro “¿dónde está Facundo?” gritó en el escenario del Luna.

De ese escenario, siguieron Los Cafres, escenario de La Trastienda dieron un recital al que le sobró música y precisión, la banda reggae dejó más que felices a sus seguidores que colmaron las redes sociales y el chat de la plataforma con mensajes. Más tarde sería la hora de Damas Gratis que en 40 minutos realizó todos sus hits manteniendo el espíritu festivo del encuentro online. Airbag (con un gran show) y Él Mató cerraron ese escenario que fue uno de los más interesantes de la jornada.

Al atarceder, con trajes blancos, Turf apareció en el escenario de La Trastienda mientras la voz de un informativo arrojaba cifras sobre los muertos por coronavirus. Así arrancó su hermoso concierto que posicionó a la banda como una de las mejores de la jornada. Casi en el mismo horario, Vanthra y Fernando Ruiz Díaz pasaban por el escenario del Vorterix con un set de canciones propias y clásicos de Catupecu. 

De acuerdo lo que informó la organización, en Tijuana el festival se vio online en frandes estadios abiertos. Esa ciudad será la nueva sede de Cosquín 2021.

John Berger decía que “cada canción narra una experiencia”, y sin lugar a dudas, las canciones que se escucharon a lo largo de esta edición Cosquín Rock fueron mucho más que un tema musical. Cada una tenía el recuerdo del abrazo entre el público, del coro para los artistas, del incansable pogo, de esas cervezas que pasan de mano en mano y que por ahora no van a poder ser compartidas.

El número final fue uno de los mejores que se vio en las dos jornadas: Trueno. El joven free style de la Argentina fue el último número del escenario Vorterix. Interpretó trece temas entre los que estaba “Azul y oro”, “Atrevido”, “Cucumelo”, “2019”, “Rain 1”, entre otros.

Con Trueno se terminó de configurar una grilla diversa, iberoamericana y para todos los públicos. Fueron meses duros para muchos artistas y sobre todo para la gran maquinaria que sostiene los espectáculos, por eso la llegada de este festival fue bienvenida. Más allá de muy pocas fallas técnicas en tres conciertos que el domingo se pusieron a disposición enteros y sin fallas, el festival de Cosquín fue exitoso en todos los aspectos. Fue una prueba de fuego para los organizadores y para los artistas. Todos estuvieron a la altura.

LOS NÚMEROS

170 mil personas participaron como público de la experiencia

76 Artistas de Hispánoamérica actuaron desde distintas salas y escenarios

1700 Personas trabajaron en toda la edición

60 bares de distintas ciudades de Latinoamérica transmitieron el festival