La muestra Sara Gallardo, la poética del espacio que se expone en el Museo del Libro y de la Lengua puede entenderse como parte de un merecido rescate de una escritora fundamental de la literatura que, como suele suceder con frecuencia, no tiene actualmente el reconocimiento merecido.

Fue cronista, periodista, escritora de cuentos, novelas y también de relatos dirigidos a los lectores más pequeños.

A pesar de ser una de las voces literarias más significativas de la década del 60, tuvo por lo menos dos factores que impidieron que alcanzara un lugar acorde con la calidad de su escritura. El primero, sin duda, fue el hecho de ser mujer. El segundo, su pertenencia de clase y su historia familiar. Fue hija del  historiador Guillermo Gallardo, nieta del científico y ministro Ángel Gallardo, bisnieta de Miguel Cané y tataranieta de Bartolomé Mitre. A esto se le agrega que su tío abuelo, León Gallardo, fue “camarero secreto” de tres papas, Pio X, Benedicto XV y Pio XI. 

Según las circunstancias históricas, todos estos elementos opacaron la consideración de su escritura o ésta fue prejuiciosamente ninguneada. El abolengo y el dinero que se le “perdonaron” a Bioy Casares, fueron menos “perdonables”, según parece, en una mujer.

Fue, entre otros, el escritor Leopoldo Brizuela, quien colaboró citándola, refiriéndose a ella, analizando su obra, para que el nombre de Sara Gallardo comenzara a resonar nuevamente en el campo de la cultura argentina. Según Brizuela, Gallardo compuso un personaje: el de la chica frívola que se interesa por distintos temas. Pero la frivolidad fue sólo una máscara detrás de la cual ocultaba un mirada lúcida y sensible sobre la realidad. 

Aunque el  título de la muestra coincide con el título de un libro de Gastón Bachelard,  la referencia parece haber sido elegida sólo en función de darle un criterio espacial al recorrido por la obra de la escritora. Ese recorrido surge de uno de sus libros: Historias de mis libros y otras cosas, una pequeña autobiografía y está estructurado en siete núcleos de su obra que fueron marcados por la propia autora.

La muestra incluye, además, primeras ediciones de sus obras, parte de su producción periodística y fotografías.

 Gallardo se lanzó a publicar con tres novelas: Enero (1958), Pantalones azules (1963) y Los galgos, los galgos (1968), obra que en su momento fue consagratoria.  Más tarde escribiría Eisejuaz (1971) y La rosa en el viento (1979). El país del humo (1977) fue un libro de cuentos, género que también abordaría en sus creaciones destinadas a los más chicos, Teo y la TV y Dos amigos. 

Como periodista, escribió, entre otros medios,  en Confirmado, Primera plana y La Nación. Es desde ese oficio que puedo palpar una realidad que de otro modo posiblemente le hubiera pasado inadvertida. 

La muestra del Museo del Libro y de la Lengua permite abordar la figura de Gallardo de forma integral a través de materiales muy diversos que incluyen, por ejemplo, ejemplares de los medios en que un artículo suyo fue nota de tapa. 

Sara Gallardo, la poética del espacio podrá verse hasta el 3 marzo del año próximo. De martes a domingos de 14 a 19 en el Museo del libro y de la lengua