Los trabajadores no van a pagar impuesto a las Ganancias.» La promesa electoral del entonces candidato presidencial Mauricio Macri no se cumplió. En rigor, sucedió al revés: se duplicó la cantidad de asalariados y jubilados que pagan Ganancias en los tres años de mandato de Cambiemos.

La última novedad en la materia ha sido la inclusión de casi 50 mil jubilados y pensionados al padrón de los contribuyentes de este impuesto, provocado a partir de una decisión del Palacio de Hacienda la semana pasada.

De acuerdo con la última información disponible, en diciembre de 2015 el fisco le retuvo anticipos de Ganancias a 1.175.478 contribuyentes, tanto trabajadores en relación de dependencia como jubilados y pensionados. En septiembre de 2018, esa cantidad sumaba 2.007.189. Los datos fueron extraídos del informe que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, realizó ante los Diputados en octubre pasado.

La cifra de asalariados y jubilados a los que se les deducen anticipos de Ganancias depende de los ingresos mensuales, y por eso varía mes a mes. Suelen crecer en diciembre y junio por el efecto del cobro del aguinaldo.

La cantidad de asalariados, jubilados y pensionados que pagarán Ganancias (se los conoce como Cuarta Categoría) este año crecerá por dos razones.

Los 47.600 jubilados y pensionados que se agregaron desde enero pasado al pago de Ganancias fueron el blanco de una decisión del gobierno nacional instrumentada por la Administración Nacional de la Seguridad Social. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), «Hasta diciembre de 2018, el mínimo no imponible de seis haberes mínimos se aplicaba haber por haber, mientras que a partir de enero ese mínimo se aplica por beneficiario. Esto implica que beneficiarios de dos o más haberes inferiores al mínimo no imponible pasarían a pagar Impuesto a las Ganancias en la medida en que la suma de esos haberes sí supere el mínimo no imponible. Según las estimaciones de la OPC, este cambio implica que unas 47.600 personas deberán comenzar a pagar el impuesto a las Ganancias, lo que aportará una recaudación adicional de aproximadamente $ 1600 millones durante 2019».

La otra razón del incremento en la cantidad de asalariados que tributará Ganancias será que sus aumentos salariales de 2018 fueron superiores al crecimiento del mínimo no imponible.

De acuerdo con la ley votada el año pasado, el mínimo no imponible de Ganancias se actualiza por medio de un indicador salarial que publica la Secretaría de Trabajo, el RIPTE. Ese indicador aumentó en 2018 un 28,29 por ciento. Se sabe que la inflación fue del 47,6% a nivel nacional y que apenas un puñado de sindicatos logró empardar o acercarse estrechamente al nivel de la carestía. Pero una cantidad mayor de ellos obtuvo incrementos salariales a lo largo del año pasado por encima del 28%, algunos muy numerosos como docentes o comercio. Esto implica que una mayor cantidad de personas superará el umbral a partir del cual se paga Ganancias, fijado en un ingreso bruto de $ 46.145,91 para aquella persona que no pueda realizar deducciones a fin de aligerar el peso de Ganancias en sus ingresos. Para el caso de una persona con dos hijos a cargo, ese salario bruto a partir del cual se paga Ganancias asciende a $ 61.045.

El empleo del RIPTE como índice de movilidad de Ganancias provocará otro efecto: desde enero de 2016 hasta fin del año pasado, la Cuarta Categoría aportaba el 20% de lo que recaudaba por Ganancias la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip). Esa cifra subirá por el efecto antes mencionado. Es decir, no sólo se ampliará la base de contribuyentes, sino que además pagarán más.

Este panorama contrasta con el que a partir de este año recibirán las empresas, las que podrán deducir el efecto de la inflación a la hora de calcular este impuesto (ver al lado).

El afán recaudatorio, con un direccionamiento preciso hacia las personas de a pie, cuyos ingresos no constituyen ganancias, tiene un mentor: el acuerdo del gobierno nacional con el Fondo Monetario por el cual la recaudación debe ser «fortalecida» para que la recesión no afecte el déficit cero (ver página 14). «